Ayer nos llamaba el Señor a identificarnos
con Él siendo santos, y nos decían que parece algo muy difícil de alcanzar, y
es verdad, si queremos llegar a ser santos por nuestras propias fuerzas es algo
imposible de lograr, por eso hoy el Señor nos dice como poder alcanzar ese
ideal que anhela para nuestras vidas.
Dice el Salmo: Dichoso el hombre que le agrada la Ley del señor y la medita de noche y
de día…Es como árbol plantado junto al río que da fruto a
su tiempo y tiene su follaje siempre verde. Todo lo que él hace le resulta. (Sal 1,1-4)
Y el secreto es que nuestra vida se mantenga
unida a Él “como un árbol plantado junto a un
río”, el río viene a ser Él, la
corriente de Agua en donde pongamos todo nuestro ser, o sea que nuestra vida
parta del Amor, puesto que Dios es Amor,
y entonces todo lo que vivamos, absolutamente y totalmente todo tenga sus raíces
puestas en Él, entonces seremos un árbol
bueno que dé frutos buenos.
No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni
tampoco árbol malo que dé frutos buenos. Cada árbol se
conoce por sus frutos. No se recogen higos de los espinos ni se sacan uvas de
las zarzas. Así, el hombre bueno saca cosas buenas
del tesoro que tiene en su corazón, mientras que el malo, de su fondo malo saca
cosas malas. La boca habla de lo que está lleno el corazón. Lc 6,43
La invitación que el Señor nos está haciendo
es a interiorizar su Palabra; para dar frutos de santidad, es necesario dejarle
ser el Centro de nuestra vida, el Tesoro
de nuestro corazón, la Corriente de Agua donde estén puestas nuestras raíces y de
donde bebamos su Vida-Amor.
Entonces podremos amar con su mismo Amor: con un amor que no espera nada a cambio, que no
busca su propio interés, que no es egoísta ni rencoroso, que siempre espera de
los demás algo bueno, aun en tiempo de sequía sea … un árbol que da fruto a su
tiempo y tiene su follaje siempre verde.” Que en todo momento puede
reflejar el Rostro amoroso de Dios, su follaje siempre verde siempre fresco,
siempre amable, sonriente, sereno, en paz.
Nadie puede producir frutos de santidad por
si mismo sin estar unido a Él, y estando unidos a Jesús los frutos que vamos a
dar serán siempre los frutos del Amor.
Jesús desde la Cruz nos invita a dar frutos
de santidad porque estos son los que van a construir nuestra vida y así ayudar
a los demás,… Les voy a decir a quién se parece
el que viene a mí y escucha mis palabras y las practica. Se parece a
un hombre que construyó una casa; cavó profundamente y puso los cimientos sobre
la roca; vino una inundación y la corriente se precipitó sobre la casa, pero no
pudo removerla porque estaba bien construida.
Seguir al Señor de los Milagros, no es
solamente ir en medio de una procesión, es un seguimiento personal entre El y
yo, horas de oración a solas, en la intimidad donde Él sabe lo que me cuesta abrazar la
cruz, y yo se también que vale la pena darlo todo, es cavar hondo a diario en
nuestro interior sacar las piedras, lo que no sirve y poner los cimientos sobre
la Roca, así cuando venga la inundación,
y la corriente se precipite sobre nosotros afloraran los frutos, permanecerán en
pie, porque la casa estará bien construida.
Que María Nuestra Madre nos enseñe a guardar
la Palabra, y a vivirla como ella, para poder dar los frutos de santidad que el
Señor espera de todos nosotros sus hijos a quienes ama y quiere que sean santos
como El es Santo.
Dios nos bendiga.
Nila