viernes, 29 de julio de 2011

“Nos da su Amor como esencia para ser sal de la tierra y la luz del mundo”.

(Mt 5,13-16)
Las imágenes de la sal y de la luz, en la antigüedad se consideraban como elementos esenciales de la vida humana, Así el Señor hoy día nos invita a ser “elementos esenciales”, en la tierra.Tenemos un llamado: Ustedes son la sal de la tierra....". EL Señor nos está encargando la misión de dar sabor, de sazonar con la Vida nueva que El nos regala en la Eucaristía, a cada lugar donde vayamos, y en cada momento que tengamos la oportunidad de ser sus manos, sus pies, su boca, su ternura, su abrazo, su compasión, revelarnos como el sabor de su Amor.

“Que su conversación sea agradable y no le falte su granito de sal. Sepan contestar a cada uno lo que corresponde”. Colosenses 4,6

Así como la sal también se usa para conservar los alimentos, así también a nosotros como sal de la tierra el Señor no encarga conservar el depósito de la Fe, de la Esperanza, del Amor, ¿Cómo?...permaneciendo en El, en su Palabra, en los Sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía, para que el mundo le conozca como realmente El es a través de nuestra vida “sazonada” por el encuentro personal con El.

“Conserva el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros” 2 Tm 1,14).

"Ustedes son la luz del mundo....".Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.

En un mundo que camina entre sombras y tinieblas el Señor ha encendido en nosotros la Luz de la Verdad, por la Palabra, por la Eucaristía nosotros hemos salido de oscuridad, estábamos ciegos y ahora podemos ver, el seguirlo nos ha sacado de las tinieblas.

"Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8,12).

Ahora tenemos Luz para caminar por el mundo somos reflejo de su Luz, El nos ha puesto como luz para el mundo, no podemos privar a nuestros hermanos conocer a Cristo luz del mundo” , seriamos malos, ellos tienen derecho también a conocer la Luz del evangelio, a conocer a Jesús, a disfrutar de su luz.

“Hagan, pues, que brille su luz antes los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos.”

Estamos llamados a ser misioneros de palabra y de obra, ser luz cuesta porque hay que quemarse, a mí me hacía ver el Señor la figura de una vela que para alumbrar primero se tiene que quemar la mecha, y así se va consumiendo y mientras se va consumiendo, va alumbrando, así tendría que ir nuestra vida ir consumiéndose para las cosas de este mundo, lo terrenal y en ese proceso, los demás vayan viendo su amor, su Luz a través de las buenas obras, ser testigos creíbles para dar gloria al Padre que está en los cielos.

“¡A ustedes les corresponde ser los centinela de la mañana (cf. Is 21, 11-12) que anuncian la llegada del sol que es Cristo resucitado!!” (B. Juan Pablo II)

“El encuentro personal con Cristo ilumina la vida con una nueva luz, nos conduce por el buen camino y nos compromete a ser sus testigos. Con el nuevo modo que Él nos proporciona de ver el mundo y las personas, nos hace penetrar más profundamente en el misterio de la fe, que no es sólo aceptar y ratificar con la inteligencia un conjunto de enunciados teóricos, sino también asimilar una experiencia, vivir una verdad; es la sal y la luz de toda la realidad (cf. Veritatis splendor, 88).

Es necesario retomar en nuestra vida el llamado de Jesús a ser Luz, a ser Sal de la tierra, ser la esencia del amor que este mundo necesita, y esa esencia tiene su origen en nuestra amistad con Jesús, en la permanencia en El,

“Este es el mensaje que hemos recibido de El, y que les anunciamos a ustedes: Que Dios es luz y que en El no hay tinieblas. …si caminamos en la luz lo mismo que El está en la luz estamos en comunión unos con otros”. 1Jn 1,5.7

"No se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón"

El sentido de nuestra vida, es vivirla siendo un reflejo de la Gloria de Dios, del Amor que le tiene a la humanidad, la Luz de su Amor tiene que llegar a todos, no lo podemos esconder por miedo o egoísmo, nosotros somos los encargados de llevar esa Luz en nuestra persona, esa es nuestra gran misión.

