miércoles, 16 de noviembre de 2011

VAYAN USTEDES TAMBIEN A MI VIÑA


La semana pasada empezamos el ciclo de la Encíclica Christifideles Laici, sobre la vocación y misión de los fieles laicos en la iglesia y en el mundo.

Nos decían que el Bautismo nos hace partícipes de la identidad divina, somos del linaje de Dios. Hechos 17,28

El bautismo nos hace hijos de Dios nos introduce en el linaje divino, nos da la dignidad de no solo llamarnos hijos sino de serlo, esta relación es el elemento constitutivo del ser y existir del hombre mismo saber que en Dios nosotros vivimos, nos movemos, y existimos. Jesús ha ganado para nosotros esta Gracia de llamarnos hijos de Dios, y por eso esto nos supone tomar parte activa en su misma misión, siendo del mismo linaje de Jesús, tenemos la vocación y misión de ser anunciadores del evangelio habilitados y comprometidos.

Jesús nos dice: “Como el padre me envió así yo los envío” Juan 20,2

Esto significa tener parte activa en la misma misión de JESUS. Esto significa comprometerse, involucrarse completamente, meter las manos en la masa. En conducir a la Iglesia a los hombres que viven alejados de ella, cooperar con empeño en comunicar la Palabra de Dios, porque en efecto: Predicar la Buena noticia tiende a suscitar en el corazón y la vida del hombre la conversión y la adhesión personal a Jesucristo salvador y Señor y dispone al bautismo y a la Eucaristía y se consolida en el propósito y en la realización de la nueva vida según el Espíritu…el imperativo de Jesús vayan y anuncien la buena noticia bauticen mantiene vivo su valor siempre…la situación del mundo actualmente requiere de una obediencia más rápida y generosa no podemos escamotear nuestra respuesta ¡ay de mi si no predicara el evangelio!.

Experiencia del penal. En un penal de Lima 10 internos que han estado recibiendo la Palabra de Dios a través de los fieles laicos decidieron por Gracia de Dios bautizarse y están hoy en preparación. La Palabra ha suscitado el deseo de ellos de ser hijos de Dios, de estar injertadosen el Cuerpo de Cristo la Iglesia. Y dicen como el etíope "Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado? hechos 8,36 lo único que puede impedir es que nosotros lo dejemos, soltemos a nuestros hermanos. Dios nos pone personas en camino para bautizarlas, de nosotros depende el bautizarlos, llevarlos recibir el Espíritu de Dios.

El fiel laico esta llamado como Felipe hacer más eficaz la cura de las almas y también la administración de los bienes de la Iglesia: Los Sacramentos. En La evangelización se concentra y se despliega la entera misión de la Iglesia y de nosotros los laicos, los bautizados…”evangelizar es la gracia y la vocación propia de la Iglesia su identidad más profunda.” Pablo VI.

Esta es nuestra labor, siguiendo el mandato de Jesús “vayan por el mundo anunciando el evangelio”, pero muchas veces hemos entendido mal y lo que hacemos es ir por el mundo criticando a los que se han comprometido con la iglesia,

Dice un dicho. Ayuda más el que no estorba, al criticar lo que hacemos es alejarnos y alejar más a la gente de la Iglesia.

Al ser bautizados en Cristo, El nos hace participes, nos involucra en su misma misión. “Así como el Padre me envió así yo los envío” Jesús nos pone la figura de un propietario que salió de madrugada a contratar obreros para su viña, que es la viña? esta viña es el mundo, los obreros somos nosotros… a quienes llama a ocuparnos de su viña… Es el mundo entero que debe ser transformado. El Señor es Jesús. Jesús nos envía al mundo, llama todos los bautizados,….

“Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación”! Mc 16,15

El llamamiento del Señor Jesús “Vayan ustedes también a mi viña” no deja de resonar en el curso de la Historia, desde aquel lejano día: se dirige a cada hombre que viene a este mundo, porque el Señor quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad…Jesús nos envía al mundo como Iglesia como sacramento universal de salvación.

Dice Jesús que este propietario volvió a salir a media mañana hacia las nueve y al ver a otros desocupados en la plaza les dijo”vayan ustedes también a mi viña”. 3-4, no importa la hora, lo importante es que no estén sin hacer nada habiendo tanto trabajo en mi viña, los necesito también a ustedes. Ese también incluye quizás a los que no se sienten dignos o capaces de anunciar de trabajar para la viña del Señor, pero Jesús dice también ustedes vayan aquí se llama a todos por igual, vengan a trabajar a mi Viña.

