sábado, 30 de diciembre de 2017

“LA SAGRADA FAMILIA, UNIDA EN EL AMOR”


¡¡Feliz Domingo de la Sagrada familia, para todos queridos hermanos!!,  hoy vamos a meditar el Evangelio de Lc 2, 22-40. Nos ponemos en presencia del Señor en nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
“Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la Ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presen­tarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la Ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para ha­cer la ofrenda que manda la Ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la Ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
—«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre:
—«Mira, este niño está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así que­dará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. .. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabi­duría; y la gracia de Dios lo acompañaba. Palabra de Dios

 Estos días iba meditando el Evangelio, y contemplando el Hogar de Nazaret donde Jesús creció, donde se vivía el proyecto de Dios, se vivía en Amor, en fidelidad, en ternura, donde se escuchaba la Palabra de Dios, para hacer su voluntad. Donde el Amor de Dios era el centro de todo, la base,  la Roca, de toda su vida, y si tenían que cumplir la Ley yendo hasta Jerusalén lo hacían, si tenían que ir Egipto o a Nazaret, o donde Dios le enviara, ellos los hacían juntos, unidos en un mismo proyecto;  que hermoso es contemplar la Sagrada Familia, ofreciendo a Dios sus pequeñeces quizás, un par de tórtolas o dos pichones que era lo que estaba a su alcance… quizás por eso Jesús un día admiró a la viuda pobre que entregó todo lo que tenía…desde niño aprendió en su familia a valorar el desprendimiento, el desapego material, porque la riqueza que tenían era el Amor, la presencia de Dios en sus corazones.

Y yo  pensaba que bonito hubiera sido tener una familia así, un Hogar donde Jesús hubiese sido el centro de todo, criar a mis hijos, junto a mi esposo  como María y José, y el Señor me hacía ver que El puede hacerlo todavía, porque para Él no hay imposibles, si Jesús se ha hecho hombre es precisamente para entrar a formar parte de nuestra familia, para renovar las familias y toda la faz de la tierra.
 Si ha querido nacer en el seno de una Familia, con sus padres María y José, es porque nos va a enseñar cómo debemos amarnos, y me alegraba mucho de que estoy a tiempo, estamos a tiempo todos de amarnos como ellos se amaban, de dejar que el Señor sea el constructor de nuestra casa, "Si el Señor no construye la casa en vano trabajan los albañiles; si el Señor no protege la ciudad, en vano vigila el centinela." Salmo 127, en vano nos fatigamos trabajando para darles cosas materiales a los hijos, lo que nosotros pensamos que es bueno para ellos, pero no es lo fundamental,  lo que Dios espera.

Qué bueno que  no estamos solos, Dios ha querido que su Hijo creciera y se desarrollara en sabiduría y Gracia dentro de una familia, allí conoció su identidad, de Hijo de Dios, por boca de sus padres conoció su misión, desde niño, y así todos nosotros si conocemos quienes somos desde nuestra niñez, si sabemos que Dios es nuestro Padre, María nuestra madre, toda nuestra vida sería diferente.

Sabemos de sobra  ya como están las familias actualmente, lo sabemos por las noticias, o por lo que experimentamos también o  porque vemos los frutos de las familias que viven sin Dios, la corrupción, la delincuencia, la agresividad por las calles en las parejas, abusos, y todo lo demás, son los frutos amargos, de haber sacado a Dios de la familia, de las casas. Necesitamos con urgencia, acoger a la Sagrada Familia en nuestra casa y en nuestro corazón.
Hermanos, que este domingo meditemos mucho en el sentido de esta celebración, no lo vivamos superficialmente, tengamos esperanza como Simeón, q  ue esperaba la llegada del Hijo de Dios, del Salvador.
Por eso  Cuando María y José llegan con el Niño al Templo, él  sale a su encuentro y cuando  tiene en sus brazos al Niño siente un gran descanso espiritual y una alegria inmensa porque Dios le ha escuchado, le ha permitido ver al Salvador y exclama con fuerza “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz”. Como diciendo, ¡“por fin”  ya vi lo máximo, lo que espere toda mi vida se ha cumplido!

Así nosotros también podremos sentir paz, alivio, consuelo cuando se vayan dando los frutos de amor, d paz en nuestra vida en nuestra familia, porque como Simeón, hemos estado a la espera activa, orante del Salvador.

Yo sentía que necesito salir todos los días a encontrarme con Jesús la Palabra de Dios, y como dice Pablo, permitir que se sienta a sus anchas en mi corazón,  que viva en mi con toda su riqueza, para poder vivir el amor en familia, ser humilde, amable, paciente, con mi familia, con quienes comparto, re-vestirme de amor, darle tiempo a la Palabra de Dios, en familia formarnos para vivir centrados en el amor de Dios, en su proyecto de llegar a muchas familia, que podamos ser luz, expresión del amor de Dios, manifestación de que si es posible amarse aun en las diferencias de caracteres, de personalidades, que podemos amarnos, cuando Dios es el centro de nuestra vida como nos lo enseña la Sagrada Familia.

Queridos hermanos que empecemos el Año pidiendo a Jesús, a José y a María nos guíen, nos protejan, se queden a vivir en nuestro Hogar, nos ayuden a ser luz para muchas familias que necesitan conocer el amor de Dios, empezar de nuevo.

                        ¡¡Feliz año 2018 querida Familia Verbum Dei!!


