jueves, 26 de julio de 2012

Sean uno en el Amor



Estoy muy contenta de compartir esta noche con ustedes la Palabra.
Vamos a preguntarnos ¿Porque vengo a la Escuela de la Palabra? vengo porque encuentro alguien que alumbra mi camino con sus  Palabras,  que me alimenta, por eso vengo y porque me fortalece.
Venimos con experiencias en el corazón, venimos trayendo las dificultades de tantas personas para ponerlas delante de Dios, les invito a que podamos traer esas personas, esas  experiencias que quisiéramos poner delante de Dios, de esta Palabra que va a venir a nosotros, poner delante del Señor esa situación que me quita la paz, esas impotencias que podemos tener que no sabemos solucionar pero que Dios las conoce, ante los ojos de Dios tienen esperanza,  Dios viene a   traer ante esas situaciones esperanza, ante esas situaciones de poco perdón, ¡alégrense! Porque  además tiene poder y fuerza ante las situaciones que vivimos,  por eso alegrémonos, porque nos ponemos ante un Dios que tiene Palabras para resucitar, para dar vida, que da esperanza, que ante El no hay imposibles, esa experiencia es la que Dios nos quiere regalar cada vez que nos encontramos con  su Palabra, ante toda clase de situaciones Él tiene siempre la última palabra que es de vida,  no de desesperación,  no de desánimo,  o de quien se rinde, Él siempre nos da palabras de esperanza.

Dice en el salmo 119, 114:  “Tú eres mi refugio y mi escudo, he puesto en tu Palabra mi esperanza”, es una esperanza que nos invita a tener, no basada en fuerzas humanas;  yo puedo decir que  no hay solución con mi desánimo, pero hoy nos invita a poner nuestras esperanzas, no en nuestras fuerzas sino en Dios, es una invitación al abandono en Dios hay muchas situaciones que se escapan de nuestro poder, por eso dejar en las manos de Dios esta persona, dejar esta realidad para que Dios haga esta transformación,
Por eso la Escuela de la Palabra,  es una Escuela de esperanza, de renovación, de vida, no son palabras muertas que llenan nuestros cuadernos o solo escuchamos,  son palabras que renuevan que vivifican, que levantan, hacen producir cosas nuevas cuando caen en tierra que está dispuesta, preparada para recibir esa Palabra de vida, preparemos el corazón a este Dios que tiene Palabras de las que uno se puede fiar.
Cuando llegué a España me pusieron una frase en mi cuarto, “tu futuro está lleno de esperanza”, entonces cuando estudias y no entiendes y parece que no haces nada, escuchaba “ tu futuro está lleno de esperanza”, y  así ante toda clase de situaciones difíciles poder creer en esa palabra.
Qué bueno que venimos a  escuchar que Dios tiene promesas para tu vida,  no tengas miedo de escucharlas porque se cumplirán, ¿que promesas ésta grabando en tu familia esa palabra que viene a iluminar esta semana?, 
Este mes estamos hablando del Cuerpo Místico, en 1Corintios 12, 12ss dice: “así como el cuerpo tiene  muchos miembros no forman sino un solo cuerpo”.
Todos en Cristo somos uno, todos hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, la realidad del Cuerpo de Cristo no es “algo”, porque podemos decir “no entiendo esto del Cuerpo Místico”  parece algo abstracto, raro. Entendía que para comprender estas verdades hay que entrar en la fe, porque es una verdad de fe, estamos unidos todos vitalmente, los miembros en el cuerpo están unidos, no podemos quitar un miembro de nuestro cuerpo porque están unidos vitalmente no puedes separar un miembro así no mas sin dañar el cuerpo.

Estamos unidos vitalmente, eso me da esperanza, es una alegría, porque aunque estemos lejos hay una realidad:  es que estamos unidos en el cuerpo de Cristo,   unidos en el amor, aunque este lejos vivo en esta realidad de fe, que Jesús nos ha injertado en su propio Cuerpo, porque así nos influimos uno en el otro,  en el lugar en que esté le comunica la vida a la otra persona,  le comunica la vida y el amor podemos entregarnos sabiendo que nuestro esfuerzo le llega a las personas que amamos, y podemos estar unidos, que nuestra unión con Jesús le llega a las personas que amamos.

