martes, 31 de agosto de 2010

La fuerza para vivir tu Palabra me la da el estar unido a Ti.

Juan 15, 5

Queridos hermanos, me gustaria empezar con unas palabras en Memoria del Padre Juan Luis Lazarte a quien muchos de nosotros conocimos, y amamos:
Estaba pensando que si pudieramos tener su testamento estoy segura que nos diria tomando las Palabras de nuestro Señor Jesús:

"Permanezcan en el Señor, no se separen de El , porque El es la Vid Verdadera....Ámense como yo los he amado..... en El, en su Palabra yo encontré mi fuerza".

El Padre Juan Luis nos amó, nos acompañó, nos enseñó a permanecer en la Palabra con su vida, hasta el último momento, a pesar de su enfermedad, siguió dando la vida por sus amigos, los que estuvieron a su lado veían como su fuerza la iba sacando de la oración, como permanecía unido a la Palabra. Porque su vida siempre estuvo unida a Ella, la Palabra le dio fecundidad, para dar abundantes frutos, los que ahora estan glorificando al Padre.

De hecho, la clave de una vida feliz, que transmite serenidad, paz, seguridad, amor, ternura, comprensión, es permanecer unido a la Vid a la Vida, es quedarse con Jesús, que nos invita ahora nuevamente a permanecer en El para vivir la Palabra y dar frutos:

“Yo soy la Vid y ustedes las ramas. El que permanece en mi y yo en él, ese da mucho fruto, pero sin mi no pueden hacer nada” Jn 15,5

Jesús ya esta experimentando que se acerca el momento de su Pasión, de enfrentarse al poder de las tinieblas, sabe de la debilidad humana, por eso nos dice como a los apóstoles, “tengan confianza en mi, Yo los he elegido, nunca los voy a dejar solos”.

"Ustedes no me eligieron a mi, he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto y ese fruto permanezca. Asi es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre” Jn 15,16

Porque continuar la mision no va ser camino facil, para vivir la Palabra necesitamos estar unidos a El, la Palabra prepara, la Palabra hace dar frutos que permanecen.

El enemigo es fuerte, nosotros no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, (Ef 6,12) son fuerzas que nos estan acechando constantemente (1Pe 5,8) para hacernos caer y perdernos; por mas que tengamos buenos propósitos si no permanecemos unidos a la Palabra nos falta la fuerza para vencer el mal, este se vale de todo para separarnos de Dios, se vale de los amigos, de la gente del trabajo, de los vecinos, de los compañeros de estudios, hasta de nuestra propia familia, para hacernos perder la Gracia, pero sobretodo de nuestras debilidades aquello en lo que siempre caemos, alli nos persigue con mas zaña.

No podemos arriesgar nuestra Vida Eterna y la de los hermanos, necesitamos la fuerza de la Palabra para vivir, para hacer el bien, dando frutos en la vida de nuestros hijos, ayudando al prójimo, para no caer en lo común, de mentir, de relativizar las cosas, de murmurar de los demás, de caer en la frivolidad del mundo, de desear bienes terrenales obsesivamente, etc.
San Pablo le rogaba muchas veces al Señor, que le ayudara, y El le dijo "Te basta mi Gracia, mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad" y entonces se puso tan feliz que dijo “Con mucho gusto me preciaré de mis debilidades, para que me cubra la fuerza de Cristo” (2Cor 12,8),

Reconoció con humildad que el Poder y la fuerza eran de Cristo, que con todo su saber humano, le era imposible vencer las tentaciones solo; Al Señor le encanta cuando le decimos "Señor, yo no puedo, ya no doy mas, las fuerzas se me acabaron, Ayudame", porque le confesamos que sin El no podemos seguir adelante, y le dejamos ser Dios en nuestra vida, ser nuestra fuerza para vivir su voluntad, su Palabra.

“Busquen a Yavé ahora que lo pueden encontrar, llamenlo ahora que está cerca”. (Is 55,6)...no puedes ir por la vida en solitario, no podemos vencer nuestros miedos, superar nuestros fracasos hacer frente a las frustraciones de cada dia sin escuchar la Palabra de Dios, sin asimilarla, sin vivirla unido a El.

"Vuelve a mi, me necesitas en tus negocios, en tus trabajos, en tus estudios, en tu hogar en cada cosa que vivas, en cada paso que das, nada puedes sin mi, porque has nacido para vivir unido a mi, no busques en otro lado lo que ya tienes, estoy tan cerca de ti".

Cuando el Señor nos dice que nada podemos sin El, no se refiere solo a los logros materiales o intelectuales, se refiere a una vida espiritual gozosa, abundante fecunda que transmite fe, esperanza, amor y por las cuales da frutos en cualquier situación.

Cuantas ramas conocemos que por haberse separado de la Vid, se han vuelto estériles, que lejos de dar fruto, viven secas, marchitas que no le encuentran sabor a nada, contagian desánimo, viven frustrados porque los placeres terrenales como son pasajeros, no les han dado Vida, y ofrecen a los demas sus frutos amargos.

Le decia al Señor esta mañana, "Nosotros lo entendemos, sabemos que podemos ir a la Palabra para encontrar la fuerza para vivir, nos separamos a veces pero sabemos donde esta la Raiz.....pero que pasa con las personas que estan muy metidas en el mundo, como hacerles entender que sin ti no pueden vivir, que tu eres la fuerza, la Vida....

....Que tipo de mensajes tenemos que darles?
El Señor como siempre que le hago estas preguntas me remite a la Cruz, "Señor,... tengo que darles el mensaje de la Cruz? Si, me respondia el Señor, ellos creeran cuando les des tu vida, cuando vivas la Palabra, cuando vives la palabra tienes experiencias para dar, testimonios vivos que los van a acercar a mi.

“Vivir la Palabra en momentos de cruz atrae mas, puedes predicar de muchas maneras, pero desde la cruz convence"....."Realmente este hombre era un justo" dijo el capitán de los soldados cuando vio a Jesús dar la vida en la en la Cruz. (Luc 23,47)

"Quédate conmigo, permanece en Mí, Yo soy el amigo que nunca falla, Yo soy la fuerza que necesitas en tu vida, para tu familia, para tu trabajo, para la misión, lo que te hara desapegarte de las cosas terrenales que tanto te cuesta dejar, que te hacen llorar, que te quitan la vida, Yo soy el Amor que da la Vida para que tu vivas, no te separes de mi, !Me has costado tanto! (1Pe 1,19) no vivas solo...cuenta conmigo separada de mi te agotas, te faltan las fuerzas para levantarte, estas destinada a ser rama fecunda que da frutos en abundancia que alimentan a sus hermanos y donde las aves encuentran reposo”.(Mt 13,32)

Vamos a pedirle a Nuestra Madre Santísima nos acompañe a orar nuestra vida en unión con la Palabra :

En que situaciones me separo de la Palabra y porqué? En donde busco mi fuerza para vivir como apóstol, como discípula, como misionera, como laico?.....en las personas, en los libros, o en la Palabra de Dios ?

Queridos hermanos, que el Señor nos bendiga y nos haga permanecer junto a El como comunidad de hermanos, como ramas unidas a la Vid para encontrar la fuerza para vivir dando frutos que glorifiquen al Padre.

Nila.

sábado, 28 de agosto de 2010

Máscara o pavorreal?

Nos encantan las apariencias, la fachada, que los demás hablen bien de nosotros y nos alaben.
Autor: P. Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net

Evangelio: Lucas 14,1. 7-14. Domingo XXII del Tiempo Ordinario.

