miércoles, 12 de octubre de 2011

Sin Mí no pueden hacer nada


Buenas noches, mi nombre es Nila, les saludo en nombre de nuestro Señor y en nombre de la Fraternidad Misionera Verbum Dei Institución consagrada de la Iglesia católica fundada el año 1963 por el Padre Jaime Bonet. Nuestro carisma es la Oración, el testimonio de vida y la prédica de la palabra. en este momento por mi voz les da la bienvenida y les bendice. hay una palabra que Dios les dijo a sus profetas y es bien cierto: “hoy pongo palabras en tu boca serás como mi propia boca, por ti me daré a conocer”….y por eso estoy aquí con la seguridad de que es Él quien les va a hablar a través de mi. Es un privilegio para mí esta noche ser instrumento del Señor como su propia boca para pronunciar su Palabra.

Bienvenidos a todos estamos muy contentos de que estemos aquí en la escuela de la Palabra.

......

La semana pasada Silvia nos hablaba de los cuatro ejercicios propios de la espiritualidad del Verbum Dei que el Padre Jaime Bonet nuestro Fundador nos propone para que nos ayude a seguir a Jesús de una manera más coherente.

Yo veía nuestra vida espiritual ir sobre cuatro ruedas como un carro, que necesita practicar los cuatro ejercicios espirituales: de oración, de amor fraterno, de cruz y de misión, para poder ir por la vida parejos, sin desviarnos del ideal de Dios para nuestra vida. No puede faltar el oxigeno de la Palabra de Dios en ninguna porque todas van de la mano, integradas por completo no es que ahora vivo el ejercicio de oración, luego el de la cruz, el amor fraterno o la misión todas van juntas todas se complementan son un todo…los cuatro ejercicio dirigen nuestra vida espiritual, para vivir al estilo de vida, de Jesús amando como El.

Hoy día vamos a hablar sobre del ejercicio de oración.

Experiencia. Para mí el ejercitarme en la oración diariamente ha sido mi salvación en todos los momentos de mi vida desde que le conocí. En los últimos meses he tenido que estar fuera de mi casa, viviendo en casa de familiares en otro país y la convivencia no es fácil, porque lo primero que te sale es tu propia manera de ser que quiere sentirse cómoda como en su casa, acostumbrada a hacer y disponer de su vida, de su tiempo, de lo que lo gusta y lo que no, al estar en casa “ajena” te sientes limitada como aprisionada por las circunstancias

El ejercicio de oración para mí fue vital,cada día me levantaba para orar, sacar los sentimientos, los pensamientos que estaban dentro y dialogarlos con el Señor, dejando que me enseñe como pensaba El, y lo que sentía respecto a cada situación que se presentaba diariamente, como vivirlos cada día era dejar al Señor que me libere, que me ayude a salir de esa prisión en que me metían mi manera de ser, mis complejos, mis viejas costumbres, el vivir como quiero yo…. y qué bonito era experimentar la presencia de Dios acompañándome, dándome luz, llevándome a vivir en libertad soltar esas viejas ataduras que no me dejaban ser feliz disfrutar ver las cosas buenas y positivas, vivir en paz, en armonía.


Una de las cosas más grande que nos da la el ejercicio de oración es vivir en libertad...porque uno puede estar o sentirse preso no solo físicamente sino en un matrimonio que no da más, en la relación de novios, en el trabajo, en la comunidad, como hija o dependiendo de alguien por alguna circunstancia o en cualquier cosa que te estrese.…el orar te hace ser independiente de sentimientos negativos, porque más que lo que por fuera experimentas, es por dentro lo que nos encadena, nuestra propia manera de juzgar las cosas, a la gente, te asaltan pensamientos que te separan de los demás, “soy una carga” “seguro que ya no me quiere, tiene otra y por eso me trata así” “se están aprovechando de mi, son unos abusivos, me pagan mal, son unos ingratos y malagradecidos”, “para que me cambié de trabajo…, para que vine”……el hombre viejo interiormente lucha por salir, por eso el ejercicio de oración se torna vital, imprescindible porque el egocentrismo nos aprisiona, el querer que todos gire alrededor de nosotros, y eso crea tensión. El vivir en comunidad, es difícil, pero si vives orando lo ves todo diferente al final de cada encuentro con el Señor tu sales agradeciendo a Dios por darte la oportunidad de conocerte mas, y cuánto tienes que trabajar en ti que a veces te creías ya estar en el “camino de la santidad” …la oración te hace ser humilde, darte cuenta que no se puede hacer nada sin la Palabra de Dios, porque solo allí encuentras la paz, la libertad, tomarle el gusto a todo, porque lo vives con Dios, la oración te hace ver el sentido de tu vida: el estar en misión constante, creando ambientes de fraternidad siendo luz, y sal donde el Señor nos lleva y entonces agradeces y dices.”No hay mayor alegría que dar la vida por los amigos”…esto es evangélico, solo el que ora lo puede entender el resto no te entiende te dice es una locura. 1Cor 1,18


¿Por qué podemos orar?

