lunes, 31 de enero de 2011

ESCOGE LA VIDA


Ciclo: Los primeros pasos del discípulo

Segunda semana: A la escucha del Maestro

“Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia. 20 Ama a Yavé, escucha su voz, uniéndote a él, para que vivas y se prolonguen tus días” Deuteronomio 30,19b-20

El discípulo se va haciendo conforme va escuchando al Maestro, El nos ha elegido para estar con Él, para escucharle, esta es su Pedagogía, estar con sus discípulos día y noche, codo a codo, mano a mano, nosotros escuchamos su Palabra que es Vida, atentamente, minuciosamente, no queremos perder ningún detalle, nosotros queremos ser discípulos que luego vayan y hagan otros discípulos por eso escuchamos doble, con la intención que El nos propone de que no solo es para nosotros sino para cumplir su voluntad de llevar su Palabra que forme otros discípulos, esta es la tarea encomendada por el Maestro a su Iglesia que somos todos nosotros.

El nos ha dado oídos de discípulos, El nos abre los oídos para escucharle Is 50,4-5 y nosotros queremos corresponderle atendiendo su Palabra: Porque lo dice, cómo, en dónde esta cuando lo dice, a quienes se dirige, porque hace lo que hace; para después aplicarlo a la vida diaria.

Toda esta semana las citas nos han estado invitando a vivir como discípulos que viven a la escucha del Maestro, nos decía “ojala hoy pudieran oír su voz…no endurezcan su corazón,…Salmo 95,….Mira que estoy a la puerta y llamo….Ap 3,19….”ábreme hermana mía, compañera mía” Cantar 5,2-4….y escucharle en realidad no resulta difícil si de por medio esta el Amor, si le amamos vamos a poner empeño en buscar esos ratos a solas en el silencio, en largos momentos de intimidad para afinar los oídos y distinguir su voz “mis ovejas me siguen porque conocen mi voz”. Jn 10,4, para saber escoger caminos de Vida.

“la voz de mi amado…su hablar es lo más suave que hay y toda su persona es un encanto…hijas de Jerusalén así es mi Amado, así es mi amigo” Cantar 5,16.

Y en verdad escucharle, es escuchar al Amigo, al que amamos, al que necesitamos, en quien se encuentra Todo lo que deseamos, consuelo si estamos tristes, paz si nuestra alma esta atormentada, alegría si estamos tristes, Todo.

En la cita que nos proponen este día del libro del Deuteronomio el Señor nos está invitando a vivir abiertos a su Palabra a escucharle, porque en Ella se encuentra la Vida,

Yo le iba pidiendo al Señor toda esta semana me diera la Gracia de poder oír su Voz, para aprender a vivir de verdad, vivir en abundancia como es su Plan, “Yo he venido para que tengan Vida y en abundancia “Jn 10,10 y entre tantas voces que uno lleva por dentro, a veces es muy difícil.

Y en la cita del Deuteronomio la Palabra nos invita a tomar una elección, a vivir en constante discernimiento: “ Escoge,” al tratar de vivir la Palabra estos días para preparar las pautas, encontraba que escoger con la mente es más fácil que el actuar, que el sentir, le decía: Señor está bien yo escojo la vida, escojo hacer tu palabra, hacer el bien, pero doblegar el corazón dolido, frustrado, es duro, porque la voluntad se quiere ir por otro lado, dejarse arrastrar por los sentimientos, y nuevamente una y otra vez una tiene que serle sincera y decirle con las palabras de Pablo Rom 7,18:

“Señor, yo soy de carne, ….puedo querer hacer el bien, pero hacerlo no…..Señor yo advierto en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi espíritu” .

El vivir como discípulos no es fácil, necesitamos vivir a la escucha de la Palabra que da vida, no podemos quedarnos en decir “escojo la vida”, de labios para afuera, sino en tomar la decisión, la determinación de vivir eso que Dios me está pidiendo, elegir lo es conquistarlo, ponerle fuerza, hacer lo contrario de lo que me pide la carne, es necesario, suplicar humildad, coherencia, acudir a los sacramentos, estar en el Santísimo Sacramento largas horas, para poder dejar al Señor actuar en nosotros, vencer al enemigo que quiere arrastrarnos a caminos de pecado o de muerte……”No dejes que tu corazón se desvíe, no te dejes arrastrar ante otros dioses para servirlos” c.ref Deut 30,17

“Ama a Yavé, uniéndote a Él”.

La clave después de escoger es permanecer en El escuchando su Voz que una y otra vez te habla de su fidelidad, de su amor redentor que no te va a dejar después de haber dado por ti la vida, y esperar su Gracia, confiando en que El no nos abandona nunca, este domingo que estaba también pasando momentos de lucha espiritual, el Señor me daba una respuesta tan clara y contundente cuando le pedía su ayuda para serle fiel : “no tengas miedo” “¿Puede acaso una madre abandonar al hijo de sus entrañas dejar de querer al niño que cría?... ….Yo no te voy a abandonar…Yo nunca me olvidaría de ti“ Is 49 15-16.