En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto.

Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.

Dijo también al que le había invitado: Cuando hagas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a los parientes , ni a los vecinos ricos, no sea que ellos, a su vez, te inviten y tengas ya tu recompensa. Cuando hagas una comida llama a los pobres, a los tullidos, a los cojos y a los ciegos, y tendrás la dicha de que no puedan pagarte, porque recibirás la recompensa en la resurreción de los justos.


Reflexión


Sentado en su nueva oficina, un abogado recién graduado esperaba su primer cliente. Al escuchar que la puerta se abría, rápidamente levantó el teléfono para hacer creer que estaba muy ocupado. El visitante pudo escuchar al joven abogado decir:

-“Manuel, volaré a Nueva York para ver si resuelvo el caso del cliente aquel. Parece que esto va a ser algo grande y más difícil de lo que pensábamos. También necesitamos traer al experto americano, Mr. Craig, para que nos dé su opinión sobre este asunto tan importante”. Y, de pronto, interrumpió su presunta conversación con estas palabras:

-“Manuel, perdona, espera un momentito porque alguien acaba de llegar”. Y cortó.
Dirigiéndose entonces al hombre que acababa de entrar, preguntó el abogado: -“Bien, ¿en qué puedo ayudarle?”. Con una gran sonrisa, entre pícara y maliciosa, el hombre contestó: -“Yo sólo he venido a instalar el servicio a su teléfono, señor”.

¡Vaya chasco, amigo! Quiso ser como el pavorreal y se quedó “haciendo el oso”. ¡Qué estúpida es la vanagloria y cuán necio el deseo de impresionar a los demás! Muchas gentes del mundo tratan de “apantallar” a sus semejantes con supuestas obras grandiosas y fingen ser lo que no son; se cubren el rostro con una máscara de catrín y pretenden pasar por gente “importante”. Pero, en realidad, sólo se engañan a sí mismos y terminan haciendo el ridículo, como los comediantes o los actores de una pantomima.

Es esto precisamente lo que Jesús nos pone hoy de manifiesto en el Evangelio. Nuestro Señor era un observador atento y perspicaz de las conductas de los hombres. Pero no sólo miraba las apariencias, sino que penetraba hasta los secretos más recónditos del corazón. Una vez fue invitado a comer en casa de uno de los principales fariseos. Y viendo cómo los invitados perdían los estribos y corrían hacia los primeros puestos, pisoteando no sólo las reglas de cortesía y los buenos modales, sino -más vulgarmente- también los pies ajenos, el Señor no deja pasar la oportunidad para instruir a sus discípulos y amonestar mansamente a los fariseos.

“Cuando te conviden a una boda -les dice Jesús- no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y luego venga el que te convidó a ti y al otro, y te diga: ´Cédele el puesto a éste´. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto”. Nuestro Señor sabía que los fariseos eran amantes de las reverencias y de las caravanas y que cuidaban su propia fama e imagen casi más que su vida misma. Eran hombres de apariencias. “Hipócritas -es decir, máscaras-, sepulcros blanqueados” les llamó en otra ocasión. Y es que Dios aborrece la mentira y el engaño.

Jesús mismo llamó al diablo “padre de la mentira”. Y la vanagloria es ya, en sí misma, una forma de mentira sutil y perniciosa. Es tratar de aparentar lo que no se es y ser alabado por la belleza de la propia máscara que se lleva encima.

Esopo, el gran fabulista griego, cuenta que en una ocasión una zorra -animal sumamente curioso y astuto por naturaleza- entró al taller de un orfebre y comenzó a observar, con gran maravilla, todas las obras de arte de su autor. De pronto, reparó en una máscara de teatro bellamente pintada, y la estuvo examinando cuidadosamente. Y, después de unos minutos, decepcionada, exclamó: “¡Oh, qué cabeza tan hermosa, pero no tiene cerebro!”. Así son muchos hombres de nuestro tiempo que aparentan ser grandes e “importantes” a los ojos de los demás, pero que están vacíos por dentro. Como los fariseos.

Y es que el corazón del ser humano tiene una profunda enfermedad existencial. Nos encantan las apariencias, la fachada, el “pose” -como se dice-: que los demás hablen bien de nosotros, nos alaben y nos consideren grandes señores. También a nosotros nos acecha la eterna tentación, como a los fariseos del tiempo de Jesús, de ser tenidos en cuenta y apreciados por los demás para sentirnos realizados. Nos gusta impresionar para que la gente nos tenga sobre un pedestal. Y muchas veces nos contentamos con eso para creernos dichosos.

En el año 1807 ó 1808, Beethoven y Goethe se encontraron en Karlsbad, e hicieron un paseo en carroza juntos. Toda la gente, al verlos pasar por la calle, se inclinaban haciendo profundas reverencias. -“Es aburrido -dijo entonces Goethe- ser tan famoso. ¡Todos me saludan!”. A lo cual, Beethoven respondió, no sin cierta picardía: -“No les haga caso, Excelencia. ¡A lo mejor me están saludando a mí!”.

La vanagloria es, en efecto, una gloria “vana”, falsa, postiza, caduca. Y, además, tremendamente subjetiva. Por eso es tan engañosa. Es obrar delante de los hombres, buscando el aplauso y el aprecio ajeno, y no a los ojos de Dios. Es rechazar la única gloria verdadera, que procede de Dios, y cambiarla por las plumas de un pavorreal. ¡Al menos Esaú cambió su primogenitura por un plato de lentejas, y le aprovecharon! Pero con la vanagloria, lo perdemos todo. No somos más porque los otros nos alaben, ni somos menos porque nos vituperen. Y, en última instancia, quien nos va a juzgar -y aprobar o condenar- al fin de nuestra vida es Dios y no los hombres.

Por eso, lo único que debe importarnos siempre es el juicio verdadero de Dios y de nuestra conciencia, y no la opinión ajena. ¡Hagamos siempre el bien sólo por Dios y por los demás, sin buscar la alabanza ni temer el vituperio! La gloria de Dios es nuestra mayor gloria

He venido para que tengan vida y Vida en Plenitud


Semana: VIVE LA PALABRA

Yo toda esta semana me vivía con lo que me quedé de la escuela del martes pasado, ¡Señor quiero ser tu complacencia! En todo, ahí, desde donde estoy y con todo lo que soy, tengo y no tengo y me imagino que era porque aún estoy asimilando el no poder hacer mi misión como yo quiero, quisiera ir a evangelizar, formar fraternidades y pienso que así sería complacencia de Dios, pero Jesús hoy me decía: Tú eres mi complacencia si me escuchas y haces Vida mi Voluntad, lo que el Padre quiere y yo le decía eso es una señal de que me aceptas, tal cual estoy y es que Tú pones todo de tu parte y complementas mi pequeñez.

Porque no hay mayor riqueza que la de su Palabra y su Palabra es viva: provoca una nueva vida en quien la escucha, La Palabra es eficaz, pues logra el efecto que Dios quiere, es la que penetra en el hombre hasta donde ni él mismo puede y le convierte en lo que él, por sí mismo, no puede: en otro Cristo. Esto es lo que complace al Padre.