Muchas veces escucho a las personas decir que a pesar de tener muchas cosas no son felices, inclusive personas que dedican muchas horas trabajando para el Señor, ese inconformismo es la ausencia de Dios en sus vidas, porque no se trata de tener cosas o hacer cosas de Dios o para Dios, se trata de estar con Él.

Dios que nos conoce nos llama incesantemente, nos inquieta, nos busca para ayudarnos porque sabe que sin El nos podemos vivir, por eso ha puesto esa búsqueda en nuestro corazón. Dice el catecismo de la Iglesia católica n 27. “El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar.”


Podemos nosotros olvidarnos del Señor, incluso rechazarlo, pero El nunca dejará de buscarnos ¿cómo? Por el deseo de El que ha puesto en nuestro corazón, esa sed de El como un grito que no podemos acallar, ni borrar con el ruido del mundo, de los quehaceres, de los placeres sea diversiones, entretenimientos, cine, TV, juegos, trabajo exagerado. Etc. Nuestro corazón está hecho para descansar solo en Dios hallar su felicidad solo en El. Por eso estamos inquietos mientras no demos con El, no le conozcamos, no le tratemos, no dialoguemos con El.


Somos capaces de dialogar con Dios de estar en comunión con El. Dice GS, 19 (documento de concilio vaticano II) la razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su creador»


La razón más alta de nuestra dignidad como seres humanos no está en el apellido ilustre que podamos tener, nuestra dignidad no está en tener un carro último modelo o el titulo de gerente de la empresa tal, mi dignidad no está en la ropa que me ponga por muy Gap o Calvin Klein o Dior, que use, mi dignidad esta puesta en que estoy hecha para dialogar con Dios, somos capaces de Dios, todos, estamos invitados al diálogo con Dios desde nuestro nacimiento. Esta amistad con Dios esta comunión, es la que conserva nuestra vida, la mantiene, la hace florecer y dar fruto.


Que no es oración. Antes de aprender a orar creía que orar y rezar era lo mismo: repetir oraciones aprendidas de memoria desde niña, en la Iglesia o el colegio, o lo que mi mamá con tanto cariño me había enseñado y que siempre rezo. Aprendí que a la Iglesia vamos a poner velitas a los santitos, y rezarles una oración y pedirles un milagro. Aprendí también en un grupo de oración que hay que alabar mucho al Espíritu Santo, y recuerdo que después nos preguntaban que habíamos sentido, yo me sentía bien un rato pero también frustrada, porque no sentía nada, … Recuerdo que me enseñaron también que tenía que hacer trueques con Dios, por ejemplo “hazle promesas, pídele algo y le ofreces ponerte hábito un mes y El te va a dar eso que le pides” en mi búsqueda de Dios quedaba frustrada porque no me llenaban estas maneras de relacionarme con El

Todas las prácticas piadosas son muy buenas porque bien encaminadas nos preparan para el encuentro con el Señor son una manera de encender nuestro corazón, prepararlo ´para el gran fuego de la oración.

Porque cuando ya te encuentras personalmente con Dios en su Palabra tú dices: nunca me había imaginado ni había pasado por mi mente lo que el Señor había preparado para mi, todas estas maravillas que el Señor va haciendo en mi vida…¡como no lo conocí antes, porque no me lo dijeron!


“Ni ojo vio ni oído oyó, ni por mente humana han pasado las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman. Pero a nosotros nos lo reveló Dios por medio de su Espíritu”


¿Qué es la oración?… Decía Sta. Teresa de Jesús "orar no es otra cosa sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama". La oración es una experiencia vivencial diferente, es un encuentro entre la Trinidad y María y yo. Es una experiencia personal que te cambia la vida.

Lo que más me da confianza en la oración es tener esto bien claro en mi corazón y mi mente.

Si estoy con alguien que me ama, esa confianza me hace ir sin miedo, no tengo que estresarme pensando si voy a orar bien o no. Lo importante es estar con El, es sobretodo dejarte amar, estar con el amado disfrutar de este don de la oración que te hace gozar de su presencia. La oración no es para sufrir, al contrario la oración es para vivir en plenitud, es ese cordón umbilical por donde nos llega la Vida y el Amor de dios, así como está el feto en el vientre de madre chupando la vida de la placenta así nosotros del mismo modo chupamos la Vida-Amor en la oración.. … si no oramos, vamos por la vida secos, amargados, resquebrajados por cualquier cosita, desgastados sin ganas de nada.