    


sábado, 16 de diciembre de 2017

“Estén siempre alegres: El Señor está cerca”


Juan (1,6-8.19-28): Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz. 
Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?”. 
Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: “Yo no soy el Mesías”. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?” Él les respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?” Respondió: “No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?”. Juan les contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’, como anunció el profeta Isaías”.
Palabra del Señor

En esta tercera semana de Adviento la Iglesia, quiere despertar en todos nosotros sus hijos e hijas sentimientos de profunda alegría: «¡Estén siempre alegres!”  (1Tes 5,16; Flp 4,4).
Y la causa de esta alegría es la conciencia de que «el Señor está cerca» (Flp 4,5). Sí, la razón de la alegría que debe inundar hoy y cada día nuestros corazones  es la certeza de que “el Señor está cerca”, muchos quisiéramos ya verle, ver que se manifieste el Señor de una vez  sobre todo en los momentos de crisis, de incertidumbre  que estamos viviendo, todos anhelamos estabilidad, paz, sentir alegria, y a veces parece tan difícil.  

Algunos tal vez podríamos decir, yo francamente  no tengo motivos para estar alegre al contrario; como alguien con quien conversaba ayer, “y me decía lo que yo siento más bien es tristeza”.
Y  fue muy bonito poder hablarle de que existe una clase de alegría que muchos no conocemos, y es la alegría espiritual, la alegría cristiana, la alegría interior de sentir al Señor cercano, tan cerca que en Él nos movemos, existimos y en El somos. (Hechos 17,28)

Nuestra alegria no es la alegria del mundo, la alegria que viene de que todo sale bien, de que  resulten las cosas como las esperamos, pero como no siempre sucede así, nos volvemos a sentir mal, tristes, vacios, añorando los momentos alegres, mirando fotos, videos de tiempos mejores.
 La alegria en el Señor es un eterno presente porque nuestra alegría es Él, Jesús  que siempre está cerca de nosotros que nunca se separa de nosotros. “Estén alegres en el Señor” (Filip 4,4), muchas veces encontramos esta invitación que nos dice lo que significa la verdadera alegría.

San Juan bautista descubrió esta clase de  alegria que viene de Dios cuando descubrió su identidad, cuando le preguntaron  los enviados de los Sacerdotes y Levitas ¿tú quien eres?, él dijo primero “Yo no soy el Mesías”… ¿pero entonces porque bautizas?... ¿por qué haces lo que haces?
Esta pregunta también la podríamos trasladar a nuestra vida personal para dar con la verdad de nuestra vida, para poder sentir la alegría que el Señor espera de nosotros en este tiempo de Adviento, en que esperamos su venida,  ¿tú quien eres? ¿Qué dices de ti? a mí también me ayudó mucho orar esta cita, para descubrir que yo era hija de Dios, eso  fue fundamental en mi vida, descubrir mi verdadera identidad, que por la venida de Jesús al mundo, había podido reconciliarme con el Padre, y mucho mas descubrir como Juan que mi venida al mundo, “eran para él, para que se diera a conocer a Israel” vs 31, para darle a conocer a través de mi testimonio de vida

Así  pues como Juan   descubrió que su razón de existir, era anunciar la llegada de Jesús, y eso le hacía   levantarse todos los días e ir al rio Jordán a invitar a la conversión, y bautizar con agua. A mi también me hizo levantarme todos los días para ir al Rio de la Palabra de Dios, a orar, para que el Señor me convierta  y poder salir después a vivir su Palabra y dar testimonio de que Él es la Luz y la Fuente de toda alegria verdadera.

Decirle a muchos hermanos que como yo no conocíamos verdaderamente a Jesús  “en medio de vosotros hay uno que no conocéis”…”lo que ustedes adoran sin conocer, es lo que yo vengo a anunciarles”. Hechos 17,23

En este tiempo de Adviento ojalá que podamos tener un encuentro real con Jesús que le acojamos en nuestro corazón, en esta navidad y pedirle que se quede, que nos enamore, que ese Niño pequeñito nos  conquiste el corazón con su ternura, y por nuestra parte no dejarle ir, orar cada día para que crezca y permanezca dentro de nosotros para siempre para que nuestra alegria sea completa. Jn 15,11
Hoy día muchos discípulos de la comunidad de Lima y Comas, junto  con las misioneras que han organizado la Misión de Navidad, estarán saliendo a anunciar la Buena Nueva de la llegada del Señor por  las calles de Ventanilla, irán como Juan el bautista, a proclamar que el Señor esta cerca y quiere nacer en su corazón, quedarse en “su casa”,

Que nuestra Madre Santísima les acompañe, y  nos enseñe a todos nosotros a experimentar la alegría y  el gozo de tener a Jesús en nuestro corazón, y llevarlo a nuestros hermanos tal como lo hizo Ella proclamando las hazañas del Señor.

Termino con las palabras de Pablo (Tesalonicenses 1 5,16-24). “Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús. No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno. 




 





sábado, 11 de noviembre de 2017

“Ya viene el esposo salgan a su encuentro”


Mateo 25, 1-13 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
“Escuchen, pues, lo que pasará entonces en el Reino de los Cielos. Diez jóvenes salieron con sus lámparas para salir al encuentro del novio. Cinco de ellas eran descuidadas y las otras cinco precavidas.
Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: 
‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!'
Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: 'Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando’. Las previsoras les contestaron: 'No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo'.

Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: 'Señor, señor, ábrenos'. Pero él les respondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco’. Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora".

Queridos hermanos: Al orar el evangelio de hoy día, contemplando la parábola de las diez doncellas, las palabras que se me venían a mente fijándome en las doncellas prudentes eran: Amor, fidelidad, perseverancia…y meditando en estas virtudes, le preguntaba al Señor para poder profundizar en su mensaje :¿ la fidelidad de donde procede?, y me hacia entender que procede de un corazón enamorado-el que ama siempre va a querer ser fiel…muy enamorado de Dios,  que me pone el deseo de serle fiel, pese a todas las cosas, y el único temor que tiene es  de perder a su amado y por eso lo pone todo, se prepara,  va a donde le dicen, hace lo que tiene que hacer, (guiado por las personas que le forman),  para crecer en virtud y en el  amor hacia los demás, lo hace todo para agradar  a su Amado, para permanecer en su Amor para siempre.