"Un nuevo siglo y un nuevo milenio se abren a la luz de Cristo. Pero no todos ven esta luz. Nosotros tenemos el maravilloso y exigente cometido de ser su ‘reflejo’"

(Carta apostólica Novo millennio ineunte n.54).

“Cristo los llama, la Iglesia los recibe como casa y escuela de comunión y de oración. Profundicen en el estudio de la Palabra de Dios y dejen que ella les ilumine la mente y el corazón. Tomen fuerza de la gracia sacramental de la Reconciliación y de la Eucaristía. Traten asiduamente con el Señor en ese "corazón a corazón" que es la adoración eucarística. Día tras día recibirán nuevo impulso, que les permitirá confortar a los que sufren y llevar la paz al mundo. Son muchas las personas heridas por la vida, excluidas del desarrollo económico, sin techo, sin familia o sin trabajo; muchas se pierden tras falsas ilusiones o han abandonado toda esperanza. Contemplando la luz que resplandece en el rostro de Cristo resucitado, aprendan a vivir como "hijos de la luz e hijos del día" (1 Ts 5,5), manifestando a todos que "el fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad" (Ef 5,9). (Bto. Juan Pablo II).

Dios y nuestra Madre Santísima nos bendigan.

Nila


lunes, 25 de julio de 2011

“Trabajen por el alimento que da Vida Eterna


Juan 6, 26-27

“Jesús les contestó: «En verdad les digo: Ustedes me buscan, no porque han visto a través de los signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre.»

Estamos terminando de orar el tema de la Vida Eterna, en esta semana y el Señor me invitaba hoy día a entrar en la “intencionalidad” del trabajo que realizamos.

Mucha gente busca al Señor, en todas partes del mundo, yo veo particularmente en las iglesias a los hermanos que buscan los milagros del Señor y ahí están poniendo velas, realizando muchos actos de piedad, pidiéndole al Señor favores con Novenas, sacrificios etc. y eso es muy tierno porque yo los veo como niños que confían en su Padre para quien nada es imposible, y esperan su favor.

Es muy hermoso también ser agradecido con el Señor por los favores que nos hace, de sanar alguien enfermo, de conseguirnos el trabajo tan anhelado, que lo que parecía imposible se haya hecho realidad por El.

Pero el Señor ahora nos exhorta a buscarlo con otra intención, como adultos en la fe, que demos un paso más, que miremos a través de los signos, que no nos quedemos mirando solo los milagros: El pan que nos da, el trabajo logrado, la recuperación de una enfermedad grave, el regreso de alguien a casa, etc. sino que demos un paso más, que miremos a Quien tiene poder para dar no solo esas cosas sino mucho más: La Vida eterna.

El Señor quiere que la razón de nuestra vida sea buscarlo para que nos de Vida eterna, algo que no se toca físicamente, pero que sin embargo es lo vital para que podamos vivir ya sea en el trabajo, como padres de familia, como hermanos,

Entendía hoy de parte del Señor, que la Vida eterna es vivir en el Amor….si yo no tengo el Amor de Dios en mí, si yo no vivo sumergido en la Vida eterna que es Dios, yo no soy nada”. Todo trabajo será pobre, cansador, rutinario y sin sentido sin Él. Que diferente será trabajar inmerso en los motivos del Señor, que en lo más insignificante o lo más grande que yo haga, ponga el detalle de su Amor, que me encuentre trabajando para el Señor, para el Alimento que permanece y que da Vida eterna que es El Mismo.

El ha sido marcado con el sello del Padre, es Jesús Eucaristía, el Mesías, el Hijo de Dios, el Ungido, el Enviado del Padre con toda autoridad para dar vida eterna a todo el que crea en El. Por eso cuando comulgamos su Cuerpo y su Sangre, estamos recibiendo Vida Eterna para dar vida eterna.