Y efectivamente el Señor es Todopoderoso para actuar y cambiar el corazón, para ayudarnos a vivir lo que hemos elegido, yo elegí amar, y El me hizo amar, al instante calmó la tormenta Mc 4,39 como decía el Evangelio de ese día.

Al Pueblo de Israel el Señor le dice también: “Escucha mi voz para que vivas y se prolonguen tus días en la tierra que prometí dar a tus padres”.

¿Cuál es esa tierra?, para nosotros es la Vida eterna, vivir en la tierra prometida es vivir unidos a Dios, caminar por la vida como amigos con Jesús, los amigos dialogan, y de ese diálogo de ese ponerse de acuerdo, de planear la construcción del Reino va saliendo la fuerza del discípulo para vivir lo acordado.

“¿Emprenden, acaso dos hombres juntos el camino sin haberse puesto antes de acuerdo? “Amos 3,3

Si no vivimos en esta amistad con El, escuchándole para vivir, nos vamos a cansar del seguimiento, nuestra vida de discipulado va a ser pesada, estéril o llena de frutos secos o amargos que no atraen a nadie, que no transmiten la vida de Dios, que no contagian la alegría del seguimiento.

Hay que pedirle a nuestra Madre nos regale de su escucha atenta, despojada de si, abierta a la Palabra para poder concebir la vida de Dios en nuestro corazón y transmitirla a nuestra descendencia, ser verdaderos discípulos de la Palabra que da la Vida Eterna.

Dios nos bendiga.

nila

martes, 25 de enero de 2011

Dia de la conversión de San Pablo

San Cirilo de Jerusalén (313-350), obispo de Jerusalén, doctor de la Iglesia
Catequesis bautismal, 10

«¿No es éste el que nos perseguía?» (Hch 9,21)


«No nos predicamos a nosotros mismos, predicamos que Cristo es Señor, y nosotros siervos vuestros por Jesús» (2C 4,5). ¿Quién es ese testigo que anuncia a Cristo? El que antes era su perseguidor. ¡Qué maravilla! El que hasta hace poco era perseguidor, ahora anuncia a Cristo. ¿Por qué? ¿Será que lo han comprado? Pero no es él persona para dejarse persuadir de esta forma. ¿Es el hecho de haber visto a Cristo en esta tierra que lo ha cegado? Pero Jesús ya había subido al cielo. Saulo había salido de Jerusalén para perseguir a la Iglesia de Cristo, y tres días más tarde, en Damasco, el perseguidor se había transformado en predicador. ¿Bajo qué influencia? Algunos apelan a gente de su partido como testigos en favor de sus amigos. Yo, digo lo contrario, a ti, mi antiguo enemigo, te he hecho mi testigo.


¿Todavía dudas? Grande es el testimonio de Pedro y de Juan, pero... eran personas de casa. Cuando el testigo es el antiguo enemigo, un hombre que más tarde morirá por la causa de Cristo, ¿quién podría todavía dudar del valor de su testimonio? Estoy lleno de admiración por los planes del Espíritu Santo...: concede a Pablo, el antiguo perseguidor, escribir sus catorce cartas... Puesto que no se podía contradecir su enseñanza, concedió al que anteriormente había sido su enemigo y perseguidor, escribir más que Pedro y Juan; así vemos como es sólida nuestra fe común.

En cuanto a Pablo, efectivamente, todos quedaban estupefactos: «¿Acaso no es éste el mismo que nos perseguía? ¿No vino aquí para llevársenos encadenados?» (Hch 9,21). No estéis tan extrañados, decía Pablo. Lo sé muy bien; para mí «es duro dar coces contra el aguijón» (Hch 26,14). «No soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios» (1C 15,9); «Dios tuvo compasión de mí, porque no sabía lo que hacía»... «Dios derrochó su gracia en mí» (1Tm 1,13-14).

lunes, 24 de enero de 2011

Donde yo estoy, estén también ustedes

Tema: Los primeros pasos del discípulo

1ª semana: Encuentro con el Maestro

“Volveré para tomarlos conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes” Juan 14,3.

“Padre ya que me lo has dado, quiero que estén conmigo donde yo estoy y que contemplen la gloria que Tú ya me das” Juan 17,24

Quería empezar las pautas con una pregunta…

¿Qué es lo que produce en nosotros oír de Jesús estas palabras?... “quiero que estén conmigo donde yo estoy “…alegría, ternura, confianza, esperanza?.....sí, pero sobre todo mucho amor…que bien hace el saborearlas, una a una, “Padre quiero que estén conmigo donde yo estoy….”

Uno se siente tan amado por Jesús, tanto, que no quiere que vivamos separados de Él…. su amor es de tal manera que no hay palabras para describirlo, porque nos supera, es un amor que rebasa todo entendimiento humano….que el Hijo de Dios nuestro Señor nos ame tanto que quiera compartir con nosotros su misma Gloria, es tan grande, que uno se queda anonadado.

Y es que desde que Jesús llamó a sus discípulos, fue para que estén con El, este es el maravilloso destino del discípulo de Jesús. (Mc 3,13).

