martes, 6 de setiembre de 2011

No tengo oro ni plata, pero te doy lo que tengo


Hechos 3,1-8.16

Gracias Señor por los momentos de oración que me regalas cada mañana, gracias por fortalecer mis tobillos y mis pies para levantarme y dar gloria a tu Nombre, se bien Señor que Tú vas a llegar al corazón de mis hermanos para mirarles como me miraste a mí, y levantarles también y llevarles a la Alegría de escucharte, de vivir y anunciar tu Palabra por todas partes.

La Palabra de hoy nos habla de un hombre tullido que no podía caminar porque sus pies no podían sostenerles estaba así desde su nacimiento y había gente que lo único que hacían era trasladarle hasta la puerta del Templo para que pueda pedir limosna a la gente, mas no podían hacer, él tampoco podía entrar porque además por el mismo hecho de estar así le estaba prohibido ingresar; y un día pasan junto a él, Pedro y Juan que iban al Templo para la oración de las tres de la tarde y escuchan a este hombre pedirles una limosna.

“Cuando Pedro y Juan estaban para entrar en el Templo, el hombre les pidió una limosna. Pedro, con Juan a su lado, fijó en él su mirada, y le dijo: «Míranos.» El hombre los miró, esperando recibir algo. Pero Pedro le dijo: «No tengo oro ni plata, pero te doy lo que tengo…

Seguramente el hombre los miró pensando ¿Qué me puede dar este hombre que no sea oro ni plata?… ¿qué me va a dar?

Y por eso le preguntaba esta mañana al Señor, ¿Qué tenía Pedro para darle a este hombre?.... Señor ahora lo sé, pero quisiera me hicieras ver una vez mas todo lo que Pedro tenia ahora para dar.

Pedro no tenía nada materialmente visible, quizás hasta se le veía muy pobre exteriormente, pero miren lo que tenia:

La vida de Pedro antes de conocer a Jesús había sido la de buscar también cosas materiales, trabajaba muy duro para vivir, pero en el fondo, era un hombre muy débil, con mucho miedo a la muerte, a enfrentar las pruebas, la cruz, hasta de las tormentas tenía miedo, siendo él un hombre de mar, patrón de lancha.

Pero un día Jesús le atrajo con su mirada y Pedro le siguió, y empezó a recibir un Don tras otro, empezó a aprender a vivir, a alimentarse, a vestirse de otra manera, empezó a levantarse de sus debilidades, de su miseria, de su pobreza.

Jesús le hizo caminar sobre aguas tormentosas, le dio la mano cuando tuvo miedo. Cuando Pedro le pidió que se aleje de él Jesús le dijo : “No me digas que me aleje de ti porque eres un pecador, yo he venido por ti, Yo te voy a hacer pescador de hombres” , cuando Pedro le negó, Jesús le busco con la mirada para decirle: “ Pedro, Yo te amo a pesar de todo”, Pedro encontró al Amor que le cambio la vida, que siguió confiando en El, que no le dio dinero, ni ninguna riqueza material, Jesús le dio Todo, le dio las llaves de su Iglesia, le confió su misma misión, Pedro había recibido de Jesús, todo lo que él había estado buscando toda du vida: Amor que confía, que levanta, Pedro encontró en Jesús, la Verdad de su vida, su identidad más profunda, el Tesoro que toda su vida había estado anhelando, la Perla Preciosa.

Por estas experiencias tan maravillosas de vida Pedro escribió un día con gran alegría:

Carta de Simón Pedro, servidor y apóstol de Cristo Jesús, a todos aquellos que tuvieron la suerte, como la tuvimos nosotros, de recibir una fe tan preciosa y de ser renovados por nuestro Dios y Salvador Jesucristo. 2 Pe1,1

¡Qué suerte la de haber recibido Esa la fe preciosa que le había renovado y que ahora Pedro podía dar…que suerte Señor!… Pedro no tenía nada mas, solo una Fe grande probada muchas veces, en Jesús Hijo de Dios, que murió y resucitó; entonces esa fe ¿cómo no iba a levantar a este hombre tullido? ¿Cómo no iba a ser con los demás lo que Jesús había hecho por él mismo? esta era la fe de Pedro, él podía y tenía mucho para dar… tenia a Jesús…..yo te doy lo que tengo.

Pedro le dijo: «No tengo oro ni plata, pero te doy lo que tengo: En Nombre del Mesías Jesús, el Nazareno, camina.» Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó”.

“Inmediatamente tomaron fuerza sus tobillos y sus pies, y de un salto se puso en pie y empezó a caminar. Luego entró caminando con ellos en el recinto del Templo, saltando y alabando a Dios.”

Fíjense como una mirada de amor puede cambiar una vida, una mirada a la necesidad del hermano; mirarlos como Jesús nos miró a nosotros con fe en que podíamos responderle, en que podíamos levantarnos, y dar gloria a su Nombre con nuestra vida; este hombre inmediatamente….de un salto se puso en pie, no esperó mas para levantarse, ¡cuánto tiempo habría estado deseando que alguien le ayudara a entrar al Templo!, ¡cuánto habría querido estar cerca al Arca de Dios! ¡Qué bueno es el Señor que manda apóstoles para levantar a sus hijos, para acercarles a Él.