“Trabajen, no por el alimento de un día”

El Señor no nos está pidiendo dejar nuestros trabajos de la vida diaria para trabajar solamente para la vida eterna como si fueran dos cosas separadas u opuestas una de la otra, al contrario, El las está uniendo y quiere que nosotros las vivamos integradas, complementadas completamente una en la otra, esto es:

Que en las cosas que hagamos, donde vayamos, y hagamos lo que hagamos nosotros guardemos y cumplamos la intención del Señor que es trabajar para la vida eterna.

Cuando le preguntaba al Señor esta mañana, de modo práctico, ¿cómo debo vivir la Vida eterna?, (me encontraba cocinando), y me decía que esto que estaba haciendo era algo muy importante, sobre todo en el modo, en el estado de ánimo, en la intención que estaba poniendo al hacerlo.

Si es que lo estaba haciendo con amor…..eso era estar trabajando para la vida eterna, que en eso tan humilde que hacía, estaba preparando el alimento, que era mi propia vida, mi entrega para que los demás sientan el Amor de Dios, que no importaba lo sencillo o abundante del menú, lo importante, era “como lo servía, como lo disponía en la mesa, como se los ofrecía. Como agradecía a Dios ante todos por ese alimento”.

Y entendía también que el Señor cuando nos dice trabajen por el alimento que permanece y da vida eterna, nos pide, vivir en el Amor, vivir en El, porque El es Amor, el es Vida Eterna, entonces, mientras trabajemos o estudiemos, o hagamos lo que hagamos, si lo hacemos con el Amor como fondo o base de todo, estaremos trabajando no por un salario, no por alguna recompensa o agradecimiento, no porque corresponde hacerlo o por cualquier clase de retribución humana sino por el alimento que permanece y da Vida eterna que es vivir sumergido en la intención del corazón de Jesús Eucaristía que quiere dar Vida eterna a todos a través de nuestra vida.

¿Porqué me buscan? preguntó el Señor un día a los discípulos de Juan que lo estaban siguiendo, (Jn 1,38) ¿con que intención o con qué interés le buscamos? respondámosle al Señor hoy día que lo buscamos porque hemos visto a través de los signos, al Hijo de Dios, le hemos visto a Él, Jesús Eucaristía que viene a darnos Vida Eterna cada vez que le recibimos, y que si nos faltara El nos faltaría todo, que nada tiene importancia más que recibirle y darle a conocer.

Todo lo considero al presente como peso muerto en comparación con eso tan extraordinario que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. A causa de El ya nada tiene valor para , y todo lo considero como pelusas mientras trato de ganar a Cristo. “Filipenses 3,8

Pidamos a María, nos acompañe cada día a guardar y cumplir la intención de servir al Señor trabajando para la Vida eterna en lo pequeño o en lo grande de nuestras ocupaciones diarias.

Dios nos bendiga.

nila

viernes, 22 de julio de 2011

“Yo Soy el Pan de Vida”



Juan 6, 48-51

Adorado seas, Jesús, Cordero de Dios, Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Dios oculto en el Santísimo Sacramento del altar. Adorado seas en la eternidad, en el seno de Dios Padre; adorado seas en el tiempo, en el seno de la Virgen Madre; adorado seas, en el tiempo de la Iglesia, en su seno, el altar Eucarístico. Adorado seas, Jesús, en el tiempo y en la eternidad.

“Jesús levantó los ojos y al ver el enorme gentío que acudía a Él sintió gran compasión de ellos y dijo a Felipe: ¿Dónde iremos a comprar pan para que coma esta gente? Se lo preguntó para ponerlo a prueba pues él sabía bien lo que iba a hacer?