Jesús no llamó a discípulos para que lo sirvan, para que cumplan sus ordenes, para que sean teólogos u oradores, Jesús los llamó para que sean sus amigos, sus hermanos, los llamó para amarlos, para compartir una historia, hacer una nueva creación a través de la Palabra, los llamó para enseñarles que el verdadero amor es dar la vida por los que amas, que el verdadero amor es permanecer juntos y que la separación no existe para los que se aman.

La relación del Maestro Jesús con sus discípulos es diferente a la de otros maestros, “tus discípulos no son como los de Juan”…le cuestionaban los fariseos, no son como otros, es más, de los discípulos de Jesús la gente decía “miren como se aman”. Porque vivían la Palabra de Jesús “en esto conocerán que son mis discípulos en que se aman unos a otros “.Jn 13,35

Lo que Jesús formó en sus discípulos fue un corazón enamorado del Padre, apasionado por el Reino, ellos se amaban unos a otros, nadie se miraba como mas o como menos, la gente cuando los miraba “sabían que habían estado con Jesús… .” Hechos 4,13.

Era tal la preparación que habían recibido de Jesús, se les veía tal conversión, tal convencimiento tal pasión, que “no podían dejar de hablar de lo que habían visto ni oído”. Hechos 4,20

Ellos ahora están con Jesús, y ahora somos nosotros los discípulos de Jesús, el relevo, en esta época, llamados a esa misma amistad a dar la vida por el Maestro, para estar junto a Él, donde El está.

Esta es nuestra meta, esto implica para nosotros como discípulos, el tener que tomar la decisión de querer también estar con él, o sea de corresponderle…aun a pesar de nuestras limitaciones o pobrezas, no debemos desanimarnos, porque él nos conoce, el nos eligió así como somos, porque El quiso…que confianza y descanso nos dan esas palabras que nos hace amarlo cada vez más, nos quiso sus discípulos no por lo que fuéramos o tuviéramos sino porque como dice Pablo “por pura bondad le agradó llamarme” Gálatas 1,15

Así le pareció bien, y su deseo cubre todas nuestras flaquezas, debilidades, faltas todo lo que como discípulos podemos ver en nosotros que no nos hace merecedores de tanta Gracia.

Es Jesús quien pide para nosotros la Gloria compartir su propio destino, y para ir donde está el nosotros ya conocemos el Camino, conocemos la Palabra, Jesús mismo que nos indica cómo alcanzarle, como llegar a Él.

Por eso cuando Jesús nos invita a orar, no es para preparar charlas, no es para saber más de la Biblia, o para tratar de interpretar las citas.

La oración es para crecer en amistad y en amor con El, ojala lo entendiéramos así, para poder pasar disfrutando largos ratos junto al Amado para vivir como verdaderos discípulos.

Cuando vivimos nosotros en oración, en amistad con Jesús, también nos sale del corazón pedirle, “Señor quiero estar donde tu estas, No permitas que jamás me separe de ti, a, no me dejes hacer lo que yo quiero, no permitas que te deje de querer”.

Estar con Jesús y el Padre, esa es nuestra meta en la vida, ninguna otra tiene tanto peso, allí encontraremos la fuerza para vivir el apostolado, y ya desde aquí, disfrutar su llamado a ser sus discípulos, no mirar lo que nos falta, lo que no sabemos o tenemos, lo que no hacemos bien , ni vivir recriminándonos porque no damos la talla, sino ser humildes, entregarnos al Maestro como sus discípulos que quieren seguirle, imitarle estar con Él, vivir con Él para luego predicar y hacerle discípulos que hagan lo mismo.

Cuando oramos intercedemos también por los discípulos, por los hijos, la familia, y brota de nuestro corazón siempre el pedirle: “Señor quiero que ellos también estén donde yo estoy, en esta búsqueda de tu voluntad, en este deseo de permanecer en ti, en este querer ir a los retiros, en este anhelo de mi corazón de amarte cada día más, de hacer el bien, quiero que ellos también estén”, esa es nuestra oración, ese es nuestro afán que se une a la oración de Jesús. “Padre quiero que ellos también estén donde yo estoy”.

Que nuestra Madre santísima nos enseñe a ser manso y humildes de corazón, para dejarnos formar como discípulos, Buscar el encuentro con el Maestro, empezar de nuevo, dejar lo que creemos ya sabido, lo que no nos ayuda, abrirnos a las enseñanzas del Maestro para poder estar donde El está y por todos los que quisiéramos que estén como nosotros estamos: enamorados de Dios.

Dios nos bendiga.

Nila



viernes, 21 de enero de 2011

Arturo giraldo - Como no decirte que te amo

Enséñame, Señor, a amar tu Cruz (Hermano Rafael)

Dios mío..., Dios mío..., enséñame a amar tu Cruz. Enséñame a amar la absoluta soledad de todo y de todos. Comprendo, Señor, que es así como me quieres, que es así de la única manera que puedes doblegar a Ti este corazón tan lleno de mundo y tan ocupado en vanidades.


Así, en la soledad en que me pones, me enseñarás la vanidad de todo, me hablarás Tú solo al corazón y mi alma se regocijará en Ti.

