martes, 27 de marzo de 2012

Ser testigos que griten desde los terrados, la vida y doctrina de Jesús.




 Lucas 12, 2-3, Jn 2.5

“¡Den gracias al Señor, su Nombre invoquen  entre los pueblos anuncien sus hazañas! Cántenle y toquen para él, mediten todos sus prodigios. Siéntanse orgullosos de su santo nombre y alégrense los que buscan al Señor”. Salmo 105 1-3

Le daba gracias al Señor por despertarme con cánticos en el corazón, con este deseo de alabarle, de darle gracias por todas las maravillas que va haciendo en nuestras vidas.
Recordaba el día de ayer el rostro de alegría de un interno de la cárcel, que había hecho su primera comunión el domingo,  y como se sentía agradecido con  la persona que le había ayudado a recibir ese Sacramento: otro interno.

Y veía que el Señor Reina entre nosotros, su Nombre es anunciado por todas partes,  y por eso es invocado, por eso creen en Él,  porque le anunciamos.

“Así que no hay diferencia entre  judío y griego; todos tienen el mismo Señor que es muy generoso con todo el que lo invoca, Porque todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. ¿Pero como invocaran al Señor sin haber creído en él? ¿Cómo podrán creer si no han oído hablar de él? ¿Y cómo oirán si no hay quien lo proclame? ¿Y cómo proclamaran si no son enviados?. ..Así pues la fe nace de una proclamación, y lo que se proclama es el mensaje cristiano”. Rom 10, 12-17

Entre las innumerables cosas por las que le doy gracias al Señor,  es por haberme elegido como heredera de un Carisma que anuncia la Vida y el Amor, por haberme dado a conocer el Temario: las Verdades de fe, la síntesis del Evangelio, del Reino, por escribirlo en mi corazón cada día, y poner la inquietud por darle a conocer, la vocación de ser profeta, de anunciarle, de buscar que todos estén en intima comunión con Jesús:  es condición de vida y perfección. 

“Vivir el Evangelio y convivirlo, participar de él y compartirlo y llegar a la más íntima unión con Jesús y comunión con los hermanos, es condición de vida y perfección para todos”. Lumen Gentium 3 (Breve Ideario).

El Señor me preguntaba esta mañana que significaba para mí el haberle encontrado. ¿Quién soy yo para ti?  ¿Qué significo en tu vida?
¡Señor tu eres mi Vida! el haberte encontrado es haber descubierto la Vida, el Amor verdadero.
Mi vida está centrada ahora en Ti,  que no hay momento del día en que no piense o que todo lo refiera a Ti.

Lo anterior ya no existe, haberle encontrado,  para mí,  significa haber dejado todo para adquirir la Perla más fina, Mt 13,44-46

El haberte encontrado Señor significa haber encontrado el Tesoro que andaba buscando, el cual una vez hallado ya no lo dejo, ¡encontré al amado de mi alma y no lo soltaré! Cantares 3,2
¿Me darías a conocer?, Si Señor, quiero darte a conocer a través de mi vida, que sea esa plataforma, esa azotea desde donde quiero gritar que la Vida eres Tú, que tus verdades y doctrina son la luz para nuestra vida.

Quiero introducirles en una experiencia viva de tu Amor, indicarles la senda escondida de la vida evangélica, legarles la Herencia que hemos heredado como el mayor de los Tesoros.

“El nos ama y por su sangre nos ha purificado de nuestros pecados haciendo de nosotros, un reino y una raza de sacerdotes de Dios su Padre”: Ap 1, 5-6.

Verbum Dei: Somos un pueblo salvado por la Sangre de Cristo, purificado por su Amor que siente la necesidad de anunciarle de darle a conocer. El que se experimenta salvado verdaderamente, siente la urgencia de ayudar al Señor a salvar de atraer a muchos hacia El.

Señor me urge dar a conocer tu amor, ¿Por qué?  Quiero dar a conocer tu amor para que te conozcan y encuentren lo que yo he encontrado una vida nueva,  que la máxima realización de la persona es vivir en ti y para ti, solo desde allí como esa Plataforma perfecta podremos llegar a los hermanos.

Ya estoy en el Camino, no hay retroceso, no hay vuelta a tras, es un camino que va para adelante, como dice Pablo: no me creo un perfecto,  pero camino hacia la meta,  quiero dar a conocer el Amor de Cristo, me urge.

Cuando hemos descubierto el Tesoro, la perla de gran valor, no nos lo podemos callar, sentimos la urgencia de la  evangelización, de llevar la vida de Dios a nuestros hermanos, con nuestra vida, cuando Dios significa para nosotros la Vida Misma, el Amor que nos llena cada mañana, la Alegría de estar vivos, queremos que todos estén colmados de esa misma plenitud.

Por eso no nos podemos callar lo que hemos visto y oído, y de eso hablamos con gestos, con la mirada con todo nuestro ser, no juzgamos, no envidiamos, aunque haya rezagos del hombre viejo, lo compadecemos porque reconocemos que esa persona anterior en nosotros no tenía fe, no tiene fe, pero el hombre nuevo es el que ahora vive, renovado por el Espíritu Santo.

Nos sentimos orgullosos de tu santo Nombre Señor, por eso nos urge compartir la gracia de esta renovación interior con  nuestros hermanos, el Poder que Tú tienes para vencer en nosotros el mal, por todas partes cantamos tu Misericordia que dura siglo tras siglo, que no se agota, que vence a los poderosos, a los que se creían algo en nuestra vida, Tu los vences Señor, nos hace cantar con María nuestra Madre el Magníficat Tu Victoria en nuestras tinieblas.

«Seremos testigos de Cristo… que griten como «desde los terrados» la vida y doctrina de Jesús de Nazaret» (Breve Ideario).

¿Qué medios pondría para llevar a cabo este deseo de Jesús?  Mi vida en primer lugar y todo lo que pueda llegar a enseñarles su Amor, la técnica, y todos los canales que nos ayuden a comunicar nuestro testimonio en vivo y en directo, nuestra experiencia diaria de encuentro con el Señor como está previsto en el evangelio:


«Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse. Porque cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, y lo que hablasteis al oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los terrados» (Lc 12 2-3.)

“Los medios de comunicación están a nuestro servicio. Basta que tengamos algo que decir, urgencia de decirlo, y entusiasmo por anunciar las maravillas que Dios hizo y sigue haciendo a través de la colaboración de sus testigos. Supuestamente éste es el ideal que justifica y sustenta nuestro carisma. Ya en los inicios de nuestra fundación, el P. Jaime, pensando en todos los miembros del Verbum Dei escribía:
«Su máximo ideal será hacer de todas las naciones discípulos de Jesús que puedan proclamar con su vida y su palabra la Buena Nueva del Reino y las maravillas de Dios» (Breve Ideario).

Éste sigue siendo nuestro ideal, nuestra pasión, nuestro compromiso histórico común, nuestra responsabilidad con todos, principalmente con las generaciones a las que sentimos el deber de pasarles la estafeta.

Dios nos bendiga.
Nila

No hay comentarios.:

Publicar un comentario