sábado, 24 de setiembre de 2011

María nos enseña a tener paciencia en nuestro verdadero seguimiento


Quiero darle gracias al Señor por darnos a María como madre y como maestra de oración, porque ella nos enseña a confiar en el amor de Dios, en el diálogo con ella y con la Palabra nos va haciendo entender que Dios está trabajando en nuestro interior, aunque no lo sintamos, aunque no lo entendamos, en aquello que nos sucede, en esos acontecimientos que rechazamos que nos parece que van en contra de nosotros y nuestro proceso, Dios esta trabajándonos la vida interior, para dar frutos.

Así como baja la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá sin haber empapado la tierra sin haberla fecundado y haberla hecho germinar para que de la simiente para sembrar y el pan para comer así será la palabra que salga de mi boca no volverá a mí con las manos vacías sino después de haber hecho lo que yo quería y haber llevado a cabo lo que le encargue”. Is 55 10-11.

Le pedía esta mañana a María. Madre enséñame a escuchar la Palabra con paciencia, sin apurarme, a detenerme, a darle tiempo a Dios para dejarme empapar , tener un tiempo largo de oración, ayúdame a recoger mis pensamientos pesimistas, mis sentimientos negativos, mis desconfianzas, mi impaciencia conmigo misma y con los demás, ayúdame a tener más fe, más confianza en que el Señor cuida mi vida, mi proceso personal, y el de los hermanos, tener la certeza de que en ellos también esta trabajando el Señor, porque el es Bueno con todos, Madre ayúdame a volcarme a la Palabra a entregarle eso que llevo por dentro para que el tenga espacio para realizar las cosas nuevas que guarda para mí.

Ayúdame Madre a ser tierra dócil, tierra buena y humilde, reconociendo que por sí sola nada puede, necesito la Palabra el Espíritu de Dios en mi, para poder dar los frutos que mis hermanos esperan, ser paciente con mis retrocesos en el seguimiento, poner mi esperanza en que el Señor los conoce, los ve primero que yo, y no me va a dejar a medio camino, yo soy su proyecto; esto me da mucha confianza Señor, soy lo que tu planeas para el mundo, soy misión, soy Verbum Dei, soy palabra que tu trabajas con tu Palabra para llevar a cabo lo que me estas encargando.

Dios realiza sus planes y proyectos en una vida interior que está recogida atenta a la escucha ¿qué me quieres decir Señor en este sufrimiento, en esta realidad, en esta situación?.

Déjale al Señor ser el Dios de tu vida, que haga lo que El quiere, déjale ser bueno contigo, espera en el Señor, confía…tu no los ves pero hay otros que van viendo tu vida como va cambiando, se paciente contigo misma… “pues yo voy a realizar una cosa nueva que ya aparece”Is 43,19 ya hay brotes en tu vida, reconoce lo bueno que tienes, no te quedes en lo negativo, abre los ojos a lo que yo estoy haciendo en tu vida…

Gracias Madre por enseñarme a esperar en el Señor a hacer silencio en tanto ruido interior, hacerle espacio, ser tierra dócil en sus manos, dejarme trabajar en mi interior, darle su tiempo, gracias por enseñarme a ser perseverante, paciente con mi proceso, que los frutos son del Señor y para mis hermanos, que grande es Madre escuchar al Señor de tu mano, que me enseñas a confiar en El cómo lo hiciste tu a guardar y meditar su palabra en el corazón.

La perseverancia en el verdadero seguimiento de Jesús, requiere una interminable paciencia, tanto en el proceso espiritual propio como en el de los demás. La paciencia es fruto del amor verdadero de Dios y este amor hunde sus raíces en la verdadera humildad. María es la perfectamente humilde a quien Dios colmó de todas sus maravillas, que por generaciones extiende hasta nosotros. (Estatutos No.240)

Dios nos bendiga.

nila

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