Pero sufro mucho Señor..., cuando la tentación aprieta y Tú te escondes..., ¡cómo pesan mis angustias!...

¡Silencio pides!... Señor, silencio te ofrezco.
¡Vida oculta!... Señor, sea tu Corazón mi escondrijo.
¡Sacrificio!... Señor, ¿qué te diré?, todo por Ti lo di.
¡Renuncia!... Mi voluntad es tuya, Señor.
¿Qué queréis, Señor de mí?
¡¡Amor!! ¡Ah!, Señor, eso quisiera poseer a raudales. Quisiera, Señor, amarte como nadie. Quisiera, Jesús mío, morir abrasado en amor y en ansias de Ti.

¿Qué importa mi soledad entre los hombres? Bendito Jesús, cuanto más sufra..., más te amaré.
Más feliz seré, cuanto mayor sea mi dolor.
Mayor será mi consuelo, tanto más carezca de él.
Cuanto más solo esté, mayor será tu ayuda.

Todo lo que Tu quieras seré.

Mi vida quisiera, que fuera un solo acto de amor, un suspiro prolongado de ansias de Ti.
Quisiera que mi pobre y enferma vida fuera una llama en la que se fueran consumiendo por amor..., todos los sacrificios, todos los dolores, todas las renuncias, todas las soledades.
Quisiera que tu vida, fuera mi única Regla. Que tu "amor eucarístico", mi único alimento. Tu evangelio, mi único estudio. Tu amor, mi única razón de vivir.
Quisiera dejar de vivir, si vivir pudiera sin amarte.
Quisiera morir de amor, ya que solo de amor vivir no puedo.
Quisiera, Señor,... volverme loco... Es angustioso vivir así.

¡Es tan doloroso querer amarte y no poder!
Es tan triste arrastrar por el suelo del mundo la materia que es cárcel del alma que solo suspira por Ti...
¡Ah!, Señor, morir o vivir, lo que Tú quieras..., pero por amor.

Ni yo mismo sé lo que digo, ni lo que quiero... Ni sé si sufro, ni si gozo..., ni sé lo que quiero ni lo que hago.

Ampárame, Virgen María... Sé mi luz en las tinieblas que me rodean. Guíame en este camino en que ando solo, guiado solamente por mi deseo de amar entrañablemente a tu Hijo. No me dejes, Madre mía.

Ya sé que nada soy y que nada valgo... Miseria y pecados, eso es lo único, y lo mejor, que puedo alegar para que tu atiendas mi oración.

Ayúdame a seguir los consejos de la Imitación de Cristo, que me dice que no busque nada en las criaturas y me refugie en el Corazón de Cristo.

Nada quiero que no sea Dios… Fuera de Él todo es vanidad.

martes, 18 de enero de 2011

Sábado de Dios


El Señor, por medio de Moisés, su servidor pidió a los hijos de Israel que observaran el sábado. Les dijo: «Trabajarás durante seis días pero el día séptimo es el sábado, un día de reposo dedicado al Señor tu Dios» (Ex 20,9)... Y les advirtió: «Descansarás tú, tu esclavo, tu esclava, tus bueyes y tu asno». Y añadió: «Igualmente descansarán el mercenario y el extranjero y todo animal que trabaja a tu servicio» (Ex 23,12)... El sábado no ha sido impuesto como una prueba, una opción entre la vida y la muerte, entre la justicia y el pecado igual que los demás preceptos según los cuales el hombre puede escoger entre la vida y la muerte. No, el sábado es el día que se ha dado al pueblo para su descanso, no sólo el de los hombres sino también el de los animales...

Escucha ahora, pues, cual es el sábado que Dios quiere. Isaías lo ha dicho: «Dad descanso a los abatidos» (28,12). Y en otra parte: «Los que observan el sábado sin profanarlo, se verán reconfortados por mi alianza y son los que escogen lo que a mí me place» (56,4)... El sábado no hace ningún provecho a los malvados, los asesinos, los ladrones. Pero los que escogen hacer lo que Dios quiere y alejan de sus manos el hacer el mal, Dios habita en ellos y hace su morada en ellos, tal como lo dice su palabra: «Habitaré en ellos y caminaré junto a ellos» (Lv 26,12; 2Co 6,16)... Nosotros, pues, guardemos fielmente el sábado de Dios, es decir, lo que es grato a su corazón. Así entraremos en el sábado del gran descanso, el sábado del cielo y de la tierra en el que toda criatura descansará.




lunes, 17 de enero de 2011

Con el Bautismo nos hacemos hijos de Dios


Tiempo: Epifanía

Tema: Bautismo de Jesús

Lectura de la carta de san Pablo a Tito 1,3-7

“Andábamos descarriados, esclavos de nuestros deseos, buscando siempre el placer. Vivíamos en la malicia y la envidia, éramos insoportables y nos odiábamos unos a otros.

Pero se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres, pues no fue asunto de las obras buenas que hubiéramos hecho, sino de la misericordia que nos tuvo.

Él nos salvó por el bautismo que nos hacía renacer y derramó sobre nosotros por Cristo Jesús, nuestro Salvador, el Espíritu Santo que nos renovaba.