Y encontraba en las doncellas precavidas estas virtudes, porque ellas estaban esperando al esposo, para entrar al Banquete de la Boda , este acontecimiento era algo muy importante para ellas, algo que  habían estado esperando con mucha ilusión porque amaban al Novio,  y eso es lo que les había hecho prepararse, en fidelidad, en amor, en esperanza, lo que les había hecho perseverar,  por eso cuando llega el novio, ellas entran con El a la Boda…la parábola no nos habla de la Novia, ¿será quizás para ponerme yo como protagonista, como la novia?

Cuando Jesús nos presenta esta parábola  empieza diciendo, Escuchen lo que sucederá en el Reino de los cielos”…es importante escuchar, cuando oramos escuchamos a Dios, por eso  no podemos quedarnos en el texto, en la historia, algunos corremos la tentación de quedarnos mirando las actitudes de las doncellas admirando a las precavidas, y enjuiciando el comportamiento de las descuidadas.
Jesús nos quiere hacer entrar en el sentido profundo de estas enseñanzas, para que las oremos, cada uno desde su vivencia, desde su relación con el Señor, confrontar mi vida con la Palabra, mirar mi seguimiento, en el carisma que me encuentre,  contemplar a un Dios que me llama a su lado para toda la eternidad, que me espera, que me invita a ser fiel y me da fidelidad si yo soy dócil a la escucha de su Palabra.

¿Como estoy esperando el encuentro con el Novio?, ¿Quien es Dios para mí?, ¿qué significa la Vida eterna, el desposorio final con Él?
¿Correspondo con fidelidad a mi Dios grande, bueno misericordioso con mi vida,  persevero en la oración, consciente de que la Palabra es el Aceite que le pongo a mi vida a diario? En la Palabra esta el Espíritu de Dios que me va llenando, colmando...

El Señor no quiere que nadie se pierda, El quiere que todos se salven (1Tim 2,4), pero  mi preparación es responsabilidad sobretodo mía, Dios me ha dado libertad pero siempre esperará que yo pueda  acoger los medios que pone a mi alcance la Iglesia: los Sacramentos, la formación, la comunidad,  todo me lo está dando El, para garantizarme la Vida eterna, junto a Él.
Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora".

El Novio puede tardarse...No llega cuando yo quiero, pues solo Él sabe el día y la hora...yo me puedo quedar dormida a veces, porque me gana el sopor de las cosas de la vida, pero si estoy preparada cuando escuche “ya viene el esposo, salgan a su encuentro”, mi corazón se despertará  y me hará levantarme rápidamente y disponerme a recibirle e ir con El entrar por  la Puerta que estará abierta siempre para todos los que estén orando y esperando su llegada.

Este día vamos a pedirle al Señor nos regale su Gracia para vivir siempre en Fidelidad y en Amor,  para vivir con  perseverancia,  para no caer en el  descuido, la dejadez, o la pereza como las doncellas que nos presenta la parábola, de dejar las cosas para última hora, ser autosuficientes, esperanzarme en las personas, teniendo en cuenta que en esta vida, nos toca trabajar por nuestra salvación y la de los demás,  prepararnos y ayudarles a los demás en su preparación, esta es nuestra misión.

Te pedimos Madre nos regales de tu humildad, perseverancia y fidelidad, para prepararnos para la llegada del Señor en esta  vida, y en la hora final podamos entrar al Banquete de la  Boda, al desposorio eterno con nuestro Amado.


domingo, 1 de octubre de 2017

Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.".

 En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya voy, Señor, pero no fue.
El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Este le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El segundo". 
Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron. Ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él". 
Palabra del Señor.
Mateo 21 28-32


Vamos a empezar este momento de oración con  el Salmo 25, 4-5 “Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. 

Para poder profundizar en nuestra oración es importante, ponernos en el contexto o hacer una composición de lugar, Jesús había sido interrogado por los sacerdotes y autoridades judías, ¿con que autoridad haces todas estas cosas? Y Jesús les va a dar una respuesta pero desde la parábola de los dos hijos a los que su padre envía a trabajar a la viña.
Y al orar me llamaba la atención varios detalles: Que el padre, se acerca a cada uno de sus hijos, de manera personal, tan  paternal, para decirles  “Hijo, ve hoy a trabajar a la viña”. El primer hijo le dice “no quiero”, con que aspereza, con que frialdad.

Cuántas veces habremos contestado al Señor “no quiero”, “no quiero saber nada de ti”, “no me interesas,  quiero hacer mi vida”  …Cuantos años habrán pasado y cuantas cosas hasta  que un día,  arrepentidos, de habernos equivocado, como el hijo pródigo (Luc 15)  hemos vuelto a Él, a su viña.
El primer hijo es la comparación de los publicanos y prostitutas, de los pecadores, los presos, homosexuales, enfermos del sida, con adicciones, divorciados, madres solteras, es decir, todas las personas que son por lo general marginadas, estas personas, muchas veces, han tenido más sensibilidad para escuchar el llamado del Señor, han tenido un verdadero arrepentimiento y han empezado un camino de conversión y  con un corazón agradecido  ante la misericordia de nuestro Padre Dios, que nunca los ha marginado ni olvidado, y que siempre los ha estado esperando van a trabajar a la viña. Dijimos no quiero, pero arrepentidos hemos vuelto para obedecerle con todo nuestro corazón.