Exp. Conocer lo que era verdaderamente la oración fue algo que transformó toda mi vida porque descubrir que podemos ser amigos de Dios, que podía hablar con Él, escucharle, preguntarle cosas, y que siempre tiene una respuesta para todo fue maravilloso. En el diálogo lleno de confianza con mi Padre, con Jesús, a la luz del Espíritu Santo y en compañía de María fui entendiendo que todos que los fracasos, mis pecados y errores en mi vida fueron porque quise vivir separada de Dios, queriendo resolver mis problemas, mis traumas, mis conflictos yo sola, a mi manera.

Porque como muchos pensaba que podemos vivir solos, porque eso nos enseñaron, a no pedir ayuda, que eso es humillante, eso es de débiles, tu solo te bastas no necesitas de nadie, y ahí uno se va volviendo individualista, autosuficiente, huraño, tímido, miedoso avergonzado de decir ¡ayúdame, no puedo! Y ahí te caes en tus equivocaciones una y otra vez. Cuando te encuentras con Dios, ya no te da vergüenza “humillarte” reconocerte débil, vives en libertad. Tratar con Dios te hace aprender a tratar con los hermanos te hace humilde, estar en la verdad, no dejas de ser tu ni pierdes tu valor por pedir ayuda…


La oración es para darnos cuenta que no podemos hace nada sin ti Señor: “Yo soy la vid y ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, pero sin mí no pueden hacer nada. Mientras ustedes permanezcan en Mí y mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán. Jn 15, 5.7


La oración es beber de la sábila, de la Vida y el Amor de Dios, permanecer en El para amar como El ama, para tener una vida abundante que confía en sí mismo, que te da seguridad que nunca estas solo que te pase lo que pase siempre vas a salir ganador…

Cuando el Señor dice sin Mí no pueden hacer nada no lo dice con arrogancia o autosuficiencia mirándonos como menos, al contrario, yo encuentro un infinito amor en su Palabra una necesidad grande de ayudarnos, porque El tampoco puede vivir sin nosotros, no puede vivir mirando que nos perdemos, que nos secamos… que nos confundimos de camino, que no sabemos cómo regresar a Él, como vivir nuestra identidad verdadera… su alegría es vernos felices por eso nos llama a vivir en amistad con El, unidos como la vid y sarmientos. Solo unidos a El podemos ser sarmientos que den fruto de unión, de fraternidad, de armonía, en nuestras familias, vivir entre todos amándonos como hermanos, como el nos ama. Ser vínculos de amor entre entre nuestros hermanos.


En nuestra espiritualidad Verbum Dei la oración está centrada en la palabra, porque es Dios mismo expresándose revelándose. El mismo me habla…. la clave para orar es creer que es El es alguien vivo que me está hablando de él y de su voluntad, la oración es para la vida, la palabra entonces no solo está en el centro de la oración, sino en el centro de nuestra vida. ¿qué significa que la palabra sea el centro de nuestra vida? Que la palabra es nuestra norma de vida, que según lo que me dice oriento mi vida, constituye la fuente, el punto de referencia, de contraste y de orientación de toda nuestra vida, y de cada una de nuestras jornadas, nuestro encuentro es con las personas divinas, padre, hijo y espíritu santo y maría.


Si tú te ejercitas en la oración a diario te puede pasar lo peor pero como El es el centro de tu vida no te derrumbas, “la oración comporta un ejercicio de oración y una vida orante. el combate de la oración es inseparable del progreso en la vida espiritual: “se ora como se vive, porque se vive como se ora” catecismo 2725


Cuando no nos ejercitamos en la oración le dedicamos largas horas, escuchando…asimilando la palabra, no hay fuerza suficiente para vivirla… nuestra vida se vuelve un cumplimiento agotador, todo se nos queda a nivel mental en “tengo que perdonar”, “si no fuera porque tengo que vivir la Palabra” vivimos en un compromiso, en una obligación que nos cansa y decimos no puedo con estas cosas de Dios, y las vamos dejando, pero es que si no hemos tenido la experiencia vivencial de encuentro con la Palabra con Dios, no nos sale el Cristo que por dentro quiere vivir, salir a través de nuestra vida, gestos, palabras, de manera natural…. porque no le dejamos entrar a nuestro corazón, está afuera, porque oramos poniéndonos un paraguas para que la lluvia de la Palabra no nos empape. (Is 55,10) no le dejamos que nos fecunde para dar frutos.