La invitación es a vivir en esta realidad, que podamos tener la certeza que comunicamos la vida a las personas que necesitan de nosotros aunque no los conozca y los demás influyen también en nuestra vida, porque nos animamos en comunidad, nuestra vida no es neutral o imparcial, cuando vemos tantas realidades tan difíciles en nuestro país, nuestra vida no es un punto que no hace nada, podemos dar vida;  por eso les invito a reconocernos como una parte del Cuerpo de Jesús reconocernos hermanos unidos inseparables cuya unión es el amor, no es unión de carne o sangre sino de amor que nos hace un solo cuerpo.
También al llegar a España encentré misioneras de diferentes países y costumbres, diferentes maneras de expresarse,  una es   más sensible que la otra, o  que se malentiende lo que dices,   el comentario lo toman a mal, sin embargo cuantas veces esas pequeñas o  grandes diferencias cuando te unes a Jesús,  dialogas con Él y  escuchas como ama Dios a estas personas que tu no entiendes, cuando Él te hablas de esa personas, nos enseña a experimentar al que es de tu país y al que no lo es como un hermano de verdad por el que darías la vida, porque le amas como Dios te ama, no es una unión de carne ni de cultura, ni de gustos porque también nos separan,  sino porque es una unión en Cristo que nos hace pasar por las diferencias, y nos hace verle como a un hermano. Este es el amor que Jesús nos quiere dar: aceptar al otro como hermano,  verles con el amor de Jesús que ve más allá de la diferencias, nos invita a crecer en ese amor que une,  no que se deja llevar por las diferencias sino que une en la fe, este es  el mandato, “permanezcan en mi amor”, que el amor les haga uno,  permanezcan unidos en el amor. (Juan 15, 8-12)

“La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante… si cumplen mis mandamientos permanecerán en mi amor como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento. Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.”  Jesús dice este es mi mandamiento,  no mi pedido, nos exhorta a amar, nos anima a amar,  no con cualquier amor sino con su amor, para construir su Reino de amor,  “como el Padre me amó  así yo los amo”, no nos pide cosas que no nos da, nos ama, nos da su Palabra y nos pide amar como Él, la gloria de mi Padre consiste en que demos frutos.

La Gloria de su padre es lo que quiere Cristo, su gloria es nuestra propia gloria, es que seamos uno que crezcamos  en el amor, que demos frutos abundantes,  no nos quiere como niños en el amor sino crecer, por eso nos pide amar,  porque  quiere nuestro bien.
Cuantos no deseamos el Reino de amor en el país, en  el hogar, trabajo; cuando vemos las noticias, asesinatos,  odios, envidia, y uno desea al unidad , todos los que escuchamos a Dios deseamos la unidad en el Amor, hoy Jesús nos dice eres tú la que puede construir este Reino de Amor,  este sueño que tienes,
“Señor en mi casa falta amor, no hay dialogo”, eres tú el que Dios ha puesto para que pueda poner paciencia perdón,  si  tú ves que no hay eso Dios te invita a que lo pongas tú, en tu trabajo, en tu casa que lo construyas en tí mismo y hagas realidad este amor, por eso es un mandato a  que permanezcan en mi amor “si cumplen mis mandamientos permanecerán en mi amor”, ¿Porque Dios manda el amor, porque no queremos amar? Porque el amor nos supone más esfuerzo que lo que quisiéramos poner, porque el amor nos exige mucho más, ese amor que nos pide no es un amor de sentimiento o palabra,  o porque hoy siento  bonito.

Supone partir la vida, esfuerzo, perdón, humildad, nos cuesta el orgullo pedir perdón porque supone partirse y repartirse como hace Jesús en la Eucaristía, partir la comodidad,  ese es el amor con el que Dios nos ama y pide que amemos  nosotros, ese amor que saca mas paciencia del que ya tienes,  más perdón, que te lleva  a más.
Dejemos que su Palabra nos inyecte esa fuerza para dar ese paso a más,  a crecer en el amor, en la esperanza, en la confianza y cuando lo hagamos, Jesús dice “Les he dicho esto para mi gozo este en ustedes y ese gozo sea perfecto”  ¿que nos ofrece cuando nos invita a amar?, el gozo de dar más de crecer,  de poder ver al otro que te es contrario y sentir en tu carne, que es tu hermano, que es tu familia, el gozo del que se entrega.
 El gozo de Jesús, solo lo obtendremos cuando lo vivamos, cuando demos ese paso de confianza, dar el paso y experimentar el gozo de dar fruto, por eso aspirar a amar como Jesús, a tener su corazón y tendremos ese amor que es concreto y también preguntarle ¿cómo me invitas a amar Señor, en mi casa en mi trabajo, en lo concreto, cómo?, a mi esposo, ¿cómo me invitas a amar a mis padres, a mi hermano, cómo? Y contemplar ese “como” en la vida de Jesús, preguntarle y contemplarle, ¿Qué paso me invitas a dar, a convertirme esta noche, esta semana? y poderlo hacer en cosas concretas, pedir perdón, ayudar en casa, abrazar a mi hermano, orar por esta persona.