El segundo hijo, dice “Yo voy Señor”, con respeto, aparente sumisión, obediencia, pero no va. Es difícil decir no para algunos, se dice si para complacer, quedar bien, pero es un si falso, sin voluntad de obedecer.

 Señor cuantas veces también te hemos  dicho “si voy”, cuenta conmigo…gracias por tu confianza…pero luego por pereza, por falta de voluntad,  nos desanimamos, nos desviamos, o lo que es peor  no hemos  valorado tú llamado, tu invitación a trabajar contigo en tu viña, no fuimos, preferimos nuestros “asuntos personales” a cumplir tu voluntad ocuparnos de tu viña, de nuestros hermanos.
Jesús les pregunto, ¿qué os parece?¿Cuál de los dos hizo lo que quería el Padre?..Su pregunta a los sacerdotes y autoridades judías, era una manera de hacerles ver su desobediencia, que necesitaban conversión y aquí ellos mismos son los que se juzgan,  cuando responden: El primer hijo, obedeció la voluntad de su padre. Dijo que no, pero fue…

Ellos, estaba actuando como el segundo hijo, que inicialmente habían dicho sí al padre, pero no habían hecho lo que el Padre quería, porque no quisieron aceptar el mensaje de Juan Bautista, que venía como mensajero de Dios, precursor del Mesías.

 Así, por medio de la parábola, Jesús lo cambia todo: aquéllos que eran considerados pecadores, marginados,  (publicanos y prostitutas)  eran en verdad los que habían obedecido a Dios creyeron en el mensaje de Juan el Bautista, hicieron la cola para bautizarse, tenían deseos de cambiar, empezar una vida nueva.   Mientras los que se consideraban obedientes a la ley de Dios, (sacerdotes, autoridades religiosas) eran en verdad los que desobedecían a Dios.

Hoy también el Señor nos pregunta ¿Qué os parece cuál de los dos hijos fue obediente, e hizo la voluntad de su padre de ir a la viña a trabajar?  Fijarnos como estamos respondiendo al Señor, como el primer hijo, como el segundo, como los sacerdotes?¿.con que personaje me identifico?.
¿Que necesito cambiar? Vamos a pedirle al Espíritu Santo, entendimiento, y capacidad de orar con la Palabra de Dios para poder estar ya en el camino del Reino de Dios.

Agradecerle por invitarnos desde que nos levantamos cada día, en su HOY eterno, a trabajar en su viña;  nuestro trabajo será amar, dar amor, sentirnos amados por nuestro Padre Dios

Pedirle también a nuestra Madre María, que nos guie, nos ayude a poder ser hijos obedientes, como Jesús, y que El nos regale un corazón arrepentido, convertido atento, para  volver a escuchar su llamado, y volver a su servicio.




domingo, 16 de abril de 2017

Entró al sepulcro, vio y creyó: Jesús debía resucitar de entre los muertos.

 Hec 10,34a.37-43; Sal 117,1-2.16-17.22-23; Col 3,1-4; Jn 20,1-9

Mis queridos hermanos. ¡¡Feliz Pascua de Resurrección del Señor!! Un abrazo para todos, con toda la alegría y el gozo de mi corazón, gozo que seguramente, coincide con el de cada uno de ustedes!, Hoy es el día que hizo el Señor!” el día que toda la Iglesia ha estado esperando,  ¡¡Cristo nuestro Señor ha resucitado!!

Le daba muchas gracias al Señor porque nuestro corazón, ha ido preparando nuestro corazón en todo este tiempo de Cuaresma, cada día  hemos estado buscando su Palabra, buscando a Jesús, Dios nos ha escuchado, por eso estamos alegres. Para muchos,  ya nada será como antes, cuando Jesús resucita en nuestro corazón, lo cambia todo, su Amor llena nuestra vida, ¡¡todo lo hace Nuevo!! Como le pasó a María Magdalena, por eso el Evangelio la menciona, como la primera, que sale a buscar a Jesús, antes que todos los discípulos, que Pedro que le juró estar siempre con Él, ella estuvo al pie de la cruz junto a María, ella se resiste a perderle y como sea quiere estar junto a su cuerpo sepultado, pero Dios le quiere dar a ella la alegría de ser la primera de encontrarse con que Jesús ha resucitado, ella aun no lo había comprendido.

Nosotros tampoco quizás podremos comprenderlo todo de una vez, pero tenemos a la comunidad que nos ayuda, la resurrección de Jesús nos ha hecho a nosotros estar unidos, caminar juntos, ser Iglesia.
María corre a decirles a los apóstoles lo que ha visto: El sepulcro con la tapa quitada, no ha visto mas, pero ellos se van a  ver por su cuenta, y dan un paso más.. “Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó”  ¡¡También nosotros vemos ahora con los ojos de a fe y creemos con todo el corazón ¡¡Jesús ha resucitado, el Señor ha estado bueno con nosotros, ha vencido a la muerte!!

¡Den gracias al Señor, porque es bueno, 
porque es eterno su amor!
Que lo diga el pueblo de Israel: 
¡es eterno su amor!

La mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas.
No, no moriré: 
viviré para publicar lo que hizo el Señor.

La piedra que desecharon los constructores 
es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor 
y es admirable a nuestros ojos
.
Sal 117,1-2.16-17.22-23

Señor tú has sido  bueno con nosotros, eres muy bueno Señor, tu amor es eterno para con todos tus hijos, no se cansa de perdonarnos, de hacernos nacer de nuevo, de resucitarnos. Tu Mano es sublime. Tu Mano hace proezas,  No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor.