Habiendo sido reformados por gracia, esperamos ahora nuestra herencia, la vida eterna.”

Le daba gracias a Dios porque pesar de lo que éramos: esclavos del pecado, y todo lo demás como bien nos describe Pablo; sin embargo nuestro Señor no nos rechazó, ni nos condenó, ni nos exterminó por último, que, si hubiese podido hacerlo, puesto que era nuestro Creador, pero no, todo lo contrario, lo único que deseaba era recuperarnos, hacernos volver a Él, y que le pudiésemos conocer como nuestro Padre tal como nos enseño Jesús.

“Con que amor tan inmenso nos amó” que envió a su Hijo único, para que ganara para nosotros la Vida eterna, a costa de su vida, así es “La generosidad del Dios Salvador se manifestó a los hombres” Tito 2,11.

“Cristo Jesús se entregó por nosotros para rescatarnos de todo pecado y purificar a un pueblo que fuese suyo dedicado a toda obra buena” vs14.

El cargó con nuestra culpa en sus espaldas, nos rescató a precio de sangre 1Pe 1,18 si, “con su sangre preciosa de Cordero sin mancha ni defecto”.

Por eso ahora podemos decirle “¡Abba! O sea Padre,” Gálatas 4,7

Este es el Bautismo que celebramos, el haber vuelto a ser hijos….A mí me bautizaron cuando tenía meses de nacida seguramente como a muchos, pero nunca me enteré lo que significaba el Bautismo hasta que tuve más de 40 años de vida. Cuando le bautizan a los niños le dicen que le “van a cortar el rabito”, como una gracia, pero en realidad no se entiende bien la riqueza que estamos recibiendo….que desde ese momento estamos formando parte de la familia de Dios, recibiendo de Herencia la Vida Eterna, y que esa vida es para vivirla, para cuidarla y hacerla crecer.

El Bautismo no es para tener el certificado que me sirve para el colegio católico, o para casarme u otro trámite, es el Primer Sacramento que me consagra como profeta, sacerdote y rey. Como hija de Dios puedo anunciarle, consagrarle mi vida, la de mi familia y de quien El me ponga en el camino, pastorear a su pueblo. Mi vida como hija tiene una misión preciosa, por el bautismo, El Don de Jesús para mí, ¡Puedo vivir una Vida grande!

Cuando oraba esta mañana, miraba a Jesús, le contemplaba allí, en el Santísimo Sacramento, y sentía en su corazón todo el amor que tiene guardado para nosotros, y me iba diciendo “Yo soy el Pan de Vida…yo soy el Buen Pastor, Yo soy la Puerta…yo Soy la Vid…Yo soy el agua que calma la sed…un Jesús que se hace Cordero, que hace de todo para darnos Vida, si queremos algo mas, solo hay que decírselo porque ha venido a darnos Vida en abundancia….

Y nos los da todo porque nos ama, porque somos sus hermanos, es tan grande que Jesús se haga uno de nosotros, nuestro Hermano el Primogénito, por El podemos decir que somos Hijos de Dios, Jesús ha ganado para nosotros este derecho de hijos. “Dios envió a su Hijo con el fin de rescatarnos…para que así recibiéramos nuestros derechos como hijos. Ustedes ahora son hijos….de modo que ya no eres esclavo, sino hijo, y siendo hijo Dios te da la herencia” Gálatas 4,4-7

Esto me supone cuidar esa vida que Dios me la ha dado por pura gracia, “ustedes son reformados y hechos justos gratuitamente y por pura bondad mediante la redención realizada en Cristo Jesús” Rom 3,23

Fuimos con Cristo sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que al igual que Cristo resucitó de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva” (Rom 6,4)

“Recuerda a los creyentes que se sometan a los jefes y a las autoridades, que sepan obedecer y estén listos para toda tarea provechosa. Que no insulten a nadie, que sean pacíficos y comprensivos y traten a todos con toda cortesía.”

Y en la carta a los romanos nos exhorta a dejar al hombre viejo, revestirnos de la vida nueva recibida por el Bautismo.

“Ustedes deben considerarse entonces muertos para el pecado de una vez para siempre. Hemos muerto ¿no es cierto? Entonces ya no le debemos nada…Hay un vivir y es vivir para Dios…no dejen que el pecado tenga poder sobre este cuerpo ¡es un muerto! No obedezcan sus deseos…por el contrario ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han vuelto de la muerte a la vida!”

“Que sus miembros sean como armas santas al servicio de Dios, el pecado ya no los volverá a dominar, pues no están bajo la Ley sino bajo la Gracia” Rom 6 -14

La Gracia recibida en el Bautismo, la Vida Nueva, el Espíritu Santo nos da poder para decir “Todo lo puedo en aquel que me fortalece” Filipenses 4,13

El Bautismo nos marca un antes y un después, cuando ya lo sabemos, que grande es vivir nuestro Bautismo, cada día, saber que Jesús me ha ganado el derecho de llamarme hija de Dios, de tener una identidad que me hace descansar en el hecho de que nada ni nadie me puede arrebatar esto. Puedo perder todo lo material, pero el ser hija de Dios está dentro de mí, y es eterno porque tengo el espíritu que por el Amor de Dios de va derramando en mi corazón incesantemente. Rom 5,5.

