viernes, 25 de mayo de 2012

El Espíritu Santo es el Agua viva

“El último día de la fiesta, que era el más solemne, Jesús, puesto en pie, exclamó con voz potente: «El que tenga sed, que venga a mí.  Pues el que cree en mí tendrá de beber. Lo dice la Escritura: De su seno brotarán ríos de agua viva.» 
Decía esto Jesús refiriéndose al Espíritu Santo que recibirían los que creyeran en él. Todavía no se comunicaba el Espíritu, porque Jesús aún no había entrado en su gloria” .Juan 7, 37-39

El Señor no se cansa de llamarnos, por donde vamos le encontramos invitándonos a volver a Él, ¿A dónde puedo ir Señor lejos de tu Espíritu? Por más que nosotros nos separemos de Él, Él no se rinde, siempre nos busca, y en su gran sabiduría se presenta ahora como El Agua Viva que calma la sed, porque sabe de lo que carecemos, solamente El que nos conoce en lo secreto sabe que tenemos sed de Vida, una vida diferente, superior,  y quiere dárnosla.  Es una llamada personal, que hoy se dirige a tu vida… “El que tenga sed, que venga a mi”.

Por encima de las cosas que pasamos diariamente intuimos que hay una vida donde todo es dicha, paz, felicidad, y el corazón está  siempre inquieto, siempre buscando…por eso Jesús que nos conoce por dentro y por fuera que todo lo sabe, puesto en pie delante de tu vida exclama  con voz potente tu nombre: ……..tu que tienes sed, Ven a mí, si tú crees en mí tendrás  de beber porque de Mí brotaran ríos de agua viva para ti.

El Señor sabe los deseos más profundos de tu corazón, sabe la sed que te envuelve, sabe de las fatigas, de los sustos, de esas largas caminatas por el mundo, experiencia tras experiencia  que nos dejan agotados, resecos, áridos como desiertos.

Cuando Jesús llama Agua Viva al Espíritu Santo es para hacernos entender que así como el agua natural, da vida a su paso a las plantas, hace la tierra fértil, la suaviza, hace que los árboles den frutos, así quiere que miremos nuestra vida, como un desierto en donde esa  Agua Viva que brota de su seno,  el Espíritu Santo nos haga dar frutos abundantes, duraderos, frutos de su Amor para repartirlos en el mundo.
Dice la Palabra que era el último día de la fiesta, seguramente muchos estaban muy contentos, así como podemos sentirnos muchos de nosotros… nos sentimos bien, pero Jesús quiere darnos más, por eso se ofrece, Vengan a Mi, ustedes que todavía no han probado del todo de esta Agua Viva, no se conformen con lo que han recibido y disfrutado hasta ahora, tengo mucho más para ustedes.
Jesús nos llama porque conoce que las cosas del mundo a veces nos ganan, pero no nos van a llenar, al final siempre nos dejan vacíos, Él lo sabe porque nos conoce interiormente como nadie, sabe de que carecemos, el porqué, y como saciarnos.

“Ven a  M픓El agua que yo te daré  se convertirá en ti en manantial de agua viva, que brota para comunicar vida eterna”. Jn 4

¿Por qué no ir mas a su encuentro?, ¿Qué nos detiene, porque nos cuesta decirle aquí estoy Señor, darle más tiempo para que realice el plan que tiene para nuestra vida, dialogar con Él largos ratos, porque nos conformamos con beber rápidamente, solo un sorbo de todo el torrente de Vida que nos quiere dar? Hemos ido a tantas fuentes, pozo, o personas, que no nos han dado vida al contrario, nos han dejado secos, nos han exprimido la vida y se han marchado, les hemos dado tanto tiempo ¿por qué no acudir ahora a Jesús, a encontrarle en la Palabra, en los Sacramentos?