Jn 6,5. Mt 14,14

Qué grande es saberse mirado por Jesús, que al levantar los ojos, es a nosotros a quienes ve, y al mirarnos siente com-pasión, porque sabe todo lo que vivimos, todas nuestras experiencias de vida no le son indiferentes, nos ve siguiéndole… algunos con mucha fe otros con poca, pero siempre intentando no separarnos de su presencia. Por eso me ayudaba mucho meditar en este pasaje donde Jesús alimenta a una multitud que le seguía y promete hacerse Pan Vivo para dar la Vida eterna…..

Jesús sabía que el hambre de la gente no solo era de pan, sino de Vida Eterna, que la gente lo seguía porque había encontrado en El algo Nuevo, completamente diferente a todos los maestros y los rabinos, Jesús sabía que ellos tenían hambre de Él, aunque ellos mismos no lo sabían definir bien, por eso les ayuda para que puedan entender e identificar lo que realmente querían, el hambre que tenían.

“Ustedes me buscan, no porque han visto a través de los signos sino porque han comido pan hasta saciarse….trabajen por el alimento que permanece y da Vida eterna. Este se lo dará el Hijo del Hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre.” Jn 6,27

Y Jesús entonces les dice ““Yo soy el Pan de Vida”, ustedes tienen hambre de Vida eterna, Yo soy el que ustedes buscan. “Aquí tienen el pan que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran”.

Jesús que ha bajado del cielo para que tengamos vida, para no morir, nos dice “aquí tienen”, El se ofrece como la única Fuente de donde nosotros podemos alimentarnos para saciar el hambre que tenemos de cosas y de personas, El se ofrece como Verdadero Pan, Verdadera Comida, Verdadera Bebida. Alimento que da Vida eterna.

Pero le preguntaba al Señor ¿Porqué Si El nos quiere dar su vida, nos la ofrece para tener Vida, para no morir, y es un Pan Único, a quien nadie ni nada se le puede comparar, entonces ¿Por qué buscamos lo que no es pan, lo que no alimenta? ¿Por qué preferimos el placer pasajero, el pecado que da muerte?, ¿Por qué la indiferencia y frialdad, el anti testimonio de los que lo recibimos? ¿Por qué postergamos o retrasamos, el momento de recibirle?, Señor ¿qué nos pasa?, ¿que nos falta para comulgar contigo en el deseo de no querer morir, de buscar intensamente el tener la Vida eterna que es tenerte a ti Jesús Eucaristía?

Nos falta fe creer en Jesús como el Hijo de Dios, que tiene Poder para darse como alimento El mismo, estamos como los judíos que le siguen, pero van dudando…

Los judíos discutían entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer carne?” Jesús les dijo: «En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes”.

¿Será que nos falta un encuentro espiritual mas fuerte con Jesús Palabra de Dios, será que nos estamos quedando mas en las cosas humanas?

El hombre que se queda en lo humano no entiende las cosas del Espíritu de Dios. Para él son necedad y no las puede entender, pues éstas sólo se pueden entender a partir de una experiencia espiritual...1 Cor 3,18-20

“Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”.

La permanencia en el Señor es lo que nos da la Vida eterna, como el oxigeno que necesitamos para vivir y no nos puede faltar porque si no morimos….mucho más vital es permanecer en El para tener vida eterna por eso debemos pedirle al Señor. “Danos Señor de ese Pan que da Vida, para ya no morir y vivir para siempre”.

¿Qué pasaba cuando no comíamos de este Pan?, Qué diferente era nuestra vida, que triste realmente, las preocupaciones del mundo nos quitaban la vida, la corriente del mundo nos arrastraba a donde quería, nos faltaba fuerza para decirle no a la tentación. Ahora tenemos los mismos problemas, las mismas tentaciones incluso, pero los vivimos de otra manera, la diferencia es porque al recibir a Jesús Eucaristía, Pan Vivo bajado del cielo, recibimos su Fuerza para enfrentarlas y para resistir, nosotros no podríamos vivir solos, para Vivir bien necesitamos a Jesús Eucaristía, Sacramento divino que se nos entrega como alimento para trascender a las cosas de esta vida, de este mundo.