Cuando fui a Trujillo, tenía que hacer muchos trámites y un señor que vive por la casa, es taxista así que contraté sus servicios, y me contó que su madre lo abandonó a los 3 años y una tía lo acogió pero lo maltrataba mucho, y a los 8 años huyó y empezó a dormir en la calle, empezó a drogarse, hasta se metió en una pandilla, que robaba y mataba a la gente por conseguir droga, hasta que un día lo metieron a la cárcel, en esa fecha él ya tenía 19 años y dice que un misionero lo visitaba y le hablaba con la Palabra de Dios, y que una noche fue una noche de gracia, recordaba que el misionero le había repetido muchas veces: Aunque tu padre y tu madre te abandonará yo no te abandonaré porque eres muy importante para mí. Dice que él sintió con tal fuerza la Palabra que sentía que Papá Dios lo abrazaba, y que de él fluía una inmensa alegría, que lloró toda la noche de una felicidad que nunca había conocido y decidió dejar todos sus vicios y hacer una vida nueva, comenzó a portarse bien y a predicar la Palabra, y que por su buen comportamiento le redujeron su pena, y salió dispuesto a rehacer su vida y hasta hoy dice que no deja de orar diariamente y cada vez que lo invitan sale a predicar.

A mí este hecho me conmovió hasta las lágrimas y sólo venía a mi mente ¡Dios mío que grande es tu Amor y misericordia!, porque sólo una persona que ama puede hacerte tanto bien, hasta que logra sacar de nosotros tu imagen y vida.
A eso venimos a la Escuela de la Palabra a llenarnos de su Palabra que es Amor que es VIDA y Vida plena cargada de alegría y felicidad.
Sentía que la invitación que el Señor quiere hacernos esta semana es a que des compliquemos nuestra oración; y a aprender a disfrutar nuestra oración diaria, a que disfrutemos de convivir con Él, para que nos sacie realmente de lo que nosotros profundamente deseamos, añoramos. El deseo profundo de vivir a lo Dios, porque cuánto más oro, descubro el misterio de la Vida de Dios en mi Vida.

Y que para que yo lo entienda, Jesús me decía, en su Palabra en Juan 1,14
El Verbo se hizo carne, puso su morada entre nosotros.

Por eso Dios se hizo palabra de Dios encarnada, para que siendo como nosotros sea más fácil reproducirle. Es como esas bailarinas de ballet que se ejercitan mirando a cómo lo hace su profesor/a y no está satisfecha hasta que la ha reproducido o superado, y el profesor queda complacido. Para eso se ha hecho hombre Jesús no sólo para darnos su Palabra sino que la ha hecho carne, para que viéndole nosotros no tengamos miedo reproducirle y crear ese el lazo de una profunda amistad.
Que conmueve hasta preguntarle ¿Cómo siendo tú el Creador de cielo y tierra, de todo cuanto es y existe, orientas tu ser a ser hombre? ¿Por qué quieres hacerte hombre si eres Dios? ¿Por qué someterte a la pequeñez de la criatura humana, débil, frágil, quebradiza, enfer¬miza, sometida al pecado y hasta a la misma muerte? Aunque mi mente no puede comprenderte, te amo porque te dejas encontrar, despojado de todo de tu gloria divina, y te sometes al proceso humano de engendrarte, nacer, crecer, para de¬cir¬nos a quienes te buscamos, que es posible el en¬cuentro.

¿Qué te mueve, mi Dios, para quererme tanto? ¿Qué es el hombre y qué tengo yo, para merecer tu decisión de hacerte humano como yo?¿Merece tanto mi vida? ¿No es excesivo tu derroche de amor? ¿No es desproporcionada tu búsqueda de mí, con tal de provocar el en¬cuentro?
Y Jesús me contesta, en Juan 14,6
Jesús contestó: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.

Es porque querías ser mi camino en vivo, porque no estaba hecho! Todo era trocha en la que hay tantos caminos y ninguno va a Ti, sino que nos perdemos.
Y querías que como Tú pasáramos por la vida haciendo el bien. Por eso te dejaste forjar por Dios en esa obediencia a las circunstancias... en Belén, ahora Nazaret, ahora Egipto, ahora una mujer que te toca esperando quedar sana (Mt 9,20-22); ahora un leproso que te grita: si quieres puedes curarme (Mc 1,40-45). Ahí haciéndote camino para todos, deshaciendo tu vida libremente... ¡cómo me gustaría a mí hacer lo mismo!.

Por eso la gente al verte te preguntaba:
Entonces le preguntaron: « ¿Qué tenemos que hacer para trabajar en las obras de Dios?» Jesús respondió: «La obra de Dios es ésta: creer en aquel que Dios ha enviado.» Juan 6,26-34

Creer no sólo significa decirlo sino adherirse a las Palabras del que las pronuncia hasta hacerlas Vida. Yo me acuerdo que cuando tenía 8 o diez años me robe una moneda, y me descubrieron, y luego en casa se perdían moneditas y me echaban la culpa mis hermanos y me sentía mal y lloraba y le decía a mi mamá que yo no era; pero mi mamá era muy linda y me decía el ladrón/a caerá no llores ni te preocupes yo te creo y cada vez que decían que yo había robado, mi madre les decía: ¡Ya caerá el verdadero ladrón y eso a mí me daba mucha confianza.

Creer es más que fiarse, es Amar, es empezar un nuevo estilo de vida, y eso nos lleva, defenderla, custodiarla para que nadie me la arrebate, porque es VIDA.
Por eso le decía a Jesús ¿Cómo custodiabas tu fe? Orando en continuo diálogo con el Padre.
Por la fe cambiamos la Vida, aunque nos cueste, como hizo Zaqueo. Lucas 19,1-10
Este pasaje es un ejemplo precioso del dinamismo de la Oración:

1º Paso Prepara.- Habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había allí un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los cobradores del impuesto y muy rico. Quería ver cómo era Jesús, pero no lo conseguía en medio de tanta gente, pues era de baja estatura. Entonces se adelantó corriendo y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por allí.
Cómo se preparó Zaqueo:
Zaqueo, ha preparado su corazón no ese día; sino que anhelaba hace tiempo tener un encuentro con Jesús porque quería conocerlo y lo admiraba, por eso entre la muchedumbre que seguía a Jesús: él se adelanto, corrió y se subió al árbol: y se despojó de su propia dignidad, compostura, seriedad, prestigio, desafía el ridículo con tal de ver a Jesús.. Se libra de todas las trabas sociales. Manda al diablo las buenas formas. A Zaqueo le importan un bledo todos los comentarios hirientes de la multitud. Desafía a las burlas, a las risas, con tal de ver quién era Jesús.
El que quiera ver a Jesús, por eso rompe con los esquemas sociales, se arriesga desafiante ante la multitud y se gasta los ojos en su búsqueda personal.

2º Paso: Escucha la Palabra.- Cuando llegó Jesús al lugar, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa.» Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
Cuando Jesús se dirige a él, Jesús ya lo conocía y le habla desde su realidad, sabe que es de Jericó, que es un publicano, que es rico, Jefe de los cobradores de impuestos, sabe que es de poca estatura, conoce sus deseos más recónditos, sabe que lo busca, a Jesús no le resultaba ninguno indiferente y asume los sufrimientos del Hombre, y se autoinvita, como en tantas otras ocasiones come con los pecadores (Zaqueo) sale para "buscar" y a salvar lo que se había perdido. Jesús "busca" a Zaqueo como el pastor "busca" la oveja, la mujer "busca" la moneda, el hijo busca a su Padre y el padre lo ve cuando aún estaba lejos -Jesús levantó los ojos y dijo a Zaqueo: Hoy tengo que quedarme en tu casa.