Jesús nos llama porque ama nuestra vida, y quiere  llenarla de flores, de verdor, de frescura,  reavivar su Espíritu es nosotros, que experimentemos un nuevo Pentecostés, quiere reavivar  el fuego, en esa primer Palabra que escuchamos y que nos cautivó quiere soplar el  Espíritu Santo sobre nosotros, e invitarnos a seguirle sin  mirar atrás, quiere darnos de beber Agua Viva, que es Verdad, que es Vida, es agua que calma la sed; no tardemos entonces en acudir a El mismo, dejar las personas, los medios e ir directamente a la Fuente de Agua Viva, a Jesús de quien brotan ríos de Agua Viva.

Todo lo que necesitamos solo puede brotar de Jesús, Fuente, Caudal del Agua que calma nuestra sed, solo necesitamos reconocernos sedientos, y tener fe para creer que en El encontraré lo que necesito, lo que va a calmar mi sed, y me va a dar tanta Gracia que hasta alcanzará para todos los sedientos que encuentre en mi camino, poder ser su canal que irrigue la vida de muchos con su Palabra y su Espíritu.

Madre acompáñanos a ir a Jesús, a recibir el Agua Viva, el Espíritu Santo  que calme nuestra sed y nos convierta en  fuente de  comunión con todos nuestros hermanos.
Dios nos bendiga.

P:D
Les quiero compartir también los dones del Espíritu Santo que vamos a recibir el domingo como una nueva efusión para saber pedir al Señor el que más necesitamos en el momento oportuno.
1.    SABIDURÍA: Nos permite descubrir la voluntad de Dios, lo que  Él desea para que seamos felices. 
2.    ENTENDIMIENTO: Nos ayuda a comprender las verdades reveladas de nuestra fe.
3.    CIENCIA: Nos ayuda a pensar bien y a entender con fe las cosas del mundo, a ser exactos en el día a día.
4.    CONSEJO: Nos ayuda a saber qué es lo mejor para cada momento. Y nos capacita para ser buenos consejeros de los demás, guiándolos por el buen camino.
5.    FORTALEZA: Cuando los que no tienen fe pierden sus esperanzas, los cristianos tenemos la fortaleza de Dios para superar los mayores peligros o dificultades. Nos ayuda a no caer en las tentaciones, y a seguir adelante con optimismo.
6.    PIEDAD: El don de las personas santas, de las que viven en íntima unión con Dios. Estas personas están en constante diálogo con Dios, el mundo lo ven todo con la mirada amorosa de Dios, y lo hacen presente con su vida y testimonio.
7.    TEMOR DE DIOS: Nos ayuda a respetar a Dios, a darle su lugar como la persona más importante y buena del mundo, a nunca decir nada contra Él. A temer ofenderle, no por miedo, sino por amor.

viernes, 18 de mayo de 2012

En ti está la Fuente Viva, alarga tus raíces




Bendito el que confía en Yavé y que en él pone su esperanza!
Se asemeja a un árbol plantado  la orilla del agua,  y que alarga sus raíces hacia la corriente:
No tiene miedo de que llegue el calor,  su follaje se mantendrá verde;  en año de sequía no se inquieta,  ni deja de producir sus frutos. Jeremías 17,7-8

Celebrar el año jubilar, es celebrar la victoria del Amor de Dios, 50 años en su Palabra, cuántas cosas ha Pasado el Carisma, cuántas cosas hemos pasado todos nosotros en los años que tenemos en Verbum Dei, pero nada ni nadie ha podido, vencer este Llamado en nuestra Vida y en la vida de tantos sacerdotes misioneros y misioneras, laicos, discípulos…, porque nuestras raíces han  estado alargadas a la Fuente Viva, a la Trinidad,  a las Fuentes Espirituales.

El Señor nos ha querido y nos quiere sólidamente arraigados en su amor, para nutrir nuestra espiritualidad. Es vital estar nutriéndonos de la Fuente Viva para vivir abundantemente nuestra identidad contemplativa -Apostólica.

Al contemplar nuestras Fuente de espiritualidad: la Trinidad que estamos profundizando en esta semana me despertaba tanto agradecimiento al Señor porque experimento que nadie me ama como El, Dios Uno y Trino, ¡nadie!, me ama porque me ama, me ama, así como soy al Padre le ha parecido bien, quedarse en mí, darme el Reino: la Presencia de la Trinidad en mi corazón.