“El pan que yo daré es mi carne y lo daré para la vida del mundo”

En la vida diaria, si nos detenemos a reflexionar en ¿Cuáles fueron los momentos en que hemos sentido la Vida eterna derramarse en nuestro corazón, fluir en nuestra vida?, son aquellos en que pudimos ser luz en momentos de oscuridad, pudimos ser instrumentos de unión, de armonía, de esperanza; donde en lugar de esperar y de reclamar nos volvimos generosos, pacientes, y cuando preferimos sobretodo hacer la voluntad de Dios, decidiendo hacer aquello que le agradara: esos momentos fueron los que nos dieron vida eterna porque nos dieron paz y la certeza de que estamos en el camino que Jesús marca para nosotros cada vez que nos alimentamos de Él.

El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día.

Creer en la Vida eterna en Jesús Eucaristía no es algo teórico, ni abstracto que me hace vivir en las nubes, mas bien es algo concreto que lo palpo en mi vida, y lo palpan mis semejantes, mi prójimo mi familia palpan la vida eterna que El me da, porque vida eterna es amar al estilo de Jesús encarnar su Vida…el que me come vivirá por Mí. Soy yo quien vivirá en ti, y tu por Mi tendrás vida eterna.

Gracias Señor, por venir a mi vida para darme Tu Vida para salvarme, para permanecer en mi para que ya no muera, gracias por ser Pan de vida, Pan Vivo bajado del cielo, alimento que me convierte también en pan vivo para mis hermanos, para alimentarles de tu amor, de tu Vida a través de tu Palabra y mi testimonio de vida.

Madre querida ayúdanos a ser más fieles a Jesús Eucaristía, acudir con más frecuencia a la Comunión, y compartir el regalo de la Vida eterna con nuestros hermanos.

Dios nos bendiga.

Nila

martes, 19 de julio de 2011

Es vivir su Sacrificio en mi vida hasta que todo mi ser sea amado, salvado y redimido por él.

(2 Re 5,1-19; Lc 1,4-56)

Es un regalo tan grande del Señor que a través de las Lecturas que nos da la comunidad vayamos meditando en la Eucaristía, y semana a semana nos hagamos conscientes de lo que significa para nosotros el sacrificio de Nuestro Señor Jesús y vivirlo en nuestra vida.

Cuando repetimos las cosas, fácilmente se van haciendo rutina, y lo peor es que hasta los sacramentos se pueden llegar a hacer una costumbre, hacerlo “porque ya es tiempo de confesarme”, “hace tiempo que no comulgo, voy a hacerlo”. ¡Cuánto nos falta entender la Gracia santificante que estamos recibiendo y todo lo que el Señor nos ofrece!

En la lectura que se nos ofrece para meditar ahora, me identificaba con Naamán, un hombre que estaba enfermo con lepra y quería sanarse, lógicamente, y un día escucha y cree en la sugerencia de una muchachita israelita, que le habla de un profeta en Israel que le podría curar.

Y allí va desde lejos buscando la sanación.

“Cuando Naamán llega a la puerta de Eliseo él le manda decir:

“Ve a bañarte siete veces en el Jordán y tu carne será como antes y quedarás sano”.