3º Paso Asimila la Palabra

Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Entonces todos empezaron a criticar y a decir: «Se ha ido a casa de un rico que es un pecador.»
Jesús llega a la casa, al corazón de Zaqueo, que es el verdadero templo.
¿Qué pensaría Zaqueo que era un hombre rico de lo que Jesús había dicho: que "es más fácil que un camello pase por el agujero de una aguja que un rico vaya al reino de los cielos"? o Zaqueo se quedó más bien que: "lo que es imposible para los hombres es posible para Dios ".. Eso le lleno de esperanza. Porque recordaría que Jesús había venido por los pecadores y él era un pecador público; Jesús había venido por los marginados y los publicanos como los samaritanos eran marginados en Israel, Mateo 19,23-25
Entonces Zaqueo no podía esperar, en consecuencia, que Jesús se hospedara en su casa, ni siquiera se atrevía a mezclarse con los seguidores de Jesús y tenía que contentarse viéndolo pasar, con un poco de suerte, por debajo de la higuera a la que se había subido. Pero Zaqueo, al pensar de esta manera, se equivocaba, ignorando que su condición de marginado y pecador era justamente lo que le hacía a los ojos que Jesús se fijara en él y Zaqueo cayó en la cuenta que Jesús ese día venía por él, que era digno de la salvación.

4º Paso: Vive la Palabra.

Zaqueo, ya en su reflexionar conoce a Jesús y sabe lo que piensa , cómo ama a cada persona, y que les decía mi alegría será colmada cuando ustedes sean uno y tengan el mismo proyecto del Padre, y que esa era la vida que le proponía una Vida y VIDA en plenitud, abundantemente colmada, de la admiración pasa a conformar su voluntad a la voluntad de Jesús, fruto de que lo conocía, le había seguido de lejos y deseaba ser como Él. Y en plena libertad y voluntariamente con un corazón arrepentido y una conversión sincera, hace una oración humilde y sin engaño. y dijo resueltamente a Jesús: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más.»

Y realmente sintió que en su corazón, había llegado la Salvación, Y nuestra salvación es cuando se unen las dos voluntades: la mía con la de Jesús.
Y cuando uno siente la salvación, no saben qué peso se quita de encima; pero comienza a saborear el gozo verdadero que nadie lo da, ni las riquezas.
Aunque llegar a este gozo signifique la humillación, eso es cruz, que es reconocerse pecador delante de todos, que no es la humillación por la humillación de hacerte quedar mal, sino de ayudar a sus hermanos a saber cuál es la verdadera riqueza.


Vivir la Palabra no es sólo encuentro personal sino comunitario, del Yo se pasa al nosotros. Zaqueo pertenece nuevamente a la Comunidad: ¡Ya no haré más daño a mis hermanos!
La comunidad se ve enriquecida cuando la Palabra la hacemos Vida, por que la Comunidad es lo que cada uno es, por que el encuentro con Jesús nos hace más fraternos, forjadores de la unidad, cuando decimos comunidad nos referimos a nuestro hogar, a nuestro centro de trabajo, a la Universidad, a la Comunidad Verbum Dei, a la Iglesia.

En cuanto a la Comunidad, Gloria nos decía en el retiro, que estamos en marcha, y para marchar necesitamos miembros que arriesguen su tiempo, su voluntad, su vida, como Mandela decía, en su discurso de toma de gobierno: No tengamos miedo; nuestro miedo es sabernos poderosos, que somos luz, que somos la sal, que tenemos talentos y no sabemos cómo usarlos, hemos nacido para manifestar la gloria de Dios que hay dentro de nosotros y al manifestarla haremos que otros hagan lo mismo, y al liberarnos de nuestros miedos, automáticamente liberamos a otros.
La Palabra que se vive nos hace misioneros y produce el mismo dinamismo de Dios uno y Trino en nosotros ensancha nuestro corazón en una vida comunitaria, a ser creadores de fraternidad, a que formemos una unidad entre todos.


Jesús, pues, dijo con respecto a él: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»

Nosotros somos como Zaqueo, que a pesar de ser tan pequeños, pecadores, tratamos acercarnos al misterio de Dios, pero también cuando oramos quedamos maravillados cuando vemos a un Jesús tan humano.
Como dice el poeta “Así: tangible, humano, fraterno... Caridad que viniste a mi indigencia, que bien sabes hablar en mi dialecto, amigo, ¡cómo te entiendo!. ¡Dulce locura de misericordia los dos de carne y hueso!.

Y eso nos impulsa a buscar a Jesús en medio de la insatisfacción en que vivimos y en medio de las prisas de nuestra vida, en nuestras calles y ciudades, intuimos que ALGUIEN nos acompaña, nos busca y que podemos llegar a descubrirlo, a pesar de nuestra pequeña estatura y de que la gente en su histérico ir y venir lo dificulte.El encuentro es gracia, cuando se percibe que Dios no se contenta con dar respuesta a nuestras preguntas, sino que en Jesús quiere entrar en nuestra casa, compartir nuestra vida a entrar en nuestra intimidad, participar de nuestra mesa, para comer yo con Él y Él conmigo
Quien abre sus puertas a Jesús cae en la cuenta de que no es él el que da, sino el que recibe. Está ya preparado para la transformación gratuita.


Zaqueo no le dice a Jesús acudiré al templo con más frecuencia, o me acercaré arrepentido a los líderes religiosos, o estudiar a fondo la Ley y sus preceptos. Que son decisiones sanas por supuesto pero Jesús es mucho más profundo que nosotros. Y sabe que compartir lo material es un problema espiritual en el que se reconoce a Dios como Padre de todos los hombres.


¿Qué ha sucedido con Zaqueo? Que durante todo ese tiempo de buscarlo, encontrarlo y tener intimidad con Él ha captado el pensar, sentir y vivir como Jesús.

Y es reconocer que la Vida que nos quiere regalar Dios es en plenitud, hay una Palabra en la Biblia que dice completamente llenados de su plenitud, es Dios que está presente en cada aspecto de mi vida, ni una sola cosa que ocurre en mi vida está fuera de su control. A veces todo se puede volver muy desesperante, se sale de nuestras manos y nos encontramos en un momento vulnerable emocionalmente, débiles e indefensos y no parece haber salida y dentro de la desesperación todos nuestros recursos terminan fallando uno tras otro terminamos sin nada y entonces venimos ante ti para encontrar refugio.

Porque su Gracia es Suficiente. Ya no quiero seguir caminando y buscando, tu gracia me basta. Quiero vivir sólo para ti. Reconozco que a veces trato por mis propias fuerzas de caminar pensando que tengo suficiente fuerza para hacerlo. Que duro es el golpe que viene cuando me encuentro con mi insuficiencia y mi debilidad, cuando me encuentro con tu santidad y tu omnipotencia.
Tu Gracia es Suficiente para mí en las pruebas. No sólo es suficiente en los momentos de alegría o en los momentos de dolor. Tu gracia es suficiente en todo momento. Sin tu mano sosteniendo a este mísero pecador, estaría perdido.