Yo que me preocupaba de que las personas me quieran, buscaba tanto el amor por fuera, y tenía dentro TODO para ser feliz, cuantos años perdidos, cuantos años extendiendo las raíces hacia el lugar equivocado… y ahora que diferente es todo, solo tengo que bajar a mi corazón para encontrar ese amor abundante,  alargar mis raíces a la Fuente viva, yo tengo con quien conversar, a quien contarle lo que paso. La soledad no existe cuando uno es consciente de que es Habitado por un Dios amigo, compañero.
Esto es lo más grande que me ha podido pasar en mi vida, después ¡nada!. He dado con la fuente Viva, por eso mis raíces la alargo hacia Ella, para ser feliz. La Trinidad ha tomado el lugar que le correspondía en mi Vida.

Esta relación diaria me lleva a confiar en la Trinidad, esto es un proceso, no se da de la noche a la mañana, a medida que vayamos conociéndola, la iremos amando,  a medida que nos relacionemos dialogando amistosa,  amorosamente con el Padre, Jesús, el Espíritu Santo, conforme vayamos alargando nuestra vida, nuestras realidades a esa corriente del Amor trinitario, nos iremos entregando, poniéndonos en sus manos, y entonces iremos siendo bendecidos con una vida segura, estable, pacifica, llena de esperanza, recibiendo los frutos que me da el alargar mis raíces, extenderlas hacia el amor de Dios que habita en mi.

El Señor siempre nos llama a permanecer, en El, porque nos ama y sabe que separados de El no podemos vivir… lejos de  ti, Manantial de Agua viva, ¿a donde podríamos ir?, ¿quién nos puede dar la seguridad de un amor que no se acaba?, aunque hagamos lo que hagamos, seamos como seamos, con nuestros fallos, fracasos, defectos etc.  Tu amor permanece porque es eterno, y solo nos pides nuestra libertad para decidirnos a poner nuestras raíces, esos pensamientos, sentimientos, afanes y todo lo que nos llena la vida por dentro, en TI SEÑOR en la corriente de tu amor.

¿Esas corrientes a las que alargamos nuestras raíces cuando no oramos, cuando nos alejamos de la fuente Viva cuáles son?  Buscar el cariño, la aceptación de las personas, el afán de perfección obsesiva, buscar olvidarnos de nuestros  problemas ahogándoles en diversiones, en pasatiempos, en compañías que no nos convienen, videos, lecturas que me dejan más débiles espiritualmente, mas enfermos…nos jala fuertemente la corriente del mundo cuando nuestras raíces no las hundimos en  la corriente de la Vida, y del Amor de Dios como un diálogo continuo….”no sigan la corriente del mundo en que vivimos”…(Rom12,2)

¿Hacia dónde tienden tus raíces?... ¿hacia los hombres, el mundo?...”maldito el que confía en el hombre…” cada uno puede ver hacia donde tienden a ir sus raíces, según la historia que tenemos, pueden tender continuamente también hacia esas heridas mal curadas, que no hemos dejado que el Señor las toque, y por eso mientras no las meta a la Fuente viva, no las ore o converse con el Señor, seguirán doliendo, apareciendo como raíces rebeldes, indoblegables.

Estar pegado a la corriente es no tener miedo de la mala noticia, no tener miedo a las contrariedades,  la falta de dinero, la falta de trabajo, la enfermedad incurable, no tener miedo a las altas temperaturas en mi vida, de que llegue el calor, la sequía, que me haga una persona árida, desierta, que deje de ser sal, ser luz, ser aquello para lo que he sido creada.