Salió también al mediodía, y luego a las tres de la tarde… ya era la undécima hora la última hora del día cuando salió otra vez y vio a otros que estaban allí parado y les preguntó ¿Por qué se han quedado todo el día sin hacer nada? Contestaron ellos “porque nadie nos ha contratado”. Y les dijo vayan también ustedes a trabajar en mi viña.

¿Porque hay que ir a trabajar, como está la viña?, ¿Cómo está el mundo, cómo ve el mundo Dios que insiste en que no permanezcamos ociosos?

Es necesario mirar cara a cara este mundo nuestro, con sus valores y problemas, sus inquietudes y esperanzas, sus conquistas y sus derrotas un mundo cuyas situaciones políticas económicas y sociales culturales presentan problemas y dificultades cada vez más graves. Esta es la viña y este es el campo donde los fieles laicos o sea nosotros, estamos llamados a trabajar a comprometernos a involucrarnos.

Nos dice la encíclica: Mediante el uso de una libertad sin límites el hombre esta arrancando las raíces religiosas de su corazón, se olvida de Dios, lo considera sin significado para su propia existencia, lo rechaza y se pone a adorar los más diversos “ídolos”. …crecientes multitudes se alejan prácticamente de la religión, cada vez se descristianiza más el mundo por falta de obreros comprometidos con la viña del Señor. Nosotros mismos nuestra incoherencias nuestra manera de vivir como cristianos aleja a las personas de la Iglesia de CRISTO.

Si nos acercamos mas a mirar a nuestro alrededor a lo más cercano. Esa viña muchas veces son nuestros hijos, nuestra comunidad, las personas heridas que nos encontramos en el camino, la persona sin esperanza, las rebeldías de las personas, su agresividad, la gente del trabajo, los compañeros de estudios, el papá o la mamá, etc. son la viña donde el señor nos envía a trabajar. Cada fiel laico tiene una viña que atender no puede dejar de comprometerse con ella como bautizado.

¿Quién puede contar los niños que no han nacido porque han sido matados en el seno de sus madres, los niños abandonados y maltratados por sus mismos padres, los niños que crecen sin afecto ni educación.. Tenemos derecho a vivir bien, sin miedos de que se metan a nuestras casas, ¿por qué tenemos que vivir aterrorizados por los delincuentes? …. Tenemos derecho a que nuestros hijos, nuestros nietos crezcan en una sociedad sana. ¿Quiénes son los delincuentes?....gente que no sabe que no conoce a Dios, aquellos a quienes hemos descuidado, los niños de las calles, abandonados por la sociedad, ¿queremos que no haya más delincuencia para que nuestras futuras generación vivan en paz vayan tranquilos por las calles sin esconder las carteras?....vayan a trabajar a la viña del Señor…

Fíjense que están haciendo en por la viña del Señor ¿Cómo estamos viviendo el mandato del Señor? vayan ustedes también a mi viña…

Vayan a trabajar a mi viña es el grito que resuena a lo largo de toda la historia. En este anuncio los fieles laicos tienen un puesto original e irremplazable, por medio de ellos la iglesia de Cristo está presente en los más variados sectores del mundo, como signo y fuente de esperanza y amor.

El Señor nos hace ver la necesidad a todos….a través de muchas cosas… ¿Porque nos hace ver la necesidad? Porque ama el mundo. Jesús el mismo quiso participar de la naturaleza humana a afirmación que exalta más radicalmente el valor de todo ser humano la ha hecho el Hijo de Dios encarnándose en el seno de una mujer.

Y es desde el mundo donde llama a sus apóstoles de allí los escoge. La predicación de Jesús fue hecha desde el comienzo a los laicos como a nosotros. El llamamiento del Señor vayan ustedes también a mi viña se dirige a cada uno personalmente; y entonces resuena de este modo en la conciencia ¡VEN TU TAMBIEN A MI VIÑA! nro. 28

El santificó los vínculos humanos, en primer lugar los familiares, donde tienen su origen las relaciones sociales sometiéndose voluntariamente a las leyes de su patria. Quiso llevar la vida de un trabajador de su tiempo y su región.

Porque los fieles laicos viven en el mundo, esto es: están implicados en todas y cada una de las ocupaciones y trabajos del mundo y en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social. Ellos son personas que viven la vida normal en el mundo, estudian trabajan, entablan relaciones de amistad sociales, profesionales, culturales etc. El concilio considera su condición no como un dato exterior y ambiental sino como una realidad destinada a obtener en Jesucristo la plenitud de su significado. Es más afirma que el VERBO ENCARNADO quiso participar de la convivencia humana.