Para terminar Dios nos invita esta noche a Vivir la Palabra de Dios:


¿Cómo? Pero permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes. Un sarmiento no puede producir fruto por sí mismo si no permanece unido a la vid; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí. Juan 15,4

Unida efectivamente a Dios, de gozarse de su presencia, de disfrutar de su mirada y de su amor y por ello nos dejamos transformar el corazón para dar frutos en abundancia y dar Vida en plenitud a nuestros hermanos.
El objetivo es formar predicadores que oren y vivan, formar personas orantes (personas de Dios) que con un fuerte testimonio de vida entren en el mismo dinamismo del apóstol enseñando a vivir y orar a los otros

lunes, 23 de agosto de 2010

Asimilar la Palabra para ir siendo Cristo

Buenos dias queridos hermanos, le doy muchas gracias a Dios por el Don de la vida y gracias tambien por poder nuevamente ser su intrumento para llevar su Palabra.

Uno de los regalos que Dios me ha dado, sin mérito, alguno es el de la Oración, el de poder dialogar con El, y desde ese encuentro ir conociendo ¡Cuanto me ama!, y que lo que desea para mi vida siempre es lo mejor, además en la oracion voy conociendolo cuan grande, cuan misericordioso es con mi vida y con la de todos y voy deseando amarlo cada dia mas.

Siempre habia rezado porque queria ser mejor persona, mejor hija, mejor esposa, mejor madre y hermana, en fin, le pedia a Dios me ayuda a mejorar en mi relación con todos, pero no lograba ver en mi vida los cambios que deseaba, hasta que me empecé a orar con la Palabra, decidí escuchar a Dios, aprender a orar contrastando mi vida con su Palabra, a preguntarle, a decirle lo que yo pensaba, el porque, el como, el para que, etc. Y al pasar largos ratos en su Compañía iba descubriendo que el orar asimilando la Palabra era lo que a mi me habia faltado para cambiar tantas cosas que no me dejaban ser libre y feliz, porque en la asimilacion de la Palabra vamos dando pasos hacia nuestra conversión.

Oramos también para vivir mejor, para estar en armonía con nosotros mismos y con los demás, yo veo que a lo largo de nuestra vida todos experimentamos problemas para vivir Bien, a veces no entendemos lo que nos pasa, (Rom 7,15) ni afuera ni dentro de nosotros mismos, y “aunque ya tengamos el Espiritu como un anticipo de lo que hemos de recibir, gemimos en nuestro interior....” Rom 8,23 Necesitamos respuestas, entender lo que pasa a diario en nuestra vida, las cosas fuertes que nos hacen tambalear, el porque suceden? Cual es su fin?.

San Pablo desde la Carta a los Romanos nos dice:

"Sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman, a quienes El ha escogido y llamado.

Si oramos entonces podemos decir tambien: nosotros sabemos que las cosas que pasamos, estan bajo la mirada de Dios, y desde cada una de ellas, Dios esta disponiendolo todo de manera que salga su Voluntad a relucir, el sentido de todo:La salvación y la Vida eterna.... (esto es algo dificil de entender para los que no son espirituales, porque el ser espiritual es ser persona que ora y vive unida al Espiritu de Dios)

A los que de antemano conoció, también los predestinó a ser como su Hijo, y semejantes a El, a fin de que sea el primogénito en medio de numerosos hermanos." Rom 8, 28-29

Dios a tenido a bien que podamos continuar la mision de su Hijo, por eso necesitamos mucho orar asimilando la Palabra.Cuando asimilamos la Palabra nos va devolviendo nuestra identidad, nos va re-novando, haciendo de nosotros otros cristos, tal como lo habia previsto desde el principio, de alli que la asimilación es básica, porque es el momento de la conversión, de dejar al “hombre viejo morir”, de vender, de renunciar a lo nuestro, para acoger su proyecto.

Nuestra vida empieza a cambiar cuando empezamos a asimilar la Palabra; se nos nota cuando hemos orado bien, porque nuestras rebeldias, malacrianzas, engreimientos, nuestras conductas infantiles o inmaduras, van quedando atrás, no porque desaparezcan, sino porque vamos reconocido que estorban para el Plan de Dios en la vida de nuestros hermanos y en la propia.

Si Dios nos permite pasar pruebas, y en medio de ellas nos mantenemos asimilando su Voluntad, nos vamos configurando por su Gracia, como misioneros, díscipulos, apóstoles, enviados del Señor para la vida de muchos que pasando lo mismo no le encuentran el sentido.

Muchos intentamos hacer la Voluntad de Dios, y nos cuesta, se nos hace una carga, a pesar que decimos que hemos orado, pero eso pasa cuando no nos hemos detenido a orar su Voluntad y asimilarla, cuando no hemos escuchado sus razones, porque no solo se trata de decirle rápidamente "Si Señor" para luego desanimarnos y hacer a un lado nuestras buenas intenciones.

Es en la oración y en este punto de la Asimilacion, cuando Dios va actuando en nosotros por medio de su Espíritu , cambiándonos el corazón de piedra, reanimando los huesos secos, doblegando lo rígido, regando lo seco, enderezando lo torcido, curando lo enfermo, lavando las manchas, domando el espíritu indómito, enderezando lo que está torcido. Que importante es orar asimilando la Palabra, es entrar verdaderamente al taller del alfarero....

Dios nos quiere dialogando, preguntándole como María….”como va a ser eso?, yo tengo esta dificultad”, Nuestra Madre quería colaborar con el Plan de Dios, pero quería saber como se iba a realizar la voluntad de Dios en su vida, Maria estaba asimilando la propuesta de Dios, con humildad, docilidad, con respeto, dejándose convencer, entregando su confianza al Espiritu que iba a actuar en ella.

De igual modo nosotros en la asimilación necesitamos preguntarle a Dios, ponerle nuestros “peros” como Moisés y Jeremías y tantos otros profetas que fueron enviados en medio de numerosos hermanos para llevar el Bien de Dios.

Dice el Papa Juan Pablo II :

Todo hombre es invitado a “convertirse” y “creer” en el amor misericordioso de Dios, por él, el Reino crecerá en medida en que cada hombre aprenda a dirigirse a Dios como a un Padre en la intimidad de la oración (cf.Lc 11,2; Mt 23,9) y se esfuerce en cumplir su voluntad” cf.Mt 7,21” (Redemptoris Missio Cap II, 12)

Es nuestra decisión y nuestra responsabilidad extender el Reino, Dios los esta disponiendo todo para que seamos otros cristos, primogénitos en medio de numerosos hermanos.

Pidamos a nuestra Madre, “Ayúdame a orar, enséñame a escuchar y asimilar la Voluntad de Dios, para ser el primógenito en Cristo para mis hermanos”. Como ella nos ama tanto y quiere que todos lleguen a imitar a su Hijo, no se va a hacer esperar.

Gracias Madre por enseñarnos a orar para dar la vida como lo hizo Jesús.

Dios nos bendiga.

Nila


jueves, 19 de agosto de 2010

RESUMEN DE LA ESCUELA DE LA PALABRA 17/08/10

En esta noche Dios nos convoca a hacer experiencia de su Amor a través de la oración de Vida, Él nos enseña a vivir, a consumir Palabra para darnos VIDA en el diario vivir.

Me hacía ver en 1 Reyes 19,7 El ángel de Yavé se le acercó, lo tocó y le dijo: "Levántate y come, si no el camino será demasiado largo para ti”

No es la primera vez que venimos a comer la Palabra y le preguntaba a Dios ¿Qué es el camino?
"Es el camino personal que vas haciendo conmigo" y comer desde ahí donde estamos, el profeta en esos momentos se encuentra en una situación angustiante, porque es perseguido y lo quieren matar.
A veces nos encontramos así en situaciones angustiantes por la situación económica, otros están angustiados porque les cuesta encontrar la fuerza en la Palabra, otros porque no son cercanos y a veces se vive una realidad lejos del Señor, de la Comunidad.

