Gracias Señor por este encuentro,
por despertarme para estar contigo, que maravilloso poder estar con mi Padre
Dios para empezar el día, nunca me lo hubiera imaginado, ser capaz de oír tu
Palabra, de escuchar tu Voz, para conocerte cada día mas y de saber cuánto me
amas y la vida tan grande que tienes destinada para mí desde siempre.
En el marco de la Escuela de la
Palabra que nos introduce a la celebración del Encuentro sudamericano 2016, el
Señor me preguntaba. ¿Qué significa para ti conocer tu identidad de ser Amor,
que despierta en ti, que sientes el saber que eres más de lo sientes y piensas?
¿Qué significa para ti saber que eres de mi misma Naturaleza de mi misma Esencia,
el descubrir que tienes dentro de ti,
capacidades que esperan por desplegarse?
Señor el conocer lo que soy
verdaderamente mas allá de mi nombre y de lo que hago, el haber descubierto mi
verdadera identidad a mi me da mucha alegría, muchísima esperanza, mucha
ilusión, porque recuerdo que siempre
deseaba tener una vida diferente, tener un corazón muuuy grande para
abarcar mi vida con todo lo que sucediera en ella, poder asumir cada cosa de
cada día, poder contener en mi corazón a personas, circunstancias, problemas,
alegrías y tristezas, todo lo que la vida me pudiera presentar y vivirlas con paciencia, como las vivirías Tu
Señor, y ahora que me dice que es posible vivir con un corazón como el tuyo,
que dentro de mi hay capacidades para acogerlo y asumirlo todo, me da mucha alegría
Señor, me da confianza, me da esperanza.
Señor, quiero decirte que quiero
vivir lo que me propones en la Palabra de hoy día, “El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no
aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio
interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo
injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree
todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor nunca pasará. Las
profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el
saber más elevado.” 1 Cor 13, 1-4
Quiero vivir lo que me has ido diciendo en la Escuela, vivir mi
identidad de ser amor, desarrollarla dentro de este carisma Verbum Dei: vivir
los ejercicios de la Oración, Testimonio de vida y Prédica de la Palabra”,
sería una mentira para mí y para todos, decir que oro y no vivir tu Palabra,
seria anti testimonio, ser incoherente, no ser servicial, ser arrogante, ser
rencorosa, tratar mal a los demás, discriminar personas, no respetar el derecho
de los demás, no confiar ni soportar, ser incomprensiva, alegrarme con el mal
de los demás, buscar mi propio interés, actuar con bajeza ser hipócrita…vivir
así seria alejarlos de ti Señor.
Si antes he sido así, perdóname Señor, ayúdame a mirar mis debilidades y
toda esa oscuridad en que vivía, a reconocerlas para agradecerte y hacerme
consciente de tu poder para transformar a las personas, Tu Palabra, tu Amor por
mí, me ha cambiado Señor, el verme aceptada así como soy me ha ido transformando,
por eso quiero vivir lo que propones aceptar a los demás como son, no esperar
que cambien para amarlos, como lo hiciste conmigo. Jesús tu manera de ser
conmigo tu Amor incondicional, gratuito, eterno, me fue atrayendo, enamorando
cada día mas de Ti ,me fue haciendo diferente, el contacto contigo tan cercano en cada madrugada, en la Eucaristía
diaria, el visitarte casi a diario en el Oratorio, los martes de la Escuela de
la Palabra, me han ido haciendo una
persona nueva.
¿Cómo no celebrar Señor este Carisma, que me enseña a amarte cada día
más, yo no sabía orar, solo rezaba, y no cambiaba por más que quería, cambiaba
solo por momentos, pero tú me enseñaste que se puede nacer de nuevo y a ser
feliz y agradecer por la vida, que la Palabra se puede vivir, me lo enseñaste a través de las misioneras VD, tus cuerdas
humanas que trajiste desde el otro continente, por eso quiero darte gracias y
ser testimonio de amor para que este Carisma se siga desarrollando para atraer
a más personas hacia Ti Señor,
Quiero celebrar mi ser Amor, celebrar que puedes sacar de mi capacidades
que no me imaginaba: ser servicial, paciente, misericordiosa para olvidar lo
malo, y confiar de nuevo en mi hermanos, en los amigos, y enemigos, en los
compañeros de trabajo, el esposo (a), esperar que cambien, ahora veo todo
diferente los miro y veo en ellos lo que aun no son, pero pueden llegar a ser,
porque tu todo lo puedes Señor de la Vida y del Amor, creo en la transformación
de las personas, mi vida es un testimonio de que es posible, me miro cada
mañana y te veo a Ti Señor por encima de todo, soy tu obra, obra de tu Palabra, de tu Amor,
de este encuentro diario contigo que me potencia.
Por ti he aprendido a amar-no de sentimiento ni solo palabras, sino con
hechos con esfuerzo con lucha por ser coherente, para dar testimonio, para ser
lo que Tú me propones ser. Tú me haces ver que si se puede vencer el egoísmo,
lo malo que hay en mí, lo sensible, lo carnal.
Practicar el amor no es nada fácil, ser humilde y ser fuerte a la vez,
no es sencillo, viene de estar convencido de que estoy en la Verdad, en lo que
da vida, en lo que realmente es ser Amor.
Vivir la Palabra ejercitarme en el Amor es lo que me ha hace feliz,
sentir a toda la humanidad mi familia a la que quiero ayudar a cambiar dándole
tu Palabra y el testimonio de una vida
que trata de ser coherente que avanza y retrocede pero continua hacia la meta.
Con tu ayuda se que podré avanzar llegar a ser más fiel a ti, para que muchos
te conozcan y te amen, para que reines en todos los ambientes, en las oficinas,
en los hogares y en todas partes, florezcan fraternidades de Vida y Amor. No
hay nada imposible para ti, Señor, (si pudiste con mi vida) gracias por contar
con nosotros con nuestra Familia Verbum Dei para crear tu Reino en la humanidad.
Madre ayúdanos a creernos realmente que el Amor todo lo puede que a pesar de lo que pase, de mi circunstancias,
puedo ser amor siempre, llevar la intencionalidad de Jesús en mi corazón, me hará
sacar fuerza de mi flaqueza y decir como Pablo, Todo lo puedo en aquel que me
fortalece (Filip 4,13)…para ser testimonio del Amor de Dios en el mundo.