Le preguntaba “Señor que me quieres decir, que significa “ve a bañarte siete veces en el Jordán”, el mismo rio donde te bautizó Juan, donde el Padre te llamó “Su Hijo, su Amado, su Elegido” Mt 3,17

Y me hacía entender que su deseo es que entremos a bañarnos en su Sacrificio, en su Muerte y Resurrección, en el Misterio del Amor, “vive mi sacrificio en tu vida, siete veces, quiere decir siempre, hasta que sientas todo mi amor, entregado por ti, hasta que te sientas rescatada, salvada, mi amada, mi elegida, mi hija… hasta que tu corazón estalle de gozo con cada confesión, hasta que no te conformes con estar bien, sino que busques la perfección, siete veces es querer que seas perfecta, que seas santa “como Yo soy Santo”. (Lev 1,2)

EL Señor no espera menos de nosotros, el Amor todo lo espera, Jesús creyó en nosotros desde antes de ir a la Cruz, Señor tu sabías que tu sacrificio no era en vano, lo esperabas y esperas todo de nosotros, ¿cómo rechazar Señor tanto amor entregado para purificarnos, redimirnos, salvarnos, darnos la Vida eterna?.

Ir a las Aguas del Jordán es ir a confesarnos a renovar nuestro bautismo, meternos en el Agua purificadora del Amor de Dios, ahogar ahí todo lo que nos separa de Él y de nuestros hermanos, todos esos pecados que como lepra, nos tienen apartados, esas lepras del negativismo, del pesimismo, etc., que no nos dejan amar ni dejarnos amar.

Vivir su sacrificio en mi vida es creerle. Que Jesús también murió por mí para que yo fuera curada. “El soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados” Isaías 53, 5b.

Para Naamán era difícil entender la sencillez del mandato, “ir a bañarse al Jordán”, Eliseo fue específico no le dijo “ve a cualquier río”, Naamán no lo entiende porque se queda en las cosas exteriores. Como nosotros no entendemos cuando queremos hacerlo a nuestro modo, ¿por qué tengo que ir a un sacerdote?, ¿Por qué no le digo mis pecados a Dios de frente? Nos quedamos en la superficie de lo que significa el sacramento de la Confesión por ignorancia.

Jesús nos llama a bañarnos en su Sacrificio, para darnos salud espiritual y física la plenitud de sentir su amor que nos da poder para cambiar, para recuperar la identidad de hijos de Dios deformada por el pecado, Jesús ya pagó por nuestros pecados con su sangre. La Promesa del Padre se ha cumplido en Jesús.

“En aquel día habrá una fuente siempre corriendo para que los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén, se puedan lavar de sus pecados e impurezas”. Za, 13,1

Esa fuente siempre corriendo es el Amor de Jesús, es el sacrificio de Jesús, cada vez que nos vamos a lavar, confesando nuestros pecados con un corazón contrito y humillado, nos metemos a la Fuente, al Rio de Agua Viva, al rio Jordán para que nos lave de nuestros pecados e impurezas.

El que no cree, y rechaza el regalo de la redención que se da gratis, es que quiere seguir enfermo, como Naamán que en un momento dudó y quiso regresar a su tierra con su orgullo y su lepra. “Muy enojado dio media vuelta para irse”.

Pero el Señor le dio la gracia de la humildad y escuchó a sus siervos que le aconsejaban “¿Por qué, pues, no lo haces cuando tan sólo te dice: Lávate y quedarás sano?»

Bajó pues y se sumergió en el Jordán siete veces, tal como le había dicho el hombre de Dios. ¡Y después de eso su carne se volvió como la carne de un niñito y quedó purificado. (2 Re 5,1-19)

¿Por qué pues no lo hago, porque pues no lo hacemos todos? Porque no bajamos a sumergirnos siete veces hasta que todo nuestro ser sea amado, salvado y redimido por Él?

De confesión en confesión, el fiel experimenta progresivamente una comunión cada vez más profunda con el Señor misericordioso hasta la plena identificación con Él, que se alcanza en aquella perfecta "vida en Cristo", qué consiste en la verdadera santidad».. Juan Pablo II.

“Entonces Naamán regreso al hombre de Dios con toda su gente. Entró y le dijo:” Ahora sé que no hay en el mundo otro Dios que el de Israel”. Bañarse en las Aguas del Jordán nos hace creer que no hay otro Dios como nuestro Dios, y dar testimonio ante toda nuestra gente de que no hay nadie que nos ame como El nos ama.