Hagamos la experiencia de Ezequiel 3,1-3 Me dijo " Hijo de hombre, come lo que te presento, cómelo y luego anda a hablarle a la casa de Israel” Abrí la boca para que me hiciera comer ese rollo, y me dijo: “Hijo de hombre, come ahora y llena tu estómago con este rollo que te doy” Lo comí pues, y en mi boca era dulce como la miel.

Cómete esta Palabra y él se la comió y dijo "es más dulce que la miel", ojalá tuviéramos esa experiencia y gocemos de su Palabra por que la Palabra es gozo, y sin embargo en
Apocalipsis 10,9-10, dice "Me acerqué al ángel y le dije que me diera el librito. Me respondió: «Toma, cómetelo; en tu boca será dulce como la miel, pero te producirá acidez en el estómago.»

Tomé el librito de la mano del ángel y me lo comí; en la boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo se me volvió amargo en el estómago.

Dice cuando comí tu Palabra me resultó amarga ¡Qué contraste! Y eso es verdad porque cuando uno empieza el proceso del encuentro con Dios, todo le parece gracia, le resulta hermoso cómo Dios me habla, el camino me parece fácil, y conforme uno va progresando empiezan las crisis, las dificultades y a uno la Palabra le parece amarga, como medicina amarga pero que esta medicina aún amarga genera salud, cuando la Palabra es amarga es cuando nos llena de vida porque va profundizando en el dinamismo de la Palabra:
1º nos dijeron que la oración es vital, y no es opcional, vital significa que si no oras, no respiramos y se nos va la vida.

2º Aprende a acoger la Palabra, extiende el corazón para que la Palabra se cimiente en ti y tenga asidero.

3º Escucha la Palabra sin ser esos oyentes olvidadizos que se miran en el espejo y luego se olvidan de cómo están.

Ahora se nos invita a asimilar ¿Qué necesitamos para asimilar, comer la Palabra y que nos haga efecto?
Una misionera nos decía, tienen un cuerpo mal agradecido porque comen y no engordan, a veces así es la Palabra comemos, pero no engordamos, no avanzamos en el proceso espiritual, es porque hay impedimentos.
Mi hermana no asimilaba la comida porque estaba mal y eso le trajo una anemia perniciosa, otros no asimilan porque tienen el hígado mal, el páncreas o le cae mal los alimentos y no se nutren.
A nivel espiritual ¿Qué me impide asimilar? Por que cuando uno come Palabra se nota, se ve a la persona nutrida, y si no se nos ve es porque: Nos falta fe, no creemos en Dios, o nos ponemos un blindaje y no nos fiamos de Él, o a veces tenemos una actitud farisea creemos que estamos convertidos a Dios y no es así, o nos acostumbramos a vivir en la mediocridad y la Palabra no echa raíces en nuestro corazón.
Hoy Dios me decía: ¡Si tú quieres Yo puedo romper todos los obstáculos y darte salud de tal manera que asimilas la Palabra.

Lucas 7,7 "Por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente donde ti. Basta que tú digas una palabra y mi sirviente se sanará " y yo le hacía esa súplica tan sólo di una Palabra y tendré fe, di tan sólo una Palabra y quedaré sano.

Asimilar la Palabra es dejar que la Palabra nos toque y nos hable al corazón, es bajar a la casa del alfarero, como barro en sus manos que El tome mi corazón y en él configure su corazón según su proyecto, y uno se queda con el corazón contento lleno de paz, de alegría, siente a la comunidad como hermanos.
Hoy quiero que te dejes configurar y plasmar en ti el Cristo que quiero para ti.

Nosotros hicimos una convivencia con los jóvenes de la UNI, hicimos un dinamismo con la canción, "levantar un mundo nuevo" y ellos pedían repetir la canción y pensando en el contenido de la canción reflexionaban y se ilusionaban y sentía que Dios me decía: Pilar a veces propones poco, proponles ser Cristos y construir el Reino.

No temas pequeño rebaño, porque al Padre le ha parecido bien que vivan el reino y se configuren conmigo y no es tarea fácil: Y a mí me venía a la mente la parábola de la muñequita de sal, qué se preguntaba ¿quién soy? Y se sentía atraída por el mar y un día se atrevió a ir al mar y primero metió su pie y el mar lo deshizo y se horrorizó; pero se seguía sintiendo atraída por el mar y se adentró más y más y se iba disolviendo hasta que se diluyó en el agua. Y le decía al mar: Yo soy tú. Pero llegar a ser como el mar no fue fácil; uno a veces pone el pie y se desmorona, la Palabra quiere en ti configurar a Cristo y quiere que tú seas y te diluyas en la Palabra.

Marcos 10,17-22 Jesús estaba a punto de partir, cuando un hombre corrió a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios.
Ya conoces los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas cosas falsas de tu hermano, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.» El hombre le contestó: «Maestro, todo eso lo he practicado desde muy joven.» Jesús fijó su mirada en él, le tomó cariño y le dijo: «Sólo te falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme.» Al oír esto se desanimó totalmente, pues era un hombre muy rico, y se fue triste.

Este hombre estaba acostumbrado a cumplir la ley, y quizás hasta el vender todo para él era un mandamiento: pero ¡Ven y sígueme! Ya no, por que implicaba dar la vida, significaba que la vida para él era su mayor riqueza, y le regateó la vida porque no había experimentado el Amor de Dios, nos acercamos a Dios para hacer experiencia del amor de Dios para que amase mi vida con la Palabra.

Esto es un proceso que no sólo es tiempo racionalizado como solemos hacer 5 minutos de preparación de la Palabra, 5 ó 10 de escucha; sino es dar toda la vida y nuestra vida con todas sus vivencias.

A Jesús lo vemos a través de toda su vida asimilando la Palabra, en el Evangelio de San Mateo, vemos a Jesús naciendo en Belén, huyendo del Emperador, y en cada hecho histórico va acompañado de la Palabra “para que se cumplieran las Escrituras”
¿Qué era tu Vida Jesús, un proyecto realizado por el Padre? Mi vida en la escucha del Padre, es hacer la Voluntad de Dios, y dice la Biblia cuando termina la narración de su infancia: Jesús iba creciendo en gracia a los ojos de Dios y de los hombres.

Crecer es un proceso, que hace a Jesús entender el proyecto del Padre, día a día, era preguntarse ¿Qué quiere mi Padre? Por eso ora, ora y antes de empezar su vida pública, hace un retiro de 40 días y 40 noches.

Hebreos 10,5-7 Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice: Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, sino que me formaste un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije: «Aquí estoy yo, oh Dios, como en un capítulo del libro está escrito de mí, para hacer tu voluntad».

Ojalá que cuando vayamos a la oración podamos decirle: ¡Aquí estoy para hacer tu voluntad! Una misionera nos decía que vamos a la oración con un pliego de pedidos o reclamos sólo para que Dios firme, debemos ir como una hoja en blanco para que Dios escriba lo que Él desea y nos dé su Vida.

Ponernos en sus manos para que su Palabra surta mayor efecto en mi Vida porque Él es bueno, a veces somos como el joven rico no experimentamos alegría porque no queremos dar la vida.
¿Cuál es tu voluntad en mi vida? A ti te llama a dar la Vida desde la situación donde tú estás: como matrimonios, jóvenes, enamorados, misioneras etc. ¿Cómo puedes ser Cristo?

