Jer 20, 10-13. Sal
(17), 2-7. Jn 10, 31-42.
En aquel tiempo, los judíos agarraron
piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: - «Os he hecho ver muchas obras
buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?» Los judíos le
contestaron: - «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia:
porque tú, siendo un hombre, te haces Dios.» Jesús les replicó: - «¿No está
escrito en vuestra ley: "Yo os digo: Sois dioses"? Si la Escritura
llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la
Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que
blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no
me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para
que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.»
Señor duele ver la cerrazón de los judíos cuando te acusan de faltarle a tu Padre: “blasfemas porque siendo hombre te haces
Dios”, pero para nosotros también es
tan es difícil reconocer tus obras, las maravillas que vas haciendo en las
personas, ¿por qué no podemos descubrirte?, ¿es tan difícil entender que siendo
Dios te has hecho hombre para hacernos a nosotros “dioses”, Hijos de Dios? Seriamos tan felices si aceptáramos este Don
tan grande de Dios…
Suplicas mi amado Jesús, “aunque no me crean a mi
crean en el Padre,- cuanto amas al Padre que te olvidas de ti mismo,- miren las
obras, curar a un ciego de nacimiento, resucitar a muertos, perdonar los
pecados, curar a tullidos, leprosos, enfermos, dar de comer a miles de
hambrientos, ser misericordioso con los pecadores, todo es obra de mi Padre que
me ha enviado, yo no actúo por mi cuenta, pero ustedes se niegan a recibirme”.
Que resistencias tenemos a aceptar tu Amor, el amor del Padre, si es tan
sencillo, pero el mal “hace sus obras”, para que no creamos en la obras del
Padre.
“Cuanto más me rechazan mas los amo, cuanto más se
niegan a creer en un Padre misericordioso que envía a su Hijo para salvarlos,
mas deseo dar mi vida por ustedes porque quiero salvarlos, porque necesitan de mi entrega, de mi salvación… aunque por ahora
no lo entiendan, lo entenderán mas tarde”.
¿De donde sacas tu fuerza Jesús para amarlos tanto,
para soportar sus ataques y sus amenazas, cuál es tu secreto?, “En mi
relación con el Padre, en la oración, en permanecer en su Amor así Nosotros somos
uno, el Padre está en mí y yo en el Padre. Vemos más allá de lo que dicen y
hacen los que me atacan. Vemos un corazón sediento de Dios, pero que no saben
reconocerlo porque se quedan con su ley, su manera de pensar, sus criterios del
mundo, “es que tiene que venir el Mesías como nosotros creemos, como nos lo
hemos imaginado”. Las escrituras les hablan de ti Señor, pero es más fácil
acomodar la Palabra a nuestros intereses.
Perdónanos Jesús por las veces que te
apedreamos con nuestras dudas, cuando preferimos creer en las evidencias, en
las cosas externas, decimos que creemos en Dios, pero nos negamos a conocerte,
a escucharte, a hablar contigo en la oración diaria y constante, nos resistimos
a creer que en permanecer unidos a ti como la rama a la Vid está la salvación.
Gracias Jesús por seguir “apostando por
nosotros” a pesar de nuestros ataques por nuestra falta de fe, gracias porque cuando
menos te amamos y permanecemos a ti, te motiva mas a seguir adelante,
continuar hacia “ tu Hora”, hacia tu Pasión.
En este día quiero decirte con todo mi
corazón que: Creo en ti Jesús, creo que Tú eres el Hijo de Dios vivo que tenía que
venir al mundo para hacernos “dioses” devolvernos nuestra identidad de hijos de
Dios, perdida por el pecado, creo por
las obras que has realizado en mi propia vida y en la vida de mis hermanos, y
todo lo que seguirás haciendo para que conozcamos al Padre.
Gracias Madre por llevarnos a Jesús
ayudamos a ser coherente con la Palabra que recibimos cada día. Coherentes en
el Amor y la Misericordia para nuestros hermanos que nos apedrean, porque se
niegan a reconocer la Obra de salvación
del Padre en nuestra pobre vida.
Dios nos bendiga.
Nila
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