El Señor nos invita a entrenarnos en este ejercicio vital para nuestra salud espiritual y física, el Mismo se pone de entrenadorMira que estoy a la puerta y llamo: si uno escucha mi voz y me abre, entraré en su casa y comeré con él y él conmigo.”, Ap 3,20

a lo mejor le miramos por la ventanita o el ojito mágico, a ver…como está…con una leída veloz a la Palabra, para tranquilizar la conciencia, o porque estamos cansados, porque nos quedamos viendo televisión hasta tarde, o en la internet o el Facebook, y cuando nos suceden situaciones fuertes no tenemos la fe ni la fuerza para vivirlas porque no es de la noche a la mañana, el ejercicio, el fuerte trato con dios nos da la seguridad de que todo lo puedo con el que me fortalece, me rescata y me salva donde parece que no hay salvación me hace ir seguro por la vida. Vemos cosas y lecturas espirituales que te dan un tipo de formación pero no te inyectan la vida como sucede en la oración.


Orar es muy sencillo, es el Encuentro de dos deseos. Jn 4,6 Es un encuentro como el de la samaritana que se encontró con Jesús al borde del pozo, Él la busca, toma la iniciativa, empieza la conversación…dame de beber.., Jesús tenia sed de que ella le conozca, de amarla, ella se hace un poquito la difícil…pero si yo soy de otro pueblo…no podemos ser amigos…Jesús rompe esas diferencias…no importa de dónde seas o como estés, yo tengo sed de que tú me des de beber, te necesito junto a mí.. …beber de tu tiempo, de estar contigo…de que me conozcas…. "si tu conocieras quien soy yo… si tu conocieras quien es el que te pide de beber, tú misma le pedirías agua viva y el te la daría”... Ella le pide….”Señor dame de esa agua y así ya no sufriré la sed ni tendré que volver aquí a sacar agua.” la oración empieza por el deseo de conocer a Dios…tener confianza, pedirle: Señor que te conozca…dame deseo de desearte, de saborear tus palabras, que me deleite orando, como decía Jeremías


“Cuando me llegaban tus palabras, yo las devoraba tus palabras eran para mí gozo y alegría, porque entonces hacías descansar tu nombre sobre mí, oh! Señor Sabaot!” Jer 15,16


Yo veo que así como una persona cuando esta con gripe o enferma no le siente sabor a la comida, lo rechaza, pero cuando le gusta una comida se la devora hasta lamer el plato, de tan sabroso.

creo que cuando nuestra alma muchas veces está enferma, de pecado, llena de otros sabores del mundo, no le encuentra gusto a las cosas de Dios ni a su Palabra, a los retiros, a la escuela, a nada de la vida espiritual por eso no ponemos más empeño en orar …..Si reconocemos que nuestra felicidad, unión, paz, en la familia en donde viva no solo mía sino también de los que trato a diario a los que amo depende de mí encuentro con Dios en la oración, ….entonces necesito esta medicina de la Palabra que Dios me regala en la oración…..lo que quiere es que seas feliz tu y los tuyos..Que no te desesperes por las situación económica, no te estreses por el trabajo, en lo que pases problemas con los hijos, los nietos, enfermedades, lo que sea, recuperes la confianza en El que solo quiere curarte, bendecirte, por eso necesitamos ir al manantial de la Vida, ir al encuentro de quien se ofrece sin reservas sin condiciones, no me pide métodos para orar…simplemente estar nada más que estar para ser..Reconstruir su imagen y semejanza en mi…una vez más…. el se encarga de todo lo demás…


Porque no podemos nada sin el tenemos que pedirle: señor dame gusto por tu palabra, que la saboree que la devore…no podemos vivir sin El “pidan y se les dará busquen y hallaran llamen y se les abrirá la puerta porque el que busca encuentra y se abrirá la puerta al que llama.” Mateo 7, 7-8.


Orar es una historia de amistad.

Orar es hablar con Dios como lo hacía moisés, “Yavé hablaba con moisés, cara a cara, como habla un hombre con su prójimo”, ex 33,11 con confianza, compartiendo sus proyectos, ellos se tratan como amigos, Moisés tiene la confianza de mostrarle sus dificultades, sus debilidades, “no me van creer se van a burlar de mi….no tengo facilidad para hablar, porque no mandas a otro?” Ex 4, 1.10.14 el Señor tiene paciencia con su amigo Moisés….

Oración es una historia de amor….yo recuerdo que cada vez que venía a la escuela siempre nos decían que dios nos ama, y mucho y quiere hacernos felices….como yo quería ser feliz, conocer a quien me amaba desde hacía mucho tiempo empecé a buscarlo como esa mujer de los cantares…quería aprender a conocerlo, amarlo también…. “sobre mi lecho por las noches yo buscaba al amado de mi alma”.