“Ésta es la noche de la que estaba escrito: «Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mí gozo.»  …Esta es la noche   santa que ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos. Pregón de Pascua.
Esta es la noche de la victoria del Amor, la noche de nuestro rescate,..Esta noche en que Jesús resucita, le da sentido a toda nuestra vida y nuestra muerte, nos ha devuelto la Gracia, nos ha hecho volver al Padre, a la casa de Dios, nos ha dado la Vida eterna, Jesús ha vencido a la muerte que nos trajo el pecado. Somos herederos, ya no somos extranjeros, tenemos una Patria, la Patria celestial, Jesús ha roto el muro, nos ha hecho entrar a todos a la Vida de Gracia, Jesús ha resucitado para todos!!
Que este Domingo de resurrección de Señor podamos entrar todos a la Fe de creer que Jesús nos ha salvado…Él es nuestro Salvador….querido hermano, hermana, Si crees veras la Gloria de Dios”,  Juan el discípulo amado, vio y creyó, ¡siéntete muy amado por Jesús a quien El quiere hacerle ver, las señales: los lienzos de muerte que le envolvían , ya no están, el sudario esta aparte, ¡¡Jesús ha resucitado, sublime es su Victoria! El sepulcro esta vacío…No mas ataduras, envolviendo a un cadáver, ¡Jesús está vivo!¡Jesús ha  resucitado, ha vencido a la muerte!  1 Cor 15:55 “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”
El Amor de Jesús por nosotros ha vencido, su Amor nos ha rescatado del pecado, ha muerto para que nosotros vivamos nos ha amado hasta el extremo más que a su propia vida.

Jesús, recuerdo que te venía pidiendo todos los días, que esta Semana santa no sea una más, de cumplir ritos, de vivirlo superficialmente, ¡Gracias Señor porque me has escuchado!, ahora siento que realmente he nacido de nuevo, soy una nueva criatura, Señor me has llenado de vida,  de esperanza, de fe, de amor. Gracias Señor, por cada momento vivido en este Triduo Pascual, por esa noche que pasamos juntos en la vigilia hasta las seis de la mañana, gracias por permitirme acompañarte en todo ese camino de la Cruz, por escucharme, por todo lo que fuimos conversando sobre cada uno de tus hijos, pidiéndote por nuestra comunidad, por nuestra Patria, por nuestro mundo, gracias porque me fuiste enamorando de nuevo, reconquistando el corazón, por encender el fuego misionero en mi, gracias Jesús, por decirme cuanto me amas, por morir por mí, y por resucitar para mí.
Jesús quiero poner en tus manos esta vida nueva que has ganado para mi, ponerla también  en las manos de María, cuídala Madre, en tus manos encontraré la humildad y la fuerza para seguir confiando  en Jesús, para entregarme como tu Madre con mucha fe en las manos del Padre.

Queridos hermanos, Vivamos la Pascua con mucha alegría. ¡Cristo ha resucitado!: celebrémoslo llenos de alegría y de amor. Hoy, Jesucristo ha vencido a la muerte, al pecado, a la tristeza...¡ya no habrá muerte, llanto, luto, lagrimas ni penas! Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha llegado!!
( Ap 21,5)
Jesús  nos ha abierto las puertas de la nueva vida, la auténtica vida, la que el Espíritu Santo va dándonos por pura gracia. ¡Que nadie esté triste! Cristo es nuestra Paz y nuestro Camino para siempre.

“Hermanos. Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria”
Col 3,1-4

¡¡Feliz pascua de Resurrección del Señor!!







sábado, 8 de abril de 2017

Jesús es el Hijo de Dios, te ama y se entrega por ti


Is 50,4-7; Sal 21,8-9.17-24; Filp 2,6-11; Mt 26,14 – 27,66 
Hoy domingo de Ramos, empezamos la Semana Santa, después de haber vivido los cuarenta días de Cuaresma unidos a la Palabra de Dios nuestro corazón se ha ido preparando, nuestra fe ha ido aumentando por la oración y el encuentro con Jesús, para creer Él y  reconocerle  como nuestro Rey, como el Hijo de Dios, que tenía que venir al mundo a enseñarnos ¡Cuánto nos ama nuestro Padre Dios que le ha enviado a redimirnos, a salvarnos y darnos la Vida eterna!

Este domingo es muy especial, este día es una puerta que se abre para entrar a la Semana santa y contemplar, la Pasión del Señor, la pasión por el hombre, por nosotros, es un Amor tan grande que se entrega sabiendo que le va a costar la vida, que le van a hacer sufrir, le van  humillar, azotar, y crucificar. En esta semana Santa  vamos a seguir paso a paso a Jesús y Él  mismo nos dirá con su vida, su sacrificio cuánto vale nuestra vida para Él:   Mi entrega es por ti,  porque te amo

Jesús estas semanas ha curado a un ciego, ha resucitado a un muerto, y realizado muchas curaciones más, pero ahora Él mismo se da por completo ¡para poder vivir dentro de nosotros!! Jesús va a morir y va  a resucitar en cada uno de nosotros, o sea que muere para que tú vivas, para que yo y todos vivamos la Vida de Jesús: la Vida eterna! Es muy grande lo que va  a suceder esta semana, no podemos dejar de estar atentos y en oración, siguiendo a Jesús como decía, paso a paso.