Dios nos bendiga.

nila

sábado, 15 de enero de 2011

"Se levantó y lo siguió"

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia
Confesiones, X, 27

«Se levantó y lo siguió»


¡Tarde te amé, oh Hermosura siempre antigua y siempre nueva, tarde te amé! He aquí que tú estabas dentro de mí y yo fuera de mí mismo. Te buscaba afuera, me precipitaba, deforme como era, sobre las cosas hermosas de tu creación. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo; estaba retenido lejos de ti a través de esas cosas que no existirían si no estuvieran en ti. Has clamado, y tu grito ha quebrantado mi sordera; has brillado, y tu resplandor ha curado mi ceguera; has exhalado tu perfume, lo he aspirado, y ahora te anhelo a ti. Te he gustado, y ahora tengo hambre y sed de ti; me has tocado, y ardo en deseo de la paz que tú das.

Cuando todo mi ser esté unido a ti, ya no habrá para mí dolor ni fatiga. Entonces mi vida, llena de ti, será la verdadera vida. Al que llenas tú, lo aligeras; ahora, puesto que todavía no estoy lleno de ti, soy un peso para mí mismo... ¡Señor, ten piedad de mí! Mis malas tristezas, luchan contra mis buenos gozos; ¿saldré victorioso de esta lucha? ¡Ten piedad de mí, Señor! ¡Soy tan pobre! Aquí tienes mis heridas, no te las escondo. Tú eres el médico, yo soy el enfermo. Tú eres la misma misericordia, yo soy miseria.

jueves, 13 de enero de 2011

Comentario del Evangelio de Hoy Jueves.

Odas de Salomón (texto cristiano hebraico de principios del siglo II)
Nº 21 y 25

«Cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones»


Levanté los brazos al cielo, hacia la gracia del Señor.
Echó mis cadenas lejos de mí.
Mi protector me levantó conforme a su gracia y su salvación.
Me despojé de la oscuridad y me revestí de la luz;
mis miembros no experimentaron ningún sufrimiento,
ni angustia, ni dolor.

El pensamiento del Señor me socorrió;
su luz me exaltó;
caminé en su presencia;
me acercaré a él alabándolo y glorificándolo.
Mi corazón se desbordó, invadió toda mi boca,
saltó hasta mis labios.
El gozo del Señor y su alabanza despejan mi rostro.
¡Aleluya!

¡Me escapé de mis cadenas y huí hasta ti, Dios mío!
Tú has sido mi derecha, mi salvación, mi ayuda.
Tú has detenido a los que se levantaban contra mí
y han desaparecido.
Tu rostro estaba conmigo y tu gracia me salvaba.
Era despreciado y rechazado a los ojos de la multitud.
Pero tú me has dado fuerza y ayuda.
Has colocado la luz a mi derecha y a mi izquierda.
¡Que en mí todo sea luz!
Me he revestido con la vestidura de tu Espíritu,
has quitado de mí los vestidos de piel (Gn 3,21).
Tu derecha me ha levantado y ha echado lejos de mí
mi enfermedad.

Tu verdad me ha robustecido y tu justicia me ha santificado.
He sido justificado por tu amor tan suave,
y tu descanso es para mí por los siglos de los siglos.
¡Aleluya!

martes, 11 de enero de 2011

Se postraron para adorarlo


Recibir las pautas de oración es recibir la Palabra de Dios dirigida a su apóstol, a su amigo, que como Moisés ha tenido un encuentro de amistad, personal y muy intimo porque “Yavé hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su prójimo” Ex 32,11

Y luego Moisés iba y les predicaba al pueblo todo lo que el señor que le había dicho para que lo viviesen, ellos así lo habían decidido porque tenían temor de hablar con Dios cara a cara también.

Pero ahora la Vida se nos dio a conocer, Jesús ha venido a darnos a conocer el AMOR del Padre, amor que quita todo temor, amor que hace desear permanecer a su lado, que ya no necesita intermediarios. Nos ha hecho capaces de tener amistad con El, de poder dialogar con El, nosotros directamente podemos hablar con Él a través del Espíritu Santo nuestro Dulce Intérprete del alma.

Las pautas nos encienden el corazón, para buscar ese encuentro, porque no nos conformamos con lo que nos dicen sino que también queremos gozar personalmente de su presencia y oír lo que nos dice al corazón, lo que siente, lo que piensa, lo que proyecta para nuestra vida y la de nuestros hermanos, por eso como los reyes magos que llegaron buscando al Niño personalmente, ya que no enviaron emisarios, alguien que les venga luego con la noticia, nosotros también tenemos que entrar…

“….Que alegría más grande habían visto la estrella!

“Al entrar en la casa vieron al niño con María, su Madre; se arrodillaron y le adoraron”. Mt 2,12.