…cada noche esperaba que amaneciera rápido, para ver que iba a tocar, que me iba a decir…”cuando encontré al amado de mi alma, lo abracé y ya no lo solté” mas hasta ahora, mi oración no la dejo, porque para mí es el oxigeno de mi vida.


No se puede dejar de orar. “se nota pronto cuando una persona ora o no ora. Cuando habla, cuando obra, porque al escucharle se experimenta frío, o calor de alto voltaje”.


Para que orar

No oramos por orar, no es por cumplir con una obligación ni siquiera por cubrir necesidades emocionales. Si oramos es porque la oración es el medio más eficaz para el encuentro y la relación personal con Dios, interpersonal, íntima, amorosa, comprometida para hacer su voluntad. La oración es algo vital no puedo hacer nada sin Jesús. No oramos porque somos santos, sino porque queremos serlo. Para amar, y vivir en humildad como Jesús


Oramos para cuidar nuestra vida eterna, y para desarrollarla, “a gran precio han sido comprados”… mi vida vale precio de sangre, es valiosa es importante para dios, tiene un sentido esta vida es nueva y no me pertenece….el la ha rescatado para vivirla y permanecer con el eternamente…solo por la oración unido a El esa vida se puede mantener, cuidar alimentar, enriquecer guardarla para la vida eterna hay que cuidarla más que la vida física que dura pocos años…¿de qué serviría ganar el mundo entero si perdiéramos la vida eterna?.


Oramos para que Dios nos transforme (Jer 18,1) la oración es bajar al taller del alfarero donde la palabra nos va configurando como otros cristos, es la fragua en la que nuestra vida, pensamientos, voluntad sentimientos, van transformándose en los mismos pensamientos, sentimientos y forma de amar de Jesús, la oración es la alfarería en la que dios amasa nuestra vida y le da la forma que a El más le agrada. la oración te cambia la mente el corazón, la mirada hacia los hermanos, en la oración Dios nos hace participes de su mismo amor para amar con su mismo amor, se ama a los hermanos creando con ellos una intima y perseverante comunión de amor, te da un amor que no discrimina a nadie , que no hace acepción de personas.


Oramos para hacer la voluntad de Dios. (Jn 6, 37-38). Es que al ir orando ya no somos nosotros es Cristo quien viene a vivir en nosotros entonces todo nos lleva a hacer su voluntad…dice Jesús: “yo he bajado del cielo no para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me ha enviado. Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que El me ha dado…sí, esta es la decisión de mi padre”, a nuestro lado tenemos hijos, esposo, esposa ,familia, amigos, una viña que tenemos que cuidar de que no se pierdan, ¿de qué otra manera los podemos cuidar su vida espiritual si no es orando?, no puedo dejar que ninguno se pierda..Porque esa es la voluntad de mi padre.


Oramos para anunciar el Reino. (Hechos 4,20) Cuando oras realmente, le das tiempo a Dios, le escuchas, asimilas su voluntad, la vives entonces el anuncio sale solo. “no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto ni oído” los apóstoles habían sido testigo de la vida de Jesús, de sus milagros, habían oído sus palabras su manera de vivir, de amar como había muerto en la cruz perdonando y como había resucitado y seguía perdonando…amando como si no hubiera pasado nada este amor ellos lo anuncian “no podemos dejar de hablar del amor que hemos visto y oído…” lo que escuchamos y vemos en la oración no podemos dejar de compartirlo con nuestros hermanos, nosotros hacemos una oración misionera que nos hace salir a anunciar la Vida y el Amor de Dios.


Dios nos bendiga.


LECTURAS PARA ORAR ESTA SEMANA PROFUNDIZANDO EL TEMA DEL EJERCICIO DE ORACIÓN.

Miércoles: La oración es el encuentro de dos deseos. Catecismo nro. 27. Jn 4,10

Jueves : La oración es una historia de amistad. Ex 33,11. Ex 4,10-16

Viernes : La oración es para hacer la voluntad de Dios. Jn 6, 37-38

Sábado : La oración es la alfarería en la que Dios amasa nuestra vida y le da la forma que más le agrada. Jer 18, 1-6

Domingo: La Oración me hace darle a Dios su lugar en mi vida.1Tes 1,1-5b; Is 45, 1-4-6; Mt 22, 15-21

Lunes : La oración nos reengendra de un germen incorruptible por la Palabra. 1Pe 1,23

Martes : Oramos para anunciar el Reino. Hechos 4,20



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