Contemplar la Pasión de Jesús esta semana, es para aprender de Él a amar mas allá de las palabras y los sentimientos, las charlas o prédicas. Es pasar a dar la vida, salir del miedo, de ese instinto de conservación, que nos hace ponernos a la defensiva “..y  que si me pasa algo malo, y si…”…tantos condicionantes que nos limitan, ver a Jesús es verle arrojarse sin miedo al martirio, al dolor, al peor sufrimiento, la peor humillación por ti. Jesús lo único que veía al final,  detrás de la cruz, era tu vida. Tú eres el  motivo de su entrega, la razón de su Pasión

Es muy importante que hagamos experiencia personal de salvación, esto cambia nuestra vida y  la  perspectiva de todo lo que hagamos  o estemos viviendo actualmente o  más adelante nosotros y nuestros hijos y todas las generaciones, experimentar que Jesús se entrega por mí, porque me ama  es algo que lo cambia todo, que le da sentido a todo, que te hace sentirte valioso, importante  y tanto que se sigue entregando hasta hoy en cada Eucaristía,  por eso el Jueves Santo necesitamos estar con Jesús, acogerle cuando nos diga “Este es mi Cuerpo que lo entrego por ti”, responderle, Gracias Jesús yo te recibo con el mismo Amor y te entrego mi cuerpo, me entrego a ti  para amarte y serte fiel, todos los días de mi vida…y así amar a todos mis hermanos como tú me has amado a mi”.

El Viernes santo, acompañarle en su  Camino de Cruz o Vía Crucis, recogiendo esas gotas de sangre y sudor que va derramando por el camino, no dejar que se pierda tanto Amor, dejarme lavar, purificar,  recibir su amor redentor,  morir con Él en la cruz, y resucitar al tercer día con Él. Dejar que me haga pasar de la Muerte a la Vida, y celebrar la Pascua de resurrección,  la Vida nueva que Jesús nos quiere regalar…la Vida eterna.

Quisiera pedirte Jesús nos regale la Gracia de vivir estos días, contigo, acompañándote, no permitas que nos separemos de tu lado, estemos donde estemos, ya sea en un retiro, en la Convivencia, en la Parroquia, de paseo con la familia, de descanso en la casa, atendiendo las labores, el trabajo, etc…que nuestro corazón permanezca unido a Ti, gracias por todo lo que vas a realizar esta semana, gracias por demostrarme con tu propia vida y entrega cuanto me amas, gracias  por venir a  salvarme, por  ser fiel al proyecto del Padre, hasta las últimas consecuencias. Gracias mi Amado Jesús, mi Redentor. 

Nila




domingo, 2 de abril de 2017

Yo mismo los rescataré, pueblo mío, Yo soy la Vida.
Ez 37,12-14; Sal 129; Rom 8,8-11; Jn 11,1-45

Buenos días Trinidad Amada, Papito Dios, Jesús, Espíritu santo, gracias por el regalo de la fe, gracias por el regalo de este nuevo día, gracias por invitarme a orar, a tener un encuentro con ustedes querida Familia del cielo.  Espíritu Santo guíame para poder escuchar la Palabra y entender lo que quiere decirme hoy el Señor. Gracias Señor por todo lo que me vas a dar en esta mañana.

Queridos hermanos, al ir orando las lecturas de este domingo V y último de Cuaresma iba escuchando la Palabra y todo lo que nos dice es tan importante tan trascendental para nuestra vida, porque ya es un anuncio de la resurrección  de nuestro Señor Jesús, de la Fiesta de Pascua  

La Palabra nos habla del pueblo de Israel que  pasa momentos muy difíciles y  piensa que Dios los ha rechazado, que se ha olvidado de ellos, “Nuestros huesos se han secado, nuestras esperanzas han muerto, hemos sido rechazados”: y Dios se apresura en responder, a través del Profeta Ezequiel, les dice 

«Voy a abrir las tumbas de ustedes, oh pueblo mío, haré que se levanten de sus tumbas y los traeré de vuelta a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.» Palabra de Dios.

Y realmente lo que dice el Señor lo hace, por eso es que ahora Jesús a través de la enfermedad y muerte  de su amigo Lázaro, a quien tanta quería, ve la oportunidad de que conozcamos quien era realmente Él: El enviado del Padre para sacarnos de nuestros sepulcros, de la muerte por el pecado, para darnos la Vida eterna.  

Cuando le dicen por encargo de las hermanas de Lázaro «Señor, tu amigo está enfermo.»
Jesús, al oírlo, dijo: «Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
» Jesús ya sabe lo que va a hacer, ya faltaba poco para que empiece su pasión, las autoridades religiosas ya lo tenían como cercado, Jesús entonces necesita darse a conocer como Hombre y como Dios. Que lo que parece imposible El lo puede hacer, el Padre lo puede hacer: resucitar a un muerto, dar Vida eterna.

Cuando está llegando Marta le sale al encuentro para reclamarle si hubieras estado aquí mi hermano no hubiera muerto”. Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Marta le había dicho “Sé que resucitará en la resurrección del último día quizás todos pensamos así pero Jesús quería decir que no es para cuando muramos, Él quiere resucitarnos y sacarnos de nuestras tumbas, ahora…que empecemos a vivir, ya la Vida Nueva, la Vida en abundancia que nos ha traído y que hasta ese momento nadie le ha entendido ni creído. (cfr Jn 10,10)
Luego Jesús se encuentra conMaría la otra hermana de Lázaro, y  viéndola llorar  y que también lloraban los judíos que la acompañaban, se conmovió interiormente, se turbó y dijo: «¿Dónde lo habéis puesto?».  Le responden: «Señor, ven y lo verás». Jesús se echó a llorar. Los judíos entonces decían: «Mirad cómo le quería». Pero algunos de ellos dijeron: «Este, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que éste no muriera?». 