Como la comunidad de creyentes, (Hechos 4, 32-35) que todos eran una sola alma, ¿cómo era esa unidad?, es una unidad en lo concreto, nadie consideraba sus bienes como propios sino que lo ponían en común, ¿qué bienes tienes que el Señor te invita a poner en común? no lo que te sobra, sino  el talento que tienes,  ¿con qué bien el Señor te ha premiado?, cada uno tiene un talento distinto, a mi me ha dado capacidad de sonreír, por eso me acerco a la gente, pero no es fácil cuando te tratan mal, en un ambiente tenso, pero te invita a sonreír.  Tú también tienes bienes: capacidad de acogida, fe, humildad, de hacer silencio cuando hablarías o gritarías, esa capacidad de acercarse al otro cuando hay peleas, ese bien, esa capacidad de perdonar.

Es difícil romper el odio que nos separa que nos hace estar distantes. Nuestro pueblo tiene necesidad de paz, de amor, de unidad,  y nosotros los  tenemos el Señor nos lo da en la Palabra.
Recibamos esta noche todo lo que no hace falta,  los bienes que el Señor nos da para hacerlos llegar a todos, los bienes de la Palabra de Dios. En la comunidad de creyentes ninguno padecía necesidad no porque todo lo tenían,  sino porque todos los bienes se distribuían;  nuestro pueblo tiene necesidad de paz, alegrarnos porque esta Palabra que nos da,  es con la certeza de que llegará  a nuestra vida, para distribuir y hacer realidad el Reino de Amor.

Kelly, msVd

LECTURAS PARA LA SEMANA
Ciclo: Fuentes de espiritualidad
Tema: Cuerpo Místico
Miércoles: 1 Corintios 12. 13 Además de ser muchos formamos un solo cuerpo.
Jueves: Efesios 4, 15-16 En Cristo estamos unidos, El es la cabeza.
Viernes: Colosenses 2, 26-19  Toda nuestra realidad Cristo la asumió en su Cuerpo.
Sábado: Juan 15,8-12 Lo que alimenta la unión es estar unido a Cristo.
Domingo: Efesios 4, 1-6 La humildad nos ayuda a buscar la unidad.
Lunes: Hechos 4, 32-35 Que nadie pase necesidad, que a todos les llegue la vida de Cristo.
Martes: 1Corintios 12, 12-21 Ustedes son el Cuerpo de Cristo.

sábado, 21 de julio de 2012

Nos reconcilió con su Cuerpo














Nila

viernes, 13 de julio de 2012

El Amor no hace mal a nadie



Colosenses 3,14
 Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia.  Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo. Por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, que lo hace todo perfecto.  Así la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean agradecidos.
Romanos 13,12
 No tengan deuda alguna con nadie, fuera del amor mutuo que se deben, pues el que ama a su prójimo ya ha cumplido con la Ley.  Pues los mandamientos no cometas adulterio, no mates, no robes, no tengas envidia... y todos los demás se resumen en estas palabras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace nada malo al prójimo; el amor, pues, es la Ley perfecta.
Comprendan en qué tiempo estamos, y que ya es hora de despertar.

Esta semana estamos bebiendo de nuestra tercera Fuente de Espiritualidad: El Cuerpo Místico, y le daba gracias a Dios porque nos hace “aterrizar”, tomar conciencia a través del diálogo con la Palabra que es Dios, que es Luz;  de cómo estamos amando….¿”nuestro amor” le está haciendo bien al otro, o le está haciendo mal, le esta alejando o acercando mas a Dios?

¿Con qué clase de Amor nos estamos relacionando con el Cuerpo de Cristo, con  nuestros hermanos, con nosotros mismos, con la familia, con los más cercanos, con los compañeros del trabajo, de los estudios, con el que nos encontramos en la calle?, ¿estamos viviendo como discípulos de Jesús siendo ligamento de  Amor auténtico, somos  canales para hacerle llegar la Vida de Dios? ¿O estamos relacionándonos con el prójimo según nuestros sentimientos,  pensamientos, o nuestros problemas personales?