Bajar al Jordán nos hace vivir su sacrificio en nuestra vida y cantar con María nuestra Madre: “Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador…muestra su misericordia siglo tras siglo a todos aquellos que viven en su presencia. Socorrió a Israel su siervo, se acordó de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres…¡El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí!. (Lc 1,46.50.54.49).

Dios nos bendiga.

Nila

viernes, 15 de julio de 2011

Es llenarte de Gracia, porque para Él nada es imposible”



Is 61,10-11; Lc 1,26

Nos decían en la Escuela de la Palabra que ver a Jesús hecho Eucaristía, es ver nuestra vida en Él, totalmente amada, rescatada y redimida por todo. Todo nuestro ser hecho Cuerpo de Cristo, SU CUERPO Y SU SANGRE. Porque al comprarnos nos ha redimido y nos ha hecho uno con Él. Somos el sacrificio vivo y santo de Jesús Eucaristía.

Si nuestra vida ya esta rescatada y redimida, nosotros le pertenecemos al Señor, ¡Que hermoso, que confianza, que paz, que descanso da cuando nos hacemos conscientes de esta gran Verdad para nuestra vida! Y esta entrega es constante, es permanente, porque el Señor no cesa de darse, de entregarse por nosotros para hacernos sacrificio vivo y santo con El.

Los medios que ha puesto en nuestras manos para hacernos sacrificio vivo y santo con El, son los Sacramentos: en el Sacramento de la Reconciliación nos entrega su Perdón que nos renueva, que nos limpia el corazón… “dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”, Y se entrega en cada Eucaristía en la forma de Pan para vivir en nosotros, “el que me come vivirá por mi” Jn 6,57 para que tengamos Vida en El.

Esta semana estamos contemplando a Jesús Eucaristía: Sacrificio y Ofrenda para hacernos uno con El.

A mí me ayuda mucho para “refrescar” en mi vida el sacrificio de Jesús, ofreciéndose al Padre por mi ,orar el Salmo 118.

las aguas de la muerte me envolvían, los torrentes devastadores me aterraban; las redes de la muerte me cercaban, ante mi estaban tendidas trampas mortales…..Desde los alto su mano me tomó, y me rescató de las aguas profundas…Me libró de enemigos poderosos, de enemigos más fuertes que yo…el Señor vino en mi ayuda, me sacó a un espacio abierto, me salvó porque me amaba”.

Podía haberme perdido, haber muerto eternamente, pero el Señor vino desde lo alto para rescatarme de las aguas profundas.

“Por eso salto de alegría delante de Yavé, y mi alma se alegra en mi Dios. Pues El me puso ropas de salvación y me abrigo con el chal de la justicia”. Is 61,10

Si, es para saltar de alegría, pues el Señor me abrigó, me tomó en sus brazos, hizo justicia en mi vida frente a esos enemigos que querían mi muerte. El Señor me salvó porque me amaba.

Y así El viene a salvar a todos. Hoy día nos llama a acercarnos a Él, para alegrar nuestra alma, porque el pecado, nos hace vivir tristes, amargados, viendo enemigos por todos lados, desconfiando, celando, haciéndonos la vida más difícil unos a otros y sobretodo nos separa de Él, de su Gracia, de la Vida Eterna.

Cuando nos acercamos a Jesús en el sacramento de la confesión, su perdón nos cambia la vida, nos hace dejar atrás ese peso enorme que nos tenía encorvados, viviendo en la oscuridad, nos da ánimo y esperanza para empezar de nuevo, nos pone en el camino de la santidad nuevamente, de la Gracia.

Y entonces….”asi como brotan de la tierra las semillas o como aparecen las plantitas en el jardín” así aparecemos nosotros cuando volvemos al mundo, tiernas, regocijantes de amor, de agradecimiento a nuestro Padre Dios que nos ha abrigado y va haciendo brotar de nuestra vida “su justicia y alabanza a la vista de todas las naciones”.

