Estoy muy contenta de compartir
esta noche con ustedes la Palabra.
Vamos a preguntarnos ¿Porque
vengo a la Escuela de la Palabra? vengo porque encuentro alguien que alumbra mi
camino con sus Palabras, que me alimenta, por eso vengo y porque me
fortalece.
Venimos con experiencias en el
corazón, venimos trayendo las dificultades de tantas personas para ponerlas
delante de Dios, les invito a que podamos traer esas personas, esas experiencias que quisiéramos poner delante de
Dios, de esta Palabra que va a venir a nosotros, poner delante del Señor esa
situación que me quita la paz, esas impotencias que podemos tener que no
sabemos solucionar pero que Dios las conoce, ante los ojos de Dios tienen
esperanza, Dios viene a traer
ante esas situaciones esperanza, ante esas situaciones de poco perdón, ¡alégrense!
Porque además tiene poder y fuerza ante
las situaciones que vivimos, por eso alegrémonos,
porque nos ponemos ante un Dios que tiene Palabras para resucitar, para dar
vida, que da esperanza, que ante El no hay imposibles, esa experiencia es la que
Dios nos quiere regalar cada vez que nos encontramos con su Palabra, ante toda clase de situaciones Él
tiene siempre la última palabra que es de vida, no de desesperación, no de desánimo, o de quien se rinde, Él siempre nos da
palabras de esperanza.
Dice en el salmo 119, 114: “Tú
eres mi refugio y mi escudo, he puesto en tu Palabra mi esperanza”, es una
esperanza que nos invita a tener, no basada en fuerzas humanas; yo puedo decir que no hay solución con mi desánimo, pero hoy nos invita
a poner nuestras esperanzas, no en nuestras fuerzas sino en Dios, es una invitación
al abandono en Dios hay muchas situaciones que se escapan de nuestro poder, por
eso dejar en las manos de Dios esta persona, dejar esta realidad para que Dios
haga esta transformación,
Por eso la Escuela de la
Palabra, es una Escuela de esperanza, de
renovación, de vida, no son palabras muertas que llenan nuestros cuadernos o solo
escuchamos, son palabras que renuevan
que vivifican, que levantan, hacen producir cosas nuevas cuando caen en tierra
que está dispuesta, preparada para recibir esa Palabra de vida, preparemos el
corazón a este Dios que tiene Palabras de las que uno se puede fiar.
Cuando llegué a España me
pusieron una frase en mi cuarto, “tu
futuro está lleno de esperanza”, entonces cuando estudias y no entiendes y
parece que no haces nada, escuchaba “ tu
futuro está lleno de esperanza”, y así ante toda clase de situaciones difíciles poder
creer en esa palabra.
Qué bueno que venimos a escuchar que Dios tiene promesas para tu vida,
no tengas miedo de escucharlas porque se
cumplirán, ¿que promesas ésta grabando en tu familia esa palabra que viene a
iluminar esta semana?,
Este mes estamos hablando del Cuerpo
Místico, en 1Corintios 12, 12ss dice: “así
como el cuerpo tiene muchos miembros no
forman sino un solo cuerpo”.
Todos en Cristo somos uno, todos
hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, la realidad del Cuerpo de Cristo no
es “algo”, porque podemos decir “no entiendo esto del Cuerpo Místico” parece algo abstracto, raro. Entendía que para
comprender estas verdades hay que entrar en la fe, porque es una verdad de fe,
estamos unidos todos vitalmente, los miembros en el cuerpo están unidos, no podemos
quitar un miembro de nuestro cuerpo porque están unidos vitalmente no puedes
separar un miembro así no mas sin dañar el cuerpo.
Estamos unidos vitalmente, eso me
da esperanza, es una alegría, porque aunque estemos lejos hay una realidad: es que estamos unidos en el cuerpo de Cristo, unidos
en el amor, aunque este lejos vivo en esta realidad de fe, que Jesús nos ha
injertado en su propio Cuerpo, porque así nos influimos uno en el otro, en el lugar en que esté le comunica la vida a
la otra persona, le comunica la vida y el
amor podemos entregarnos sabiendo que nuestro esfuerzo le llega a las personas
que amamos, y podemos estar unidos, que nuestra unión con Jesús le llega a las
personas que amamos.