El Señor me invitaba a entrar a no quedarme fuera contemplando el Nacimiento, el Misterio, me pedía entrar, a no quedarme fuera, porque me ama, porque no me quiere viviendo a medias, me quiere disfrutando como los magos que se alegraron mucho y regresaron a su país muy contentos a anunciar lo que habían visto y oído, regresaron por un camino diferente ya no con una búsqueda sino con una respuesta para todos…

Si la estrella te ha traído, aquí, hasta mi Puerta, es para que entres, pero entra con sencillez, “quítate las sandalias ESTAS EN TERRENO SAGRADO“ entra como los sabios de Oriente que , no se desanimaron al ver la humildad de la casa, ellos entraron con apertura, se postraron porque aceptaron a Jesús así como estaba; entra a aceptar también a Jesús en el hermano, en la familia que te ha puesto, acéptalo en aquello que no te gusta de ti, adorarlo es reconocerlo como Rey y aceptar su voluntad.

La palabra que Dios nos dirige hoy es actual, hoy también se nos invita a adorar al niño, pero para eso tenemos que entrar, a esas situaciones que se nos presentan a diario, en ellas esta Jesús esperando que nos postremos que se doblegue nuestra voluntad, nuestra rigidez o soberbia terquedad o lo que queramos llamar que se arrodille ante la Voluntad de Dios, allí ha querido el esperarnos, allí es donde nos quiere.

Más allá de lo que nosotros queramos allí está Jesús pidiéndonos entrar, con HUMILDAD, los magos, que también dice la tradición que eran sabio en realidad, ellos con todo su saber, su ciencia se arrodillaron, y le adoraron.

Yo le pedía al Señor me ayude a doblar las rodillas ante su voluntad, porque a veces cuesta aceptar lugares, personas, ya sea en el trabajo, o en la casa, o la enfermedad, o la muerte, o la separación, lo que se presenta; que me ayude a entrar y aceptar con alegría, con gozo, porque si me ha invitado a descubrir su estrella a encontrarle es porque me ama y porque me necesita ALLI, NO DONDE YO QUIERO SINO DONDE QUIERE EL ME QUIERE. Porque así conviene: “Deja que hagamos así por ahora” Mt 3,15.

Entrar…postrarse y adorarle.. Es la palabra que me ha quedado resonando en el corazón, “Entra”. Entra a lo que te toque vivir porque Jesús esta allí esperando, y adórale en esa persona, en esa palabra que te dice, no hay lugar donde El nos este, si escalamos los cielos el está allí, si bajamos a las profundidades, allí le encontramos, si vamos al otro lado del mar allí también está Él. Solo nos pide Entrar con confianza, entrar al dialogo personal con El, entrar a la oración póstrate ante El y adórale.

“Señor yo quiero entrar a tu presencia y ser un verdadero adorador…. en Espíritu y en Verdad yo te quiero adorar….”

Y regresar como Los magos a anunciar a todos los pueblos que Jesús es rey, no solo de los judíos sino de todo el mundo Rey de La Gloria, Rey de los Siglos..

Que Nuestra Madre nos regale de su Fe y Humildad para entrar a su Presencia y adorarle.

Nila.

jueves, 6 de enero de 2011

La fe es creer en la eficacia de la Palabra de Jesús


Juan 4,46-53

Hoy día la Palabra de Dios, nos habla de la Fe a través de la lectura del Evangelio de Juan:

“Había un funcionario real en Cafarnaúm que tenia un hijo enfermo. Al saber que Jesús había vuelto a Judea a Galilea, salió a su encuentro para pedirle que fuera a sanar a su hijo, que se estaba muriendo”,

El era un funcionario real, con mucho poder y dinero seguramente, pero habiendo oído hablar cosas maravillosas que Jesús está realizando en todo el pueblo, va a buscarlo.

Y para encontrarlo ha viajado muchos kilómetros, muchísimas horas, pensando y sintiendo en su corazón que El le podría devolver la salud a su hijito que se estaba muriendo, cuanta ilusión tendría de volver a ver a su pequeño jugar y corretear por la casa como antes.

Seguramente también mucho antes había acudido a ¡cuántos médicos!, cuantas recetas habría probado para curarlo, pero nada le habían dado resultado y entonces había decidido ponerse en camino para encontrar Al que le habían dicho que cura enfermos, devuelve la vista a ciegos, resucita muertos, da de comer a cinco mil personas…!esta vez su hijito iba a sanarse de esa fiebre que lo estaba matando!.

Y llega donde Jesús por fin y le dice:

“Señor ten la bondad de venir antes de que muera mi hijo.” Vs 49 quizás pensó que Jesús iba a ir a su casa e iba a ponerle la mano en su cabecita y bendecirle, pero la respuesta de Jesús es diferente le dice:

“Puedes volver, tu hijo está vivo”, Jesús con estas palabras, le invita a creer que ya el milagro se ha dado…. ¡y éste hombre creyó! “El hombre creyó en la Palabra de Jesús y se puso en camino”

La Palabra de Jesús es eficaz es la mejor medicina para todo lo que nos pasa porque nos conoce, porque por ella hemos sido creados, nadie nos va a dar lo que necesitamos como El. No esperemos probar formulas, recetas, acudir a todo el mundo para ir a Jesús al último, Él es a quien debemos acudir primero que nada, luego nos guiará hacia donde conviene ir para encontrar lo que necesitemos, porque “El Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso.” Mt , 6, 32

Cuando el hombre regresó a su casa “Les preguntó a qué hora se había mejorado el niño, y le contestaron ayer a la una de la tarde se le quitó la fiebre. El padre comprobó que a esa misma hora Jesús le había dicho “Tu hijo está vivo”. Y creyó el y toda su familia”.