Mateo 17, 1-5 Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto.
A la vista de ellos su aspecto cambió completamente: su cara brillaba como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz. En seguida vieron a Moisés y Elías hablando con Jesús. Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, levantaré aquí tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Estaba Pedro todavía hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz que salía de la nube dijo: «¡Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido, escúchenlo!»

Jesús experimentó consolación: ¡Este es mi hijo Amado! Porque hace mi voluntad, eso era su gozo, el fundamento de su VIDA, el saberse el gozo del Padre. La voluntad del Padre aún en los peores momentos, es el gozo del trigo que muere para dar Vida a muchos, y Jesús también siente la turbación y aún así no se retracta porque para eso ha venido a hacer su voluntad, aunque a veces suponga dolor, Él va confiado porque tiene la experiencia de saberse amado.

Uno, a veces, cuando no quiere hacer la voluntad del Padre, le decimos habla claro porque no entiendo, porque nos da miedo a veces dar el paso.
Como el caso de la niña de tres años que ha sido baleada y la ha dejado cuadripléjica, aún ahí nos habla Dios, aunque escuchemos otras voces que opinan tan diferente porque cada uno tiene su opinión, Dios no quiere esas situaciones pero entra en juego la libertad del ser humano que nos hace daño a nosotros mismo y a los demás.

Ojalá entienda lo que Dios quiere de mí, yo he vivido mucho tiempo no aceptando mi enfermedad porque vivía con los deseo de ser la mejor alumna, ser la más eficiente, cuando estuve en el colegio, la profesora vio que perdía la vista y que con el tiempo iba a quedar ciega, y me quisieron mandar a un colegio especial, pero gracias a mi mamá no lo hicieron.

Cuando estaba ya de misionera, yo quería ir a África, pero también no pude porque allí hay la enfermedad de la Malaria y las vacunas disminuyen la visión, por lo tanto no fui y me costó mucho asimilar esta limitación, y tuve que ir a mi casa, hasta que en este mes de enero fui a un retiro y fue una conversión muy fuerte cuando meditaba estas palabras de un himno de navidad:
Ver llorar a la alegría, ver tan pobre a la riqueza, ver tan baja a la grandeza y ver que Dios lo quería. Y era entender que la Voluntad de Dios se acepta aún en los reveses de la vida porque Él es más grande que todo, y es Bueno y es abandonarse en sus brazos de Padre.

Lucas 12,6-7 ¿No se venden cinco pajaritos por dos monedas? Pues bien, delante de Dios ninguno de ellos ha sido olvidado. Incluso los cabellos de ustedes están contados. No teman, pues ustedes valen más que un sinnúmero de pajarillos.

Díganme, ¿Quién cuenta los cabellos? Parece un trabajo ocioso, trivial, pero lo que pasa es que tu vida no pasa desapercibida para Dios, porque tú vales mucho más que esos pajarillos. El Padre sostiene mi vida, por eso doy mi vida porque el Padre no me abandona.

Asimilar la Palabra es asimilar la Vida de Dios, Él nos dice come la Palabra porque el camino no es fácil y es largo, que la Palabra se encarne en nosotros y que no nos pase como el joven rico salir de la oración tristes por no gozar de la experiencia de dar la Vida.

Pidamos a María, Ella que guardó la Palabra en su corazón, para comerla, asimilarla y hacer de su Vida una entrega total a Dios porque sabía quien se había confiado.

Pilar

Citas para la semana:
CICLO: FRAGUA DE AMOR TEMA: Asimila la Palabra

Miércoles: Jeremías 18, 1-5 Asimilar la Palabra es dejarnos forjar por Dios.
Jueves: Hebreos 10, 7-8. Es ponernos a acoger su voluntad en nuestra Vida.
Viernes: Juan 5,34 Es encontrar nuestra alegría en hacer su voluntad.
Sábado: Lucas 12,5-6 Supone confianza en su Amor y providencia.
Domingo: Juan 12, 23-24. Es dejarnos sostener en la prueba.
Lunes: Eclesiástico 2,10-18. Es fruto de sabernos en sus manos
Martes: Romanos 8,28-29. Asimilar la Palabra para ir siendo Cristo.
--Publicado por Fraternidad Misionera Verbum Dei para Escuela de la Palabra el 8/18/2010 11:48:00 AM

miércoles, 18 de agosto de 2010

El hombre de la hora undécima

Evangelio según San Mateo 20,1-16.

Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña. Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: '¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?'. Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha contratado'. Entonces les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'. Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros'. Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada'. El propietario respondió a uno de ellos: 'Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?'. Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos".

Leer el comentario del Evangelio por :

San Cirilo de Jerusalén (313-350, obispo de Jerusalén y doctor de la Iglesia
Catequesis bautismal, 13


Uno de los ladrones crucificados con Jesús exclamó: «¡Acuérdate de mi, Señor! Es ahora que me dirijo a ti... No te voy a decir mis obras porque me hacen temblar. Cualquier hombre se siente bien dispuesto hacia su compañero de camino, y aquí me tienes como compañero de camino hacia la muerte. Acuérdate de mi, tu compañero de viaje, no ahora, sino cuando llegues a tu Reino» (Lc 24,42).

¿Cuál es el poder que te ha iluminado, buen ladrón? ¿Quién te ha enseñado a adorar así al que es despreciado y crucificado contigo? ¡Oh luz eterna que iluminas a los que viven en tinieblas (Lc 1,79)! «Ánimo... En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso, puesto que hoy has escuchado mi voz y no se te ha endurecido el corazón (Sl 94,8). Porque Adán desobedeció, pronto fue expulsado del huerto del paraíso... Tú que hoy obedeces a la fe, hoy serás salvado. Para Adán, el árbol fue ocasión de caída; a ti, el árbol te hace entrar en el paraíso...

Oh gracia inmensa e inexpresable: Abraham, el fiel por excelencia, no había todavía entrado cuando entra el ladrón. Pablo se siente lleno de estupor y dice: «¡Allí donde creció el pecado, más desbordante fue la gracia!» (Rm 5,20). Los que habían trabajado todo el día, no habían entrado todavía en el Reino, y a él, el hombre de la hora undécima, se le admite sin hacerle esperar. Que nadie murmure contra el dueño: «No hago ninguna injusticia a nadie. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos?» El ladrón quiere ser justo..., me basta su fe... Yo, el pastor, he encontrado la oveja perdida, y la cargo sobre mis hombros (Lc 15,5) porque ella me ha dicho: «Me he equivocado, pero acuérdate de mi, Señor, cuando llegues a tu Reino».


lunes, 16 de agosto de 2010

Comunica la Palabra que es Vida

Empezaba mi oración esta mañana pidiendole al Señor me ayude a encontrarle, y poder escuchar su Voz, y venían en mi ayuda los Salmos para decirle:

Tu mi Dios yo te busco, sed de Ti tiene mi alma... como la cierva anhela estar junto al arroyo, asi mi alma desea Señor estar contigo...Alfarero, toma mi barro una vez mas y vuelve a empezar de nuevo”.