Y El amor de Jesús que recibimos en la Eucaristía, cuando nos toca, transforma en nosotros todo lo que hay de oscuro, de torcido, de enfermo, de seco, de frívolo y vacío, de todo lo que el mundo va impregnando en nosotros, en alegría, en esperanza, en fe, en amor. porque es Jesús Pan de Vida que porque nos ama nos viene a dar su misma Vida para no dejarnos arrastrar por la corriente del mundo .”El Pan que yo les daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo”. Jn 6,51

¿Que nos toca hacer a nosotros para corresponder tanto amor si dicen que “amor con amor se paga?”

Ejercitarnos en el amor, ser sacrificio y entrega viva. Pero para ser una ofrenda viva agradable a Dios, tenemos que ser como Jesús, transformarnos en otros cristos.

“Les ruego pues hermanos ofrezcan su propia persona como un sacrificio vivo y santo capaz de agradarle; no sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino transfórmense a partir de una renovación interior así sabrán distinguir cual es la voluntad de Dios lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto” Rom 12, 2

Para renovarnos interiormente necesitamos orar constantemente, la oración nos lleva a examinar nuestro corazón, y examinando nuestro corazón muchas veces encontramos cuán lejos estamos de lo que Dios quiere para nosotros, nos encontramos pecadores, miserables, infieles, y nos da un dolor tan grande de corazón que corremos al confesionario, para llorar nuestros pecados y pedir perdón al Señor, por haberle ofendido, a El que nos ama tanto.

- le decía al Señor: Antes de conocerte y amarte por la Palabra, mis confesiones eran tan diferentes, iba para estar más tranquila, porque tenía que confesarme para poder comulgar, pero ahora cada confesión la hago con lágrimas, porque me duele herirte, por no amar a mis hermanos como tú me amas, por no poder cambiar, por repetir las mismas cosas, pero qué grande es encontrarme ahí con tu perdón que me consuela, que me abraza, me abriga, que me dice que mi vida no es un imposible para ti, y me llenas de tu Gracia para cambiar, y después me doy cuenta que son menos las veces que caigo porque al recibirte en la Eucaristía encuentro la fuerza de tu sacrificio, de tu amor entregado en la cruz que venció al pecado, viviendo en mi para renunciar a todo lo que se opone a tu voluntad-.

A veces nos pasa que creemos que no tenemos pecados que confesar, Dice san Juan:

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 1Jn 1,8

Pero también algunos nos encontramos tan pecadores que creemos que Dios no nos puede perdonar, por eso la gran noticia hoy día es que para El nada es imposible, no hay pecado que Él no perdone, el dijo, “yo he venido por los pecadores” es por ti y por mí que El vino, nos amó y se entregó por nosotros así como somos… No te quedes mirando tu pecado, mírale a Él, acércate a Jesús Eucaristía a beber de su amor entregado en la Cruz por ti, reconcíliate con tu vida, con los que te han herido, con ese pasado que no se quiere ir, que está presente para robarte la dicha de tener a un Jesús resucitado que da la vida por ti. “El ladrón solo viene a robar, matar y destruir, mientras que Yo he venido para que tengan Vida y la tengan en plenitud” Jn 10,10

Por eso “Alégrate la Gracia del Señor está contigo…. para Dios no hay nada imposible”

“Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados”. Is 43, 18-19

Alégrate ¡regocíjate y que tu corazón este de fiesta…! No tengas ningún miedo… ¡Yavé, tu Dios está en medio de ti, el héroe que te salva! …Sofonías 3,14.16-17

Que nuestra Madre nos bendiga y acompañe a recibir el Perdón y el Cuerpo y la Sangre del Señor que nos hace ser justicia y alabanza a la vista de todas las naciones.

Dios nos bendiga.

nila