Qué alegría debe haber sentido en su corazón cuando comprobó que a esa misma hora él había estado hablando con Jesús, a través de él y de su gran fe, le estaba llegando la vida a su hijo.

Vamos a pedirle al Señor llene nuestro corazón de fe, para ir a buscarlo como este hombre, como tantos que han hallado la sanación, por creer en la Palabra de Dios no solo para nosotros sino para aquellos que sabemos que sufren en el cuerpo o en el alma, somos instrumentos de Dios, intercesores que los demás necesitan para recibir la cura que necesita, el Remedio Verdadero y efectivo.

Aunque tengamos que subir cerros como este funcionario real, o recorrer largas distancias entre lo que pensamos y lo que nos llama Dios a Creer, que le pongamos mucho empeño para permanecer en la oración y perseverar en la fe.

Dios nos invita a volver a creer, tu fe está viva, Dios está con nosotros, se ha quedado con nosotros, y solo nos pide creérnoslo.

Aunque no veamos de momento el milagro como este hombre, ¡Dios esta!, él regresó a su casa seguro de que su hijo estaba vivo y por su fe toda su familia creyó, la fe este hombre cambio la vida de esta casa.

Oración.

Señor tú me llamaste para ser instrumento de tu gracia

Para anunciar la Buena Nueva,

Para sanar las almas….

Señor tú me llamaste para salvar al mundo ya cansado,

Para amar a los hombres

Que tú, Padre, me diste como hermanos.

Soy cera blanda entre tus dedos,

Haz lo que quieras conmigo. (Liturgia de las horas Jueves II)

Dios nos bendiga.

Nila

domingo, 2 de enero de 2011

“Levántate y brilla que ha llegado tu Luz"

Epifanía del Señor

Levántate y brilla que ha llegado tu luz y la gloria de Yavé amaneció sobre ti. Mientras las tinieblas cubrían la tierra y los pueblos estaban en la noche, sobre ti se levantó Yavé, y sobre tí se levantó su Gloria.” Isaías 60, 1-2

Esta mañana le daba gracias al Padre, por Jesús, por la Luz que nos ha enviado para iluminar nuestras tinieblas, nuestro oscuro entendimiento; y al igual que los Magos de Oriente, sentía una gran alegría al contemplar la ESTRELLA, al descubrir que su Luz sigue conmigo, guiándome, que a Él no le importa donde yo este, donde vaya, El va conmigo, ya sea el oriente o el occidente, su estrella no me deja sola, que me pierda o que me desoriente, ¡¡Que alegría más grande en este inicio del 2011 he visto otra vez la estrella! ¿Será por eso que la Epifanía la celebramos este año al día siguiente de año nuevo?.....Como para decirnos nos tengas miedo, YO ESTOY CONTIGO, MI GRACIA NO SE HA ACABADO EN TU VIDA, tengo reservado mucho amor para ti. Jer 31,3

Y junto con la alabanza y la acción de gracias también le hacía unas peticiones al Señor:

Le pedía Sabiduría: Señor, haz que descienda desde el cielo donde todo es santo, envíala desde tu trono glorioso, para que esté a mi lado en mis trabajos y sepa lo que te gusta.

Porque ella todo lo conoce y lo comprende; ella me guiará con prudencia en todo lo que haga y su majestad me protegerá; entonces te serán agradables mis obras, gobernaré a tu pueblo con justicia y seré digno del trono de mi Padre. Sab 9, 10-12.

Tu, Señor, me has dado una familia, unos amigos, todo un pueblo que espera ver tu Luz, ver tu estrella manifestarse en sus vidas, dame sabiduría para ser un reflejo tuyo, que aunque sea muy pálido pero que les haga vislumbrar y buscar la Luz verdadera.

Dame Señor la Gracia que le acompañó a Pablo para considerar las cosas como peso muerto en comparación con eso tan extraordinario que es conocerte a ti, dame la gracia de poder ver ante tu Luz esplendorosa todo como pelusas que se pierden dentro de tu resplandor. Fil 3,8

Dame la gracia de caer de rodillas como los magos para adorarte, allí en tu sencillez de Niño acostado en un humilde pesebre junto a María y José , y rendirme a tus pies y ofrecerte todo lo que soy, lo que tengo, con todo mi amor y reconocerte como mi Salvador, mi Dios mi Rey.

Gracias Madre porque al igual que permaneces siempre cuidando de tu Niño, así nos cuidas a nosotros para permanecer también en EL.

Nila.

Nota

(En la Liturgia aquí, en Canadá estamos celebrando la Epifanía del Señor)