El Señor lo que nos pide hoy es tener Fe, para prestarle nuestra mano para tomar a nuestros hermanos de la mano derecha y levantarles… ¿Esa mano derecha, cual es Señor?, Es su identidad, el Espíritu, el Don que ellos ya tienen dentro, ya lo tienen pero está apagado, o débil, solo necesitan el toque de alguien que se acerque a ellos en mi Nombre.

La experiencia de Pedro y la del hombre tullido que pedía limosna es la de muchos de nosotros: Estábamos a la puerta de la Vida, pero sin poder entrar, no lo lográbamos porque nuestros tobillos y nuestros pies espirituales estaban muy débiles, pero La Gracia de Dios se acercó a nosotros y nos dijo: Mírame…. y desde que lo miramos lo seguimos y nuestra Vida empezó a cambiar.

Y así como este hombre los miró esperando recibir “algo”, nosotros recibimos más que ese algo que esperamos, nos devolvió la Vida, la dignidad de caminar, de disfrutar de nuestra verdadera identidad, de llamarnos hijos amados de Dios, dignos de llevar su Palabra que levanta que sana, que transforma la vida, que nos convierte en un chorro de Agua Viva, que salta para la vida eterna, que da para dar… porque es incontenible la sed que pone en nuestro corazón por compartir con otros este Tesoro de Vida y Amor que nos da cada día a través de un Carisma: Oración testimonio de vida y anuncio de la Palabra; lo que Pedro y Juan y todos los primeros apóstoles dieron eso es lo mismo que el Señor nos envía a dar

No tengo oro ni plata para dar, ¡qué bueno Señor!, porque de repente me quedaría solo en dar cosas materiales, lo que me daría una conciencia tranquila, pero cuando me veo que no tengo que dar materialmente, busco en mi interior y encuentro tanta riqueza, que no puedo decir no tengo nada, Tengo mucho para dar, porque mucho se me dio, se me da cada día…tengo mucha fe en que dentro de cada uno está la fuente de la Vida y del Amor, y solo se necesita ser restablecido en el Nombre de Jesús.

“Miren lo que puede la fe en su Nombre, pues en su Nombre acaba de ser restablecido este hermano al que ustedes ven y conocen. La fe que él nos inspira es la que lo ha sanado totalmente en presencia de todos ustedes”.

No soy yo, seguiría diciendo Pedro seguramente, es Cristo quien vive en mi quien lo ha sanado, crean, conviértanse, para que también los sane a ustedes, si no tuviera a Cristo no hubiera podido hacer nada, lo único que he dado ha sido Invocar su Nombre con Fe.

“El Señor nos ha reservado una herencia celestial un tesoro que no perece ni se echa a perder, y que no se deshace con el tiempo y nos protege el poder de Dios por medio de la fe con miras a la salvación que nos tiene preparadas para los últimos tiempos.” 2Pe 1,1

Señor que bonito que hoy sintiéramos esa renovación de nuestra fe, fe en que el Carisma que nos has dado es el Tesoro más grande que tenemos y debemos entregar a nuestros hermanos que están esperando que alguien pase por su lado y fijando en ellos su mirada, les diga ¡Levántate, no vivas así, tú también puedes caminar con nosotros, tu también tienes mucho para dar.

Danos la Gracia Señor, de que podamos re-estrenar, re-avivar hoy día con la misma ilusión de la primera vez, el Carisma de dar tu Palabra, de mirar al mundo con fe, en que si le puedo levantar en tu Nombre, que hay salvación en tu Palabra…que si yo la doy con convicción y fe como Pedro podré hacer entrar a muchos en el Templo, en tu Casa Señor.

Ayúdanos Madre como ayudaste a Pedro, como le animaste cada día a salir a anunciar la salvación por la Palabra y testimonio de vida, a pesar del peligro, de la persecución, de las amenazas de las autoridades judías, les acompañaste para que continúen perseverando cada día en la oración, en la Eucaristía, en la vida comunitaria, para llenarse de la Fuerza del Espíritu Santo.

Dios nos bendiga.

Nila.

1 comentario:

  1. Nila querìa encontrar en gogle una carta de un padre al hijo. que mi padre cuando vivìa le gustaba leerla y la grababa. El ya esta con Dios, partiò el 22 de octubre 2012. y hoy me levantè con la angustia de no tenerlo. y en el buscador coloque, no tengo oro ni plata... y encontre tu página. Fantastica, muy enriquecedora para mi fe. en cada pàrrafo descubrìa lo que Dios quiere de nosotros. porque siempre me angustio porque no soy una persona estudiada y no tengo fluides de palabra. y en estos tiempos dificiles que vivimos. todos necesitamos de la palabra de Dios, y yo no se hablar, nose llegar. se me cierran los labios, y yo le pido al Espiritu Santo . y me cierro y termino callada. He tendido que sufrir mucho con mi padre que estuvo postrado, y ahora mi madre que su artrosis no le permite movilizarse y hay que asistirla y trasladarla en sillas de rueda. Pero le doy gracias a DIos por tenerla conmigo aùn. Bueno este sufrimiento ha hecho que me acerque nuevamente a la Iglesia, pero lo que busco es mostrar a la gente el inmenso amor de Cristo.
    Estoy muy agradecida Nila porque llegaste al amor de mi alma.

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