La invitación es a vivir en esta
realidad, que podamos tener la certeza que comunicamos la vida a las personas
que necesitan de nosotros aunque no los conozca y los demás influyen también en
nuestra vida, porque nos animamos en comunidad, nuestra vida no es neutral o
imparcial, cuando vemos tantas realidades tan difíciles en nuestro país,
nuestra vida no es un punto que no hace nada, podemos dar vida; por eso les invito a reconocernos como una
parte del Cuerpo de Jesús reconocernos hermanos unidos inseparables cuya unión
es el amor, no es unión de carne o sangre sino de amor que nos hace un solo
cuerpo.
También al llegar a España encentré
misioneras de diferentes países y costumbres, diferentes maneras de expresarse,
una es más
sensible que la otra, o que se
malentiende lo que dices, el comentario lo toman a mal, sin embargo cuantas
veces esas pequeñas o grandes diferencias
cuando te unes a Jesús, dialogas con Él
y escuchas como ama Dios a estas
personas que tu no entiendes, cuando Él te hablas de esa personas, nos enseña a
experimentar al que es de tu país y al que no lo es como un hermano de verdad
por el que darías la vida, porque le amas como Dios te ama, no es una unión de
carne ni de cultura, ni de gustos porque también nos separan, sino porque es una unión en Cristo que nos
hace pasar por las diferencias, y nos hace verle como a un hermano. Este es el
amor que Jesús nos quiere dar: aceptar al otro como hermano, verles con el amor de Jesús que ve más allá de
la diferencias, nos invita a crecer en ese amor que une, no que se deja llevar por las diferencias sino
que une en la fe, este es el mandato, “permanezcan en mi amor”, que el amor
les haga uno, permanezcan unidos en el
amor. (Juan 15, 8-12)
“La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante… si cumplen
mis mandamientos permanecerán en mi amor como yo cumplí los mandamientos de mi
Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de
ustedes y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento. Ámense los unos a los
otros, como yo los he amado.” Jesús dice
este es mi mandamiento, no mi pedido,
nos exhorta a amar, nos anima a amar, no
con cualquier amor sino con su amor, para construir su Reino de amor, “como
el Padre me amó así yo los amo”, no
nos pide cosas que no nos da, nos ama, nos da su Palabra y nos pide amar como Él,
la gloria de mi Padre consiste en que
demos frutos.
La Gloria de su padre es lo que
quiere Cristo, su gloria es nuestra propia gloria, es que seamos uno que crezcamos en el amor, que demos frutos abundantes, no nos quiere como niños en el amor sino crecer,
por eso nos pide amar, porque quiere nuestro bien.
Cuantos no deseamos el Reino de
amor en el país, en el hogar, trabajo; cuando
vemos las noticias, asesinatos, odios,
envidia, y uno desea al unidad , todos los que escuchamos a Dios deseamos la
unidad en el Amor, hoy Jesús nos dice eres tú la que puede construir este Reino
de Amor, este sueño que tienes,
“Señor en mi casa falta amor, no
hay dialogo”, eres tú el que Dios ha puesto para que pueda poner paciencia perdón,
si tú ves que no hay eso Dios te invita a que lo
pongas tú, en tu trabajo, en tu casa que lo construyas en tí mismo y hagas
realidad este amor, por eso es un mandato a que permanezcan en mi amor “si cumplen mis mandamientos permanecerán
en mi amor”, ¿Porque Dios manda el amor, porque no queremos amar? Porque el
amor nos supone más esfuerzo que lo que quisiéramos poner, porque el amor nos
exige mucho más, ese amor que nos pide no es un amor de sentimiento o palabra, o porque hoy siento bonito.
