domingo, 2 de enero de 2011

“Levántate y brilla que ha llegado tu Luz"

Epifanía del Señor

Levántate y brilla que ha llegado tu luz y la gloria de Yavé amaneció sobre ti. Mientras las tinieblas cubrían la tierra y los pueblos estaban en la noche, sobre ti se levantó Yavé, y sobre tí se levantó su Gloria.” Isaías 60, 1-2

Esta mañana le daba gracias al Padre, por Jesús, por la Luz que nos ha enviado para iluminar nuestras tinieblas, nuestro oscuro entendimiento; y al igual que los Magos de Oriente, sentía una gran alegría al contemplar la ESTRELLA, al descubrir que su Luz sigue conmigo, guiándome, que a Él no le importa donde yo este, donde vaya, El va conmigo, ya sea el oriente o el occidente, su estrella no me deja sola, que me pierda o que me desoriente, ¡¡Que alegría más grande en este inicio del 2011 he visto otra vez la estrella! ¿Será por eso que la Epifanía la celebramos este año al día siguiente de año nuevo?.....Como para decirnos nos tengas miedo, YO ESTOY CONTIGO, MI GRACIA NO SE HA ACABADO EN TU VIDA, tengo reservado mucho amor para ti. Jer 31,3

Y junto con la alabanza y la acción de gracias también le hacía unas peticiones al Señor:

Le pedía Sabiduría: Señor, haz que descienda desde el cielo donde todo es santo, envíala desde tu trono glorioso, para que esté a mi lado en mis trabajos y sepa lo que te gusta.

Porque ella todo lo conoce y lo comprende; ella me guiará con prudencia en todo lo que haga y su majestad me protegerá; entonces te serán agradables mis obras, gobernaré a tu pueblo con justicia y seré digno del trono de mi Padre. Sab 9, 10-12.

Tu, Señor, me has dado una familia, unos amigos, todo un pueblo que espera ver tu Luz, ver tu estrella manifestarse en sus vidas, dame sabiduría para ser un reflejo tuyo, que aunque sea muy pálido pero que les haga vislumbrar y buscar la Luz verdadera.

Dame Señor la Gracia que le acompañó a Pablo para considerar las cosas como peso muerto en comparación con eso tan extraordinario que es conocerte a ti, dame la gracia de poder ver ante tu Luz esplendorosa todo como pelusas que se pierden dentro de tu resplandor. Fil 3,8

Dame la gracia de caer de rodillas como los magos para adorarte, allí en tu sencillez de Niño acostado en un humilde pesebre junto a María y José , y rendirme a tus pies y ofrecerte todo lo que soy, lo que tengo, con todo mi amor y reconocerte como mi Salvador, mi Dios mi Rey.

Gracias Madre porque al igual que permaneces siempre cuidando de tu Niño, así nos cuidas a nosotros para permanecer también en EL.

Nila.

Nota

(En la Liturgia aquí, en Canadá estamos celebrando la Epifanía del Señor)

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