“Por lo tanto hermanos que cada uno viva para Dios, en el mismo estado en que se encontraba al ser llamado”. 1 Cor 7,24 no han sido llamados a abandonar el lugar que ocupan en el mundo el bautismo no los quita del mundo, tal como lo señala el apóstol Pablo.

Los fieles laicos son llamados por Dios para contribuir, desde dentro a modo de fermento, a la santificación del mundo mediante el ejercicio de sus propias tareas, guiados por el espíritu evangélico y así manifiestan a Cristo ante los demás, principalmente con el testimonio de su vida y con el fulgor de su fe, esperanza y caridad. Dios les manifiesta su designio en una situación intra-mundana y les comunica la particular vocación de “buscar el reino de Dios tratando las realidades temporales y ordenándolas según Dios”

¿Por qué se han quedado todo el día sin hacer nada?..Nadie nos ha contratado. Vayan ustedes también a trabajar en mi viña.

Hay mucho que hacer pero no es como un oficio, un hacer cosas, el Señor nos envía a evangelizar, se necesitan evangelizadores que vayan a rescatar la dignidad de las personas, la imagen de y semejanza de Dios dañada mutilada, atropellada, deformada, por las cosas del mundo. Dios nos envía para trabajar desde dentro del hombre, darles la Palabra que les afecte su vida su manera de ser y opten por cambiar por convertirse, por seguir a Cristo y hacer seguir a otros el mismo camino verdad y vida… Es necesario evangelizar no decorativamente a manera de un barniz superficial sino en modo vital, en profundidad y hasta las raíces, redescubrir y hacer redescubrir la dignidad inviolable de cada persona humana constituye una tarea esencial. Es mas en cierto sentido es la tarea central y unificante del servicio que la iglesia y en ella los fieles laicos están llamados a prestar a la familia humana. Esto es evangelizar.

¿Cómo? Enseñándoles a orar, la oración de dialogo con Dios, inyectarles la fuerza de la Palabra enchufarlos a la Palabra, a buscar la vida espiritual, la trasformación a partir de una renovación interior Rom 12,2 solo el contacto íntimo y personal con Dios el hombre se puede santificar y santificar el mundo y sus ambientes, una espiritualidad del seguimiento de Cristo.

¿Por dónde empezar? Pienso que un buen comienzo podría ser Evangelizar a los bautizados…a los católicos, a vivir su bautismo que es la base, la luz de todo obrar.

Son pocos los que se comprometen, por eso hay que rogar al Padre por vocaciones misioneras….según las mismas palabras del Aeñor Jesús

“la mies es mucha y los trabajadores son pocos. Rueguen pues al dueño de la cosecha que envíe trabajadores a recoger su cosecha”. Mt 9, 37-38

No importa la hora en que te hayan llamado lo importante es que quieras comprometerte, y aunque haya mucha diferencia entre unos y otros de edad estado, cada uno tiene que aportar algo y la único que define que tiene que marcar es que TU LUZ BRILLE. Como se logra esto? Teniendo un estilo de vida diferente al mundo pues está radicado en el evangelio en el estilo de Jesús, no se trata de hacer cosas sino de Ser.

SER LUZ Es en lo sencillo, lo cotidiano de la vida, cuando no te angustias por cualquier cosa, cuando tienes fe, esperanza en medio de personas que ya no quieren creer en nada ni nadie, cuando ven que para estar alegres no tienes necesidad de tomar, cuando para pasar un examen no compras la prueba, como una chica que se preparaba para la confirma, le habían propuesto venderle el examen de admisión en una universidad y había hablado con sus papás, acerca de juntar el dinero para este pago, pero después de orar, entendió que esto no era cristiano, y les dijo a sus padres que no se preocupen porque ella va a estudiar que confiaba en Dios y no necesitaba comprar ese examen, fue luz en esta situación ante sus padres y ella misma recuperó su dignidad de actuar como hija de Dios con honestidad.