Jesús, llora cuando lloramos nosotros, Jesús eres tan humano tan sensible a nuestro dolor nuestras lágrimas te conmueven, lloras al vernos ciegos, aferrados a la vida humana, carnal, apegados a las cosas efímeras, al pecado, Jesús como te duele nuestra falta de fe.
Jesús quiere resucitarnos, sacarnos de nuestros sepulcros, de eso que nos quita la vida…porque quiere que vivamos de verdad!! , pregunta ¿donde le habéis puesto puesto?..  …Jesús manda quitar la tapa de la tumba… le preguntaba a Jesús ¿qué significa quitar la tapa Señor, que nos quieres decir? Me hacia entender que muchas veces  tapamos nuestras oscuridades, nuestros pecados o nuestras penas o sufrimientos con la piedra de la apariencia del “no pasa nada” “todo está bien” disfrazamos muy  bien nuestras “tumbas”  poniéndole flores por encima, no dejamos que Jesús toque esas zonas, “que son mías solamente” para darnos vida, para resucitarnos,  

Cuando manda quitar la tapa…Le responde Marta, la hermana del muerto: «Señor, ya huele; es el cuarto día». Le dice Jesús: «¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?».  Cuantas personas quizás están o estuvieron desanimadas ante nuestra vida…”¿éste? o ¿ésta?  No, ya no van a cambiar”  Pero Jesús no se detuvo...Jesús hace lo que el Padre le ha mandado siempre… Yo mismo los rescataré, pueblo mío, Yo soy la Vida

Quitaron, pues, la piedra. Entonces Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: «Padre, te doy gracias por haberme escuchado. Ya sabía yo que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho por estos que me rodean, para que crean que tú me has enviado». Dicho esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!». Y salió el muerto, atado de pies y manos con vendas y envuelto el rostro en un sudario. Jesús les dice: «Desatadlo y dejadle andar». Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en Él.

Señor Jesús, te doy gracias porque me sacaste del sepulcro, no te importó, el tiempo que llevaba viviendo como un cadáver, ni el mal olor, que trascendía, por la tristeza, los resentimientos y rencores, que llevaba dentro la amargura, celos, miedos, todo eso que me tenia atada…
Gracias porque te paraste frente a mi tumba, y gritaste muy fuerte para que romper  mi sordera, gracias porque me llamaste por mi nombre, y pude salir de las amarras del pecado, de todo lo que era muerte, con tu Resurrección Tu me diste vida, Vida eterna,  
San Pablo nos invita a reconocer, tomar conciencia de que nosotros ya tenemos la Vida eterna en nosotros, por Jesús: “vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. Rom 8,8-11
Señor  infundiste en mi tu espíritu, ahora sé que vivo en ti, y por ti, ya no me quita la vida el no tener cosas, dinero, títulos, honores, placeres, porque Tú eres la Vida, aunque pase sufrimiento, enfermedad muerte, Tú estas en mi para resucitarme y levantarme  si caigo nuevamente, Tú que eres perdón, misericordia me devuelves la Vida, Gracias Jesús, gracias por creer en mí, por darme Vida eterna, gracias por la comunidad, por las personas que te escucharon, que me desataron, que me ayudaron a caminar en la Vida de fe. Gracias Jesús.
Hermanos, vamos a prepararnos para vivir la Semana Santa, el Santo Triduo Pascual con mucha fe, dejándolo a Jesús actuar en nuestra vida, creyendo que El que ha vencido a la muerte, tiene poder para resucitar todo aquello que pueda estar muerto en nosotros. Madre Santísima llevamos de la mano en estos días de preparación, que experimentemos la alegria de la Salvación que nos trae Jesús nuestro salvador.  


  

domingo, 26 de marzo de 2017

Encontré al Amado de mi alma: El Señor con su Palabra abre nuestrosojos para Ver...

Encontré al Amado de mi alma: El Señor con su Palabra abre nuestrosojos para Ver...: El Señor con su Palabra abre nuestros ojos para Ver 1Sam 16,1b.6-7.10-13a; Sal 23,1-6; Ef 5,8-14; Jn 9,1-41 Queridos hermanos en Cris...
El Señor con su Palabra abre nuestros ojos para Ver
1Sam 16,1b.6-7.10-13a; Sal 23,1-6; Ef 5,8-14; Jn 9,1-41

Queridos hermanos en Cristo, estamos ya en la cuarta semana, de nuestro camino cuaresmal hacia la Pascua de Resurrección y es importante  recordar que cuaresma es un camino de conversión, es tiempo de oración, de vivir escuchando cada día la Palabra de Dios, que nos abre los ojos para ver, para descubrir la Luz, ¡para alegrarnos porque el Señor viene a sacarnos de nuestras tinieblas!

En el Evangelio de hoy, me llamaba mucho la atención, cuando Jesús se acerca a un hombre ciego de nacimiento y sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién ha pecado para que esté ciego: él o sus padres?» 

Porque esa manera de pensar la tenía el pueblo judío por su religión, y muchos de nosotros también ahora seguimos pensado así;  justamente hace unos días ante los desastres naturales tan terribles que están pasando nuestros hermanos, una señora me decía, “Yo creo que Dios está molesto con nosotros por tanta violencia, tanta maldad que  hay en el mundo y nos está castigando”, y quizás pasa que cuando nos  ocurre algo malo, una enfermedad, o  la pérdida de un ser querido  creemos también que estamos pagando la culpa de algún antepasado o nuestra propia culpa por nuestros pecados.

Pero qué bueno que la Palabra nos viene a abrir los ojos hoy día, nos viene a dar luz,  “Jesús respondió: «No es por haber pecado él o sus padres, sino para que unas obras de Dios se hagan en él, y en forma clarísima.”

