“Cuando llegó el
día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De
repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que
llenó toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego
que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos
quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les concedía que se expresaran”. (Hech 2,1-4)
Señor te doy muchas
gracias por tu invitación a orar los sacramentos, por profundizar en cada Don que nos concedes
para poder alcanzar la Vida eterna, Padre Bueno y Misericordioso, sin merecerlo nos
devuelves la Gracia de ser tus hijos y
más aun el poder participar en la obra de la salvación por medio del Espíritu
Santo derramado en nosotros. Ayúdanos a seguir meditando en esta semana el Sacramento de la
confirmación para que salgamos mejores apóstoles de Cristo, más robustecidos
espiritualmente para vivir una vida comprometida y de participación como
auténticos soldados de Cristo para seguir proclamando tu Palabra y defendiendo nuestra fe.
Al preparar las pautas recordaba que antes de conocer la
comunidad y conocer la Palabra de Dios, no sabía que significaba el Sacramento
de la confirmación “en mi vida práctica”, para mí era solamente un Sacramento que tocaba recibir por tradición, porque así tenía
que ser y nada más.
Pero al conocer que por este Sacramento el Espíritu de Dios
se ha derramado en mí, que Jesús a través de mi vida quiere seguir tocando a
los enfermos, a los ciegos, a los tullidos, a los que se creen que no son nada,
a lo que están esclavos y oprimidos por el pecado, o por la ignorancia fue para
mí como un amanecer, despertar y encontrar la luz: Mi vida es para Dios, es
para participar en el Plan salvífico de Cristo y de la Iglesia, que alegría,
que significativo para mi vida el saber a Quien contiene este Sacramento y para
que lo he recibido.
El Catecismo me ayuda a ilustrar mas lo que quiero decir: “El
sacramento de la confirmación nos hace
enraizarnos más profundamente en la filiación divina, incorporarnos más
firmemente a Cristo, hacer mas sólido nuestro vínculo con la Iglesia,
asociarnos más a su misión y ayudarnos a dar testimonio de nuestra fe
acompañada por las obras”. (Cat 1316)
Los apóstoles antes de recibir su confirmación, eran personas muy
inseguras, muy temerosas y ese día de Pentecostés cuando de repente vino del cielo un ruido, como el
de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde
estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron
y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos
del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu
les concedía que se expresaran.
Desde ese día, ellos
empezaron a hacer Iglesia, empezaron a vivir su misión, Jesús les había dicho
que iban a ser sus testigos y les envío
la fuerza para serlo; el Espíritu santo que les llenó, les dio la capacidad de salir y hablar a mas
de cinco mil personas, de confesar que conocían a Jesús, de defender al que
antes habían negado o abandonado a su
suerte.
Ahora anunciaban
su vida, su misión, su muerte y su resurrección, todo el Plan de Dios, sin
importarles los riesgos: que fueran arrestados, apedreados, insultados,
tratados de “borrachos”, mucha gente les
oía hablar en su propio idioma, y decían. “pero estos, son todos de galilea
y ¡Miren como hablan!”
Así también a
nosotros el Espíritu Santo nos va dando fuerza para defender nuestra fe,
dejando atrás la vergüenza, el miedo a
quedar mal, a que nos critiquen- porque ser testigo cuesta- hasta perder amigos
y familia, que te borren de sus listas, que no te tomen en cuenta, que la
familia inclusive se burle de ti. Hasta dirán de nosotros ¿pero esta o
este no era así? y ¡Miren como hablan!
La Confirmación no da la fuerza para vivir una vida
comprometida, y de participación, hemos
sido ungidos y enviado para la misión de anunciar la fe, testimoniar la verdad y
edificar Iglesia y por esta Gracia recibida es que buscamos estar unidos
a la Palabra, es que queremos orar, El Espíritu Santo propicia esta necesidad
en nuestro corazón, porque sabe que
necesitamos una fuerza sobrenatural que
nos restaure diariamente, que nos renueve
espiritualmente y nos fortalezca para luchar contra las cosas del mundo y con lo que llevamos en nuestro interior como seres humanos, porque
el combate es duro nos desgasta, no es
fácil llevar una vida comprometida, así como no lo fue para los Apóstoles que sufrieron
torturas, contradicciones, etc en medio
de su misión, inclusive surgían las diferencias entre ellos, los malos
entendidos, pero todo lo superaban manteniéndose unidos en la oración, el Espíritu
Santo que es el que lleva adelante a la Iglesia les guardaba sus corazones, les
daba luz, les hacia seguir el Camino a pesar de sus muchas diferencias porque
habían sido elegidos para continuarla misión de Jesús hasta las últimas
consecuencias, hasta el extremo como lo hizo El.
La oración diaria es para decirle Si a Jesús y no al pecado y a la tentaciones que
nos quieren hacer aflojar en nuestra misión. La oración nos hace tener el
corazón atento, despierto, la conciencia
afinada para escuchar la voz del Señor, para dejarnos guiar, nos entrena como
buenos soldados de la fe para seguirle fielmente a Jesús a pesar de…
La Confirmación, el compromiso efectivo en nuestras vidas,
siempre será desde el amor, cuando nos enamoremos de la misión, podremos vivirla más comprometidamente,
podremos tener fuerza para serle leales
como nunca lo hemos sido en la vida, más fieles, para no volver atrás, a
desandar el camino, sino siempre mirando adelante, aunque muchas veces
caigamos, El nos levantará, por el Sacramento que hemos recibido se ha
comprometido con nosotros, el nunca nos va
dejar solos para continuar con su ideal de ir a todos los pueblos, a
todas las personas, a todos. Qué bonito Señor, que seguridad nos da el saber que por este Sacramento, Tú habitas en
nosotros para hacernos permanecer contigo, para seguir juntos edificando
nuestra Santa Iglesia.
Mamá María, derrama tu gracia en
nuestros corazones, para poder ser fieles a este compromiso de nuestra
confirmación, ser soldados de Cristo para defenderle y conquistar muchos corazones
para el Reino.
Dios nos bendiga.
Nila
No hay comentarios.:
Publicar un comentario