Dice Pablo que el Amor no hace nada malo al Prójimo, él habla del Amor de Dios, de ese Amor que recibimos permaneciendo unidos a Él en la oración, el Amor que es paciente, servicial, que olvida lo malo que no se deja llevar por la ira, que espera siempre lo mejor del otro, que no es celoso ni envidioso, que no se alegra del mal del otro, que se goza en la verdad, que todo lo cree….1Cor 13.

Cuando uno se contempla ante este como Amor como ante un espejo (Stgo 1,23) se da cuenta, al menos yo, de que estoy tan lejos de vivir este ideal de Amor.
Porque a menudo me encuentro haciendo todo lo contrario, uno se acuerda de las cosas malas que nos han hecho, luego en la calle te dicen algo que no te gusta, y reaccionas con cólera,  te dejas llevar por la ira,  contestas mal, inclusive en el trabajo uno no contesta mal, pero te aguantas, por dentro estas sintiendo que quieres decirle al otro sus cuatro cosas, y es igual que si lo dijeras, solo estamos reprimiéndonos, y nos estamos haciendo mucho daño nosotros mismos.

Cuando Jesús nos dice que permanezcamos en su amor es porque quiere que vivamos con salud espiritual, que nos hagamos el Bien, con una vida interior sana,  libre, el amor no hace daño, el amar hace bien, y hasta repercute en tu salud física,  te hace bien a ti primero, por eso, que importante es permanecer en su Amor.

El amor le da sentido a nuestra vida, a las cosas que realizamos a diario, comer, dormir, trabajar, ver a los hijos, educarlos, el amor es el vínculo perfecto, no lo es el dinero que ganamos, y nos hace disfrutar de viajes, de comidas ricas, porque si falta nos sentimos frustrados; no lo es nuestra manera de ser simpática, carismática, porque cuando nos sentimos mal, se acaba la simpatía. Lo que le da el sentido, alegría y felicidad a nuestra vida es vivir para amar como Jesús, que te hace amar dando la vida, dando sin esperar recibir nada a cambio, gratuita y desinteresadamente.

“Ustedes deben amarse como yo los amo”, no es sencillo, pero pónganse como cinturón el Amor, ese cinturón que te lleva a hacer lo que no quieres, (Jn 21,18) que es dejar que Otro te lleve por el Camino perfecto del Amor, que te hace crecer como persona, como hijo de Dios que te lleva a la Vida Eterna, que te convierte en instrumento de salvación para tus hermanos, para vivir según el plan de Dios.

La invitación de Jesús hoy día, como en toda la semana es a permanecer en El, orar para beber de su Amor, y llenar nuestro corazón de su Amor.

Yo le decía al Señor que quería amarle mucho más de lo que le amo, porque me experimento tan amada, al escucharle que me quiere unida a Él como el sarmiento a la Vid, en una unión intima, familiar, gozosa, y el Señor me decía que le amara en mis hermanos, que les de su amor, que soy el ligamento dentro de su Cuerpo por donde Él quiere pasar a la vida de mis hermanos, con su Amor, que hace bien, que salva, que mi vida la necesita unida a Él dando su Amor, para que el Cuerpo se mantenga sano; entonces Señor mi vida ya no me pertenece a mí, mi vida está comprometida con Cristo y su Cuerpo, “Pues para esto he sido llamada e injertada en el Cuerpo de Cristo”.

Su Palabra “No tengan deuda alguna con nadie fuera del amor mutuo”, me abre a una nueva vida, tengo un nuevo horizonte al descubrir que a mi hermano le debo el amor, desde el ¿cómo te pagaré tanto bien que me haces?...”págame amando a mis hermanos, dales el Bien Mayor, dales mi Amor, así me conocerán y vivirán su identidad”, mi Jesús se ha hecho uno con ellos “lo que le haces a uno de mis hermanos a mi me lo haces”,

Entonces Señor te quiero pagar dándoles el Evangelio, dándoles a conocer la oración, que tienen parte también muy importante, vital e imprescindible en el Cuerpo de Cristo.

“El amor no hace nada malo al Prójimo, el amor pues es la manera de cumplir la Ley. “

Gracias Madre por tu compañía, porque siempre nos llevas de la mano a Jesús.

Dios nos bendiga.