martes, 12 de abril de 2011

“Te envío a que abras los ojos”

Hechos 26, 18

Me he manifestado a ti para hacerte servidor y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te mostraré más adelante…..les abrirás los ojos para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios: creyendo en mí se les perdonarán los pecados y compartirán la herencia de los santos.»

Cuando el Señor se manifestó a Pablo, no fue para acusarle y castigarle porque perseguía a los cristianos para matarlos, Dios cuando se nos revela es para conocerle cuán grande es en Misericordia, El no se queda mirando lo malo que hemos hecho, más bien nos llama como a Pablo, para sacarnos de las tinieblas para poder verle, para que le reconozcamos como Hijo de Dios, como redentor, como salvador, enviado del Padre, y nos invita a seguirle, a hacernos servidores y testigos de su resurrección, para ir por todo el mundo invitando a la conversión.

Después del encuentro de San Pablo con la Misericordia de Jesús, se vuelve el más grande apóstol, fue por todas partes anunciando la salvación a pesar de lo azotes, de la prisión, porque descubre el valor que tiene cada alma para Jesús, si nosotros también entendiéramos que si Dios se nos ha manifestado, si nos ha hecho sus discípulos es para vivir solo para El, para atraer a muchos a compartir la herencia de los santos, por eso:

“Proclama la Palabra de Dios, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar." (2 Timoteo 4,2)

Cuando el Señor nos llama, es porque nos necesita en aquello que muchas veces miramos como defecto, en nuestra debilidad, en nuestro pecado, para convertirnos e ir a los que son como nosotros, de esta manera podremos llegar más fácilmente a ellos, porque sentimos lo que ellos sienten, hemos estado en la misma cabalgadura de la cual el Seños nos ha hecho bajar, de la soberbia, del amor por las cosas materiales, el afán de perfección, la búsqueda de placeres físicos, etc.

En su Sabiduría Dios escoge lo débil, (1Cor,1)para glorificarse, como con Saulo de Tarso, con Levi, con la samaritana, San Agustín, Santo Tomas, y tantos de quienes quizás nunca se sepan los nombres, pero a quienes el Señor se manifestó para que recuperaran la vista y le abrieran los ojos a l resto (Rom 11,5 )

Cuaresma es un tiempo de alegría, porque vamos conociendo todo lo que Dios hace para que volvamos a Él, semana tras semana en las lecturas lo vemos caminar entre nosotros curando enfermos, perdonando a los pecadores, devolviendo la vista a los ciegos, resucitando. Cuaresma es ver a Jesús manifestarse en nuestra vida para hacernos testigos, servidores de la Palabra.

Pidamos a Nuestra Madre santísima, que esta última semana de Cuaresma, lo pongamos todo para atraer a alguna persona, que le llevemos a la confesión, que le demos la Palabra que es Luz, que le mostremos con nuestro testimonio el Amor tan grande que Dios le tiene reservado.

Dios nos bendiga.

Nila.

«Dios te ama, Dios te quiere. Penetra tu vida de esta verdad y verás cómo frente a esta realidad superior y eterna van cayendo las cosas del mundo, el pasado, la sensibilidad que va y viene… y todo se diluye como la nieve frente al sol»

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