Somos necesitados de Dios, sin El no podemos Vivir, porque nuestra vida se nos desgasta en todo lo que hacemos; la paciencia, el amor, la tolerancia, la esperanza, la fe, se nos acaban; humanamente nos faltan las fuerzas para perseverar, sentimos, al menos yo, cansancio de nuestra miseria, de no responder a la confianza del Señor, “Necesito Señor tu Palabra que me renueve, que me haga de nuevo conforme a tu Voluntad, necesito que hoy dia, me re-cargues con tu Vida y tu Amor, Señor, dame tu Palabra, que me de Vida, que me haga amarme como soy, y amar a mis hermanos, Señor dame lo que necesito para que abriendo la puerta de mi cuarto, al iniciar mi dia te diga :

“Mi corazón esta dispuesto Señor, mi corazón esta atento, quiero tocar y cantar para ti”...“Te alabaré Señor entre los pueblos, te cantaré en todas las provincias, pues tu amor esta a la altura de los cielos y tu verdad se eleva hasta las nubes. Muéstrate, oh Dios, por encima de los cielos, y que brille tu Gloria en toda la tierra”. Salmo 57, 8-12

Y el Señor se muestra, inmediatamente, gratuitamente, al que lo busca de todo corazón, al que lo desea con toda su alma y su ser y nos dice : Aqui tienen mi Palabra que da Vida”, Si, por boca de Juan nos dice: “Aqui tienen lo que era desde el Principio” Palabra creadora, Palabra que hace la luz en la oscuridad, que separa las Aguas de la tierra;

Nosotros tenemos vital necesidad de la Vida de Dios, porque aqui nosotros solamente tenemos una vida temporal y trabajamos para cuidarla, alimentarla hacerla crecer, pero hay una vida interior tambien en nosotros que necesita alimentarse: El alimento de la vida interior son los Sacramentos, y la oración diaria, el Señor nos alimenta, con su Palabra, cada mañana toca nuestra vida para infundirle su Gracia, su Vida.

Sin vida interior, sin oración no hay fuerzas para la vida temporal, por eso vemos y sentimos, tanta desesperanza, tantas tensiones, stress, cansancio de vivir, porque falta la fuerza que viene de nuestro interior donde habita la Palabra de Dios, donde encontramos la Vida que da vida, que sostiene que fortalece que va más alla de las cosas que nosotros vemos, oimos y tocamos de este mundo

Cuando escuchamos la Palabra Dios nos comunica la Vida, este el medio que Dios ha escogido, El ha querido darse a conocer de esta manera.

“Porque la Vida se dio a conocer hemos visto la Vida Eterna, hablamos de ella y se la anunciamos, aquella que estaba con el Padre y que se nos dio a conocer” 1Jn 1, 1-2

La Vida se da a conocer para que todas nuestras experiencias diarias las miremos desde la Palabra que todo lo traspasa, que todo lo trasciende y en lo que nos toca vivir, veamos a Dios y si no hay este encuentro de escucha de la Palabra no hay fundamento para nuestra existencia, por eso hay tanta crisis existencial, porque nuestro vida se hace un pasatiempo sin alcance de transformacion personal, ni de irradiacion en el mundo, (Mt 5,14).

Por el encuentro con la Palabra uno encuentra que la vida merece ser vivida, cada pena merece ser vivida como don, todo lo que vivimos es Vida para nosotros y para nuestros hermanos, todo tiene un sentido. La Palabra de Dios nos hace gozar la vida, disfrutarla, dar gracias en todo momento, en los amargos y en los dulces, porque nos hace estar en comunión con el amor de Dios, que busca el bien de todos, y con el sacrificio de Jesús diario, nos hace ser ofrenda agradable al Padre en El. Por este encuentro uno entiende la necesidad de Dios de ir al encuentro del otro y decirle ¡Vive!, (Ez 16,6 ) ¡Dios te ama!.

Por ejemplo los padres siempre estamos preocupados por el futuro de nuestros hijos, que no vayan a estar en vicios, que tengan una vida digna ellos y sus hijos... y les damos una carrera para asegurar su futuro...

Y meditando en ello, de parte de Dios yo escucho que si quieres garantizar el futuro de tu hijo dales Palabra de Vida, le podemos dar una profesión, que llegue a ser pianista, ingeniero de sistemas, etc, pero si pasa algo físicamente que le impida ejercer, o si se deprime y ya no quiere hacer nada, ¡se acabó!....lo único que le va a garantizar la Vida, la fuerza para levantarse de los fracasos, de las tensiones y continuar luchando es la Palabra porque en ella esta la Vida, en ella está Dios porque la Palabra es Dios..... En nuestras manos esta la felicidad, la paz de nuestros hijos, hermanos, sobrinos, para que en su vida actual y futura tengan vida en abundancia. Y lo que es mucho mas importante: La salvación en la Vida eterna.

“Nosotros comunicamos lo que hemos visto y oido”.

A mi nadie me podria decir que lo que digo son historias, lo que digo lo he vivido, he recibido Vida de la Palabra, la he tocado cuando me ha tomado de la mano para levantarme, he visto la Vida cambiar mi vida, mis experiencias de vida transformarlas por su Palabra en riqueza para muchas personas, he escuchado su Amor en mis oidos cada mañana, un amor que acaricia pero que tambien corrige, que enseña, que da Vida.

Y como testigo que ha visto, oido y palpado su misericordia, no puedo callarme. Muchas personas pueden querer eliminar los mensajes con la Palabra: ponerlos como Spam, correo no deseado, eliminar u ocultarlos, pero nadie podra impedir que sigamos hablando de lo que hemos visto, oido y tocado, de los que nos ha dado Vida.

Cuando a Pedro y a Juan les ordenan las autoridades judías que de ningun modo enseñen en el Nombre de Jesús y que ni siquiera le nombren, Pedro responde:

“Juzguen ustedes si es correcto delante de Dios que les hagamos caso a ustedes, en vez de obedecer a Dios. Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oido”

Hech 4,13

Por su obediencia y por Gracia de Dios nosotros hemos conocido la Palabra. Callar la Palabra que da Vida, seria como conocer el remedio para el cáncer o el sida, u otra enfermedad incurable y guardarla, no comunicarla, la Palabra es lo que el mundo necesita para vivir en paz, en armonía, para ser mas solidarios, mas hermanos, mas amigos, mas humanos, por eso:

Aqui tienen lo que era desde el principio, lo que hemos oido, lo que hemos visto con nuestros ojos, y palpado con nuestras manos – me refiero a la Palabra que da vida” 1Jn 1, 1-2

Les damos aquello de lo que somos testigos, no somos simples narradores, o como los periodistas que informan de lo que otros experimentan, nosotros somos testigos que hemos vivido la Palabra y con lágrimas, sudor y sangre, les decimos, “Crean en El, oren, escúchenlo. Nosotros lo vemos, lo oimos, lo palpamos, cada dia nos salva, nos da la Vida.”

Dios ya nos esta mirando, ya nos esta escuchando y por eso nos llama a escucharle: “¡Vengan benditos de mi Padre! Acérquense a mi, toquen mi amor hasta el extremo, y vayan donde mis hermanos (Jn 20,17) y denles mi Palabra que es Vida...Yo he venido para que tengan Vida y Vida en abundancia, (Jn 10,10), Si me escuchan no les van faltar las fuerzas y valor para amar y testificar...(He,4,29)

“Vayan y cuenten a Juan lo que ustedes estan viendo y oyendo : los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen, los muertos resucitan y una Buena Nueva llega a los pobres ¡y dichoso aquel para quien yo no sea motivo de escándalo!” Mt 11, 4-6.

“Juan” es ahora, todo aquel que esta esperando la respuesta para su vida. “Ustedes son los testigos de esta generación