Qué seguridad le da a nuestra vida saber que dentro de nosotros hay una Fuente Viva, y por eso me da Vida, me da todo lo que necesito para vivir en esta vida….”ustedes vivirán por mi”…(Jn 6,57)  porque sé que el manantial que vive dentro de mi es Eterno, no se acaba, yo puedo seguir sacando eternamente el Agua Viva que necesito, nunca se va a agotar, porque esa Fuente Viva eres tu Señor, que me quiere viviendo, unida a ti, dando frutos duraderos, lo único importante para mi es saber que te tengo en Mi, y que nunca me vas a faltar, porque no puedes separarte de mí, tu amor esta derramado en mi interior, en todo mi ser, en toda mi vida, porque así te ha parecido bien, Padre amado.

Dame la gracia Señor de poder estar unida cada día mas a ti, mirándote a ti, no a mí, oyéndote a ti, no a mis voces, mirándote a ti, no mirar las cosas pequeñas que pasan a mi alrededor, porque Tu eres más grande que todo, el ser habitada por Ti, es más grande que todo lo que pueda vivir y experimentar en este mundo porque tu presencia, lo envuelve todo, me acapara por completo, me hace levantarme y seguir segura de que lo que tú me dices siempre es lo real, lo Verdadero.

Gracias Señor por el regalo de la fe, de poder poner mi confianza en ti, de que a través del diálogo contigo diario constante vaya alimentando y haciendo crecer  esa confianza.

Gracias Madre por llevarnos a Jesús, por enseñarnos a confiar en el Padre, como lo hiciste tú.

Dios nos bendiga.

viernes, 11 de mayo de 2012

Nada nos puede separar de tu Amor.



Rom, 8, 31-38
“También sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman, a quienes él ha escogido y llamado.  A los que de antemano conoció, también los predestinó a ser imagen y semejanza de su Hijo, a fin de que sea el primogénito en medio de numerosos hermanos. Así, pues, a los que él eligió los llamó; a los que llamó los hizo justos y santos; a los que hizo justos y santos les da la Gloria".

Gracias Señor por el regalo de invitarnos a  profundizar en la Santísima Trinidad como la Fuente espiritual de la que bebemos en Verbum Dei, porque nos va haciendo  conscientes de que somos habitados, que no estamos vacíos por dentro, como una casa vacía, que se ve desolada, triste, abandonada, etc. que provoca alejarse.

Al contrario,  el saber que tenemos dentro la Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo viviendo dentro de nosotros, que somos su Hogar,  nos hace sentir que el Reino esta dentro de nosotros, que somos ricos de mil formas, de una manera incalculable, que hay Vida dentro de nosotros, una vida que atrae, que nos hace casa de oración para  revelar  la presencia del Señor, que nuestra vida  al ser habitada por el Amor, se vuelve acogedora, bondadosa, sencilla, un lugar donde todos pueden entrar, porque el tenerte dentro nos hace acoger a todos, mirarlos y amarlos como nuestros hermanos, sin diferencia de ninguna clase.
Tener como Huésped a la Trinidad nos hace vivir nuestra identidad de ser Amor, de vivir para amar, un lugar donde todos encuentren reflejado su Amor, encuentren paz, reposo, acogida: Calor de Hogar.

El Señor nos ha llamado y elegido como el lugar donde quiere estar. Al llamarnos a ser su Morada, no nos deja solos con el llamado, sino que por medio de la oración, del diálogo profundo, sincero, íntimo, personal, apostólico, no va configurando a su manera, como el Alfarero, nos va modelando, a la vez que a través de las experiencias de la vida diaria orada, nos va haciendo más creyentes: más justos, mas santos,  porque a nosotros nos pasa lo que le pasa a todo el mundo, no estamos protegidos del sufrimiento…

Como dice San Pablo Nos sobrevienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos; estamos entre problemas, pero no desesperados; somos perseguidos, pero no eliminados; derribados, pero no fuera de combate. Por todas partes llevamos en nuestra persona la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra persona”. 2Cor 4, 8-9

No nos desanimamos, no nos desesperamos, ni nos sentimos eliminados o fuera de combate porque sabemos que no estamos solos, porque en el diálogo con la Trinidad quedamos convencidos de que tiene un propósito más grande para nosotros, superior a las cosas que nos suceden, si nos ha llamado y elegido es para darnos la Gloria. No tenemos puestas nuestras esperanzas en los consuelos terrenales, nuestra mirada esta fija en la Gloria que nos espera, por eso:

“¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?  Si ni siquiera se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos va a dar con él todo lo demás? “ 
El nos ha elegido como su Casa, su Templo, su Morada, todo lo que signifique que Dios está con y en nosotros, si El así lo ha querido quien puede separarnos de este su Deseo, Él nos ama, Su gozo es estar con nosotros, buscarnos para hacernos felices, para darnos Vida, para trabajar juntos y hacer de este mundo algo Nuevo, diferente, nos alimenta cada día con su Palabra que nos trabaja la vida, que nos hace salir de misión,  de muchas maneras nos pone en acción.  
Entonces hermanos ,  “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la persecución, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada?  Como dice la Escritura: Por tu causa nos arrastran continuamente a la muerte, nos tratan como ovejas destinadas al matadero. Pero no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos amó”. 
Contemplando lo que nos sucede a todos, como estudiantes, solteros, casados, en el estado en que nos encontremos y con las circunstancias que pasemos, podemos decir seguros de que nada nos puede separar de su Amor….
“Por eso tengo esperanza y estoy seguro que no seré defraudado, Al contrario no me cabe duda de que esta vez como las anteriores, Cristo aparecerá más grande a través de mi vida sea que viva o que muera” Fil 1,20
¿Que mas puedo decir?
Yo sé que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales, ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.”
Gracias Trinidad amada, por estar en mi, por decirme que nada ni nadie me puede separar de tu Amor, gracias por haberme llamado, por haberme elegido, por haberme destinado también a ser santa, sé que todo lo que pasa en mi vida, me lleva a realizar este propósito que tienes fijado para mí y para todos mis hermanos.
Ayúdame Madre santa, a permanecer en este amor que me ha elegido como su casa, que mi vida, mis pensamientos, mis sentimientos todo mi ser sea digno de ser Morada del Señor.
Dios nos bendiga.
 Nila

sábado, 5 de mayo de 2012

La Eucaristía hace que todos seamos UNO



La Santísima eucaristía significa y realiza la íntima unión de todos los hombre en Uno, Su fruto propio es la comunión, es el Sacramento y sacrificio fundamentalmente constitutivo de la comunidad cristiana. Alimentado del pan eucarístico, el apóstol se va haciendo hermano de todos los hombres, creando así la fraternidad universal. “ Constituciones  FaMVD 61

Buenos Días Señor, quería empezar las pautas con este canto de alabanza para ti, mi Dios.
“Cual cierva que corre a la Corriente que sus ardores calma, así va ansiosa mi alma de tu Ventura en pos, y encuentra el Agua Viva que apaga sus anhelos, en Ti Pan de los cielos, en Ti que eres su Dios”.

Así se siente mi alma Señor cuando espero para recibirte, tomando conciencia que la sed de mi alma te busca, te necesita a ti, Pan de los cielos, te deseo a Ti  que eres el Arroyo, la Fuente, el Manantial de  Vida- Amor. Con ese deseo te espero con esas ansias de tenerte ya dentro de mi corazón para amarte, para dejarme amar, para ponerme a tu disposición. ¿Señor, en que te puedo servir hoy día, donde quieres que vaya, que quieres que diga?, dime Señor, enséñame a amar como tu Amas, con ese amor único que unifica al que lo recibe con fe.

“La Eucaristía es el manantial que significa y realiza la comunión de todos los hombres en Uno. Es el sacramento y sacrificio fundamentalmente constitutivo de la Iglesia y, por tanto, de la FaMVD. La Eucaristía será para la FaMVD fuente y culmen de su vida fraterna y misión. El encuentro vivo, cercano e íntimo con la persona de Cristo en la Eucaristía convierte nuestras jornadas en ecos prolongados de la palabra viva que hemos escuchado de su boca. De este modo, la FaMVD, alimentada del Pan eucarístico, se va haciendo hermana de todos los hombres, creando así una familia universal”.