“Ustedes son la luz del mundo… Hagan pues que brille su luz ante los hombres que vean estas buenas obras y por ello den gloria al padre de ustedes que está en los cielos. Mt 5, 14-16

El dueño de la mies llama a distintas horas. A unos los llamo jóvenes a otros a mediana edad a otros más maduros. El dueño de la viña llama a cada uno en Cristo, por su nombre propio e inconfundible, con su historia personal, su tiempo particular. Este salir constante del Señor hora tras hora, a buscar trabajadores para su viña, a no dejar a nadie sin hacer nada, es una llamada que no solo se dirige a sacerdotes y religiosos o religiosas se extiende a todos: también los fieles laicos estamos siendo llamados personalmente para trabajar en la viña del Señor.

No hay lugar para el ocio: tanto es el trabajo que espera en la viña del Señor. El dueño de la casa repite con más fuerza su invitación: vayan ustedes también a mi viña.”

La parábola despliega ante nuestra mirada la inmensidad de la viña del Señor y la multitud de personas hombres y mujeres que son llamadas por El y enviadas para que tengan trabajo en ella.

Este comentario lo amplia la encíclica a toda la variedad de personas, dentro de la iglesia, la diversidad vocaciones y carismas situaciones y funciones, variedad no solo ligada a la edad sino a las diferencias de sexo y a la diversidad de dones condiciones de vida, niños, mujeres, ancianos jóvenes, hombres, sanos, enfermos, todos venga a trabajar a mi viña, todos tienen algo que dar, todos. La voz del Señor resuena ciertamente en lo más intimo del ser mismo, de cada cristiano, que mediante la fe y los sacramentos de la iniciación cristiana ha sido configurado con Cristo, injertado como miembro vivo en la Iglesia y es sujeto activo de su misión y salvación

Con respecto al apostolado de los laicos el Concilio Vaticano II dice: el Espíritu Santo otorga también dones particulares, distribuyendo a cada uno en particular como “El quiere” 1Co 12,11 para que poniendo cada uno los dones recibidos al servicio de los demás, contribuyan también ellos como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios 1 Pedro 4,10 a la edificación de todo el cuerpo en la caridad. Ef 4,16

Esa es la riqueza de la Iglesia. Todo lo que nos pide es que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios. Sean extraordinarios o simples los carismas son siempre gracias del Espíritu Santo, que tienen una utilidad eclesial o sea son para todos, para el servicio de los hermanos, para su crecimiento, están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo.

Y lo que se le pide al administrador es que sea fiel “vean pues en nosotros a servidores de Cristo y administradores de las obras misteriosas de Dios. Si somos administradores entiendo que se nos exigirá cumplir. ” 1 Cor 4, 1-2.

“A nadie le es lícito quedarse sin hacer nada”. No hay lugar para el ocio tanto es el trabajo que a todos espera en la viña del Señor que el propietario repite con más fuerza su invitación, “vayan también ustedes a mi viña”.

El llamado que nos hace también el Papa Juan Pablo II es apremiante, está dirigido a nosotros los fieles laicos:

¡No tengáis miedo! Abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo! ¡No tengáis miedo! Cristo sabe lo que hay dentro del hombre. Sólo Él lo sabe! Permitid, por tanto -os ruego, os imploro con humildad y con confianza- permitid a Cristo que hable al hombre.

Sólo El tiene palabras de vida, sí! de vida eterna. Abrid de par en par las puertas a Cristo, no es en absoluto una amenaza para el hombre, sino que es, más bien, el único camino a recorrer. La palabra y la vida de cada cristiano pueden y deben hacer resonar este anuncio: Dios te ama, Cristo ha venido por ti; para ti Cristo es "el Camino, la Verdad, y la Vida!" (Jn. 14, 6).

Sigamos el ejemplo de María Modelo de Laica para encontrar a Dios en las cosas simples y sencillas de la vida. Que permita que Dios sea todo en todos.

ESCUELA DE LA PALABRA

Ciclo: Christifideles Laici. Tema: Participar en la misión

Miércoles: Mateo 20, 1-7 Vengan a trabajar a mi viña.

Jueves: 1Pedro 2,9; 1Cor 7,24 Todos tenemos parte en la misión de Jesús.

Viernes: Mateo 16,15; Col 3,17 Todo lo que vives hazlo en Nombre de Cristo.

Sábado: 1Corintios 4 1-5 Eres administrador de la múltiple Gracia de Dios

Domingo: Ez 34, 11-17; Mateo 25,31-46 Por el bautizo participas del reinado de Cristo.

Lunes: Mateo 5,13-16 Tu eres luz del mundo desde tu bautizo.

Martes: Rom 12,1-2; 1Pedro 4,10 Pónganse al servicio de los demás.

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