La obra de Dios se quiere revelar en esas situaciones de crisis, Jesús se hace presente allí, para hacernos saber que no estamos solos, nosotros muchas veces somos los que provocamos las desgracias de muchas maneras, pero Dios envía a su Hijo, a Jesús Palabra de Dios, para que haga su obra, en nuestra vida, le conozcamos y a través de esas situaciones podamos acudir a Él y salvarnos.

Por eso Jesús dice “Mientras es de día tenemos que hacer la obra del que me ha enviado; porque vendrá la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.   Dicho esto, hizo un poco de lodo con tierra y saliva, untó con él los ojos del ciego y  le dijo: «Vete y lávate en la piscina de Siloé (que quiere decir el Enviado).» El ciego fue, se lavó y, cuando volvió, veía claramente.

Lo que dice Jesús lo hace inmediatamente, Él se pone a trabajar en la salvación de este hombre, su ceguera es motivo para que conozca a Jesús, para que naciera de nuevo, para que se convierta y crea en Él porque el símbolo del lodo en los ojos, es para reconocer que somos barro, pero si nos lavamos en la piscina del Enviado, en la Palabra de Dios, vamos a poder ver, y claramente! Jesús viene a abrirnos los ojos de la fe. Con Jesús se produce un nuevo nacimiento y solo los que creen se salvaran. (Jn 3,16)

Pero veía lo que sucede entre la gente, entre los fariseos, que al ver a este hombre curado, se producen muchas controversias, muchas discusiones, se hace todo un conflicto,  los vecinos no creen que se haya curado este hombre de su ceguera, piensan que es otro, y lo llevan a  los fariseos, que lo primero que hacen es ponerse en contra de Jesús porque ha realizado un milagro en día sábado, día del Señor, y estaba prohibido según sus tradiciones religiosas.
Se niegan a creer inclusive que este hombre haya sido ciego, llaman a sus padres y les interrogan.
Lo que más me llama la atención es que se apegan tanto a ley que no les importa que este hombre ya vea, no les alegra, no sienten nada, porque están tan ocupados, en que Jesús haya roto sus normas.
Lo bonito es que este hombre después que ve, y a pesar de su poca fe, sabe defender a Jesús, se da cuenta de la diferencia entre los fariseos cegados por su religión y la actitud de Jesús hacia su vida…los fariseos lo llegan a expulsar del templo y Jesús sale a buscarlo cuando está solo, y le  preguntó: "¿Crees en el Hijo del hombre?". El respondió: "¿Quién es, Señor, para que crea en él?".  Jesús le dijo: "Tú lo has visto: es el que te está hablando". Entonces él exclamó: "Creo, Señor", y se postró ante él. 
Este hombre no solo recibe la vista física, sino que  también puede ver a Jesús, como su Señor y creer en El, como lo confiesa.

Jesús hoy día nos quiere abrir los ojos para convertir nuestro corazón, para  darnos cuenta que muchos también tenemos la ceguera de no ver en el otro un hermano, ver lo que le pasa, lo que siente y mas allá de las apariencias, ver su corazón, sus razones, para poder comprenderlo…a veces tiene que estar muy grave para recién preocuparnos… “Dios no ve las cosas como los hombres : el hombre se fija en las apariencias pero Dios ve el corazón” (1 Sam 16,7) examinemos hoy día como vivimos en relación con las personas de nuestra familia, en nuestra comunidad, con los compañeros de trabajo, o de estudios…   
Jesús viene a poner el valor del hombre por sobre todas las cosas, por sobre el sábado, por sobre las leyes. Jesús quiere iluminar nuestro corazón, hacerlo sensible, al sufrimiento del hermano sea físico moral, para que vivamos desde la Ley del Amor, que la Palabra tenga más peso que las normas, que sea nuestra única Ley, Jesús viene como nuestra luz “Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo”. Para que vivamos nosotros también siendo luz para nuestros hermanos, mientras estemos en este mundo.

En el libro de Efesios, san Pablo nos exhorta a vivir como hijos de la Luz,
“En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz –toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz–, buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien denunciadlas. Por eso dice: «Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz.» Efesios 5,8-14

Recordar de donde nos sacó Dios, en que tinieblas estábamos, como se fijó en nosotros, con que Amor  se dedicó a curarnos, nos hará despertar, abrir bien los ojos para tener la Luz de Cristo como nuestra norma…me acuerdo siempre de lo que nos dijo el Papa Francisco en Quito, en la reunión con los consagrados en el Quinche: “Nunca se olviden de donde los sacó Dios” recordar todo ese proceso con nuestra vida nos ayudará a despertar a ser humildes, mas fraternos,  para salir de nosotros y ver al otro con el mismo amor;  a no pensar más en nosotros, más en las reglas, en los errores de las personas  que en ellos mismos.

Que María nuestra Madre, nos acompañe en la oración, nos ayude a despertar, a reavivar nuestra fe, para poderle decir al Señor: gracias por curarme de mi ceguera, por  sacarme de las tinieblas, y pedirle nos ayude a hacer de nuestra vida  luz para ayudar a nuestros hermanos.

 Preguntas que nos pueden ayudar en nuestra oración personal:

1.¿Hasta qué punto yo pienso también que los sufrimientos de las personas son por pecados personales o generacionales? ¿He caído también en esta forma de pensar que no es el pensar de Dios?
2.En mi cotidiano vivir, para mí que es más importante: ¿las normas, rituales o las personas concretas?

3.¿Acepto los cambios en mi vida de acuerdo a la Luz de la Palabra?, ¿me abro a la fe como este hombre que se deja tocar por Jesús y se convierte y le reconoce como su Señor?

Nila