Señor te necesito para vivir la Misión, porque eres Unidad, que me unifica, porque encuentro,  que mi vida recoge tantas experiencias, que despiertan al final sentimientos de toda clase que me dividen por dentro, mis criterios, cosas aprendidas de toda la vida, deseos de hacer muchas cosas, pero que chocan muchas veces con lo que conviene hacer, a veces también salen reclamos, ¿porque la injusticia, la desigualdad, unos tienen demasiado y otros carecen de todo, porque a unos les sobra tanto tiempo, y a otros se les hace tan corto el día, etc?, hay tantas voces dentro de mí que necesito centrarme  en un solo Sentimiento, el Tuyo, en tu Ideal, en tu Plan, en una sola manera de canalizar todo en un solo Camino, una sola Verdad y un único modo de vivir.
Y encuentro Señor que en Ti puedo  encontrarme a Mí, puedo unificarme, porque no puedo trabajar por la unidad del mundo, si no tengo tu unidad en mi corazón, tu pensar, tus sentimientos, tu manera de amar al hermano;  el ideal que tienes para él, para cada uno, lo puedo conocer  únicamente, dialogando contigo, recibiéndote en la Eucaristía.

Quiero vivir tu deseo de que todos seamos uno, recibiendo tu Cuerpo, tu Divinidad, como único camino para crear fraternidad, porque tú me cambias a mi primero, me transformas, me das de beber, para salir de mi misma y ya no sea yo sino Tú quien viva en mi, que arrancas opciones de entrega, de dar la vida para que otros vivan, no soy yo Señor, eres Tú quien sigues trabajando en cada uno de nosotros, de tus discípulos para crear Unidad.

“Padre que todos sean uno como tu Padre estas en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros.” Jn 17, 21
Tu deseo Señor , tu ruego al Padre busca que seamos felices, porque seremos TODOS felices en la Unidad de tu amor, cuando comulgando el Mismo Pan, vivamos lo que recibimos, la fuerza para vivir ese amor que es paciente y muestra comprensión consigo mismo, con su proceso, que se perdona sus errores, que no tiene celos, envidias, se conoce frágil necesitado, y puede encontrándose y conociéndose amado en su pobreza, amar al otro, de la misma manera que es amado, esto es tan grande Señor, vivir en la Humildad, de conocerse de sentir tu Amor que es único y verdadero para poder amar al otro de misma y Única manera, esto es lo que nos hace Uno, escucharte, recibirte, unificarnos en tus criterios, tu manera de amar.
“Que ellos también sean Uno en nosotros para que el mundo crea que tú me has enviado, Yo les he dado la Gloria que tú me diste para que sean uno como nosotros somos Uno.”

Jesús nos ha dado la Gloria, ya está en nosotros, la Gloria la podemos alcanzar porque ya la tenemos dentro de nuestro Ser, solo falta acogerla;  podemos ser felices, podemos ser uno, si vivimos unidos al Dios Uno y Trino, con toda el alma, la mente, el Ser, podemos;  no está lejos de nuestro alcance, solo falta estirar las manos,  la vida, al Dios de la Vida que nos hace Uno.
Nuestra Unidad en el Amor, en Él, es su motivo, su razón de permanecer entre nosotros en un pedacito de Pan. El Pan de la Unidad lo podemos encontrar siempre, donde estemos, El está, ofreciéndose, entregándose a todos, porque lo que más desea es que seamos Uno en Él, en su manera de amar;  unidos en su Santo Espíritu, podremos alcanzar la perfección en la Unidad.

La Eucaristía es la fragua en donde, en un intimo diálogo transformador, se forja la genuina personalidad del misionero. En ella se configura la fisonomía interna del apóstol y de la Fraternidad, y la convierte en testigo del Reino para el mundo entero.

Dios nos bendiga y nuestra Madre nos acompañe a recibir la Eucaristía con su mismo amor, su misma adoración para hacer  vida Aquello que recibimos.