Supone partir la vida, esfuerzo,
perdón, humildad, nos cuesta el orgullo pedir perdón porque supone partirse y
repartirse como hace Jesús en la Eucaristía, partir la comodidad, ese es el amor con el que Dios nos ama y pide
que amemos nosotros, ese amor que saca
mas paciencia del que ya tienes, más
perdón, que te lleva a más.
Dejemos que su Palabra nos
inyecte esa fuerza para dar ese paso a más, a crecer en el amor, en la esperanza, en la confianza
y cuando lo hagamos, Jesús dice “Les he dicho esto para mi gozo este en ustedes
y ese gozo sea perfecto” ¿que nos ofrece
cuando nos invita a amar?, el gozo de dar más de crecer, de poder ver al otro que te es contrario y
sentir en tu carne, que es tu hermano, que es tu familia, el gozo del que se
entrega.
El gozo de Jesús, solo lo obtendremos cuando
lo vivamos, cuando demos ese paso de confianza, dar el paso y experimentar el
gozo de dar fruto, por eso aspirar a amar como Jesús, a tener su corazón y
tendremos ese amor que es concreto y también preguntarle ¿cómo me invitas a
amar Señor, en mi casa en mi trabajo, en lo concreto, cómo?, a mi esposo, ¿cómo
me invitas a amar a mis padres, a mi hermano, cómo? Y contemplar ese “como”
en la vida de Jesús, preguntarle y contemplarle, ¿Qué paso me invitas a dar, a
convertirme esta noche, esta semana? y poderlo hacer en cosas concretas, pedir
perdón, ayudar en casa, abrazar a mi hermano, orar por esta persona.
Como la comunidad de creyentes, (Hechos
4, 32-35) que todos eran una sola alma, ¿cómo era esa unidad?, es una unidad en
lo concreto, nadie consideraba sus bienes como propios sino que lo ponían en
común, ¿qué bienes tienes que el Señor te invita a poner en común? no lo que te
sobra, sino el talento que tienes, ¿con qué bien el Señor te ha premiado?, cada
uno tiene un talento distinto, a mi me ha dado capacidad de sonreír, por eso me
acerco a la gente, pero no es fácil cuando te tratan mal, en un ambiente tenso,
pero te invita a sonreír. Tú también
tienes bienes: capacidad de acogida, fe, humildad, de hacer silencio cuando
hablarías o gritarías, esa capacidad de acercarse al otro cuando hay peleas,
ese bien, esa capacidad de perdonar.
Es difícil romper el odio que nos
separa que nos hace estar distantes. Nuestro pueblo tiene necesidad de paz, de
amor, de unidad, y nosotros los tenemos el Señor nos lo da en la Palabra.
Recibamos esta noche todo lo que
no hace falta, los bienes que el Señor
nos da para hacerlos llegar a todos, los bienes de la Palabra de Dios. En la
comunidad de creyentes ninguno padecía necesidad no porque todo lo tenían, sino porque todos los bienes se distribuían; nuestro pueblo tiene necesidad de paz,
alegrarnos porque esta Palabra que nos da, es con la certeza de que llegará a nuestra vida, para distribuir y hacer
realidad el Reino de Amor.
Kelly, msVd
LECTURAS PARA LA SEMANA
Ciclo: Fuentes de espiritualidad
Tema: Cuerpo Místico
Miércoles: 1 Corintios 12. 13 Además de ser muchos formamos
un solo cuerpo.
Jueves: Efesios 4, 15-16 En Cristo estamos unidos, El es la
cabeza.
Viernes: Colosenses 2, 26-19
Toda nuestra realidad Cristo la asumió en su Cuerpo.
Sábado: Juan 15,8-12 Lo que alimenta la unión es estar unido
a Cristo.
Domingo: Efesios 4, 1-6 La humildad nos ayuda a buscar la
unidad.
Lunes: Hechos 4, 32-35 Que nadie pase necesidad, que a todos
les llegue la vida de Cristo.
Martes: 1Corintios 12, 12-21 Ustedes son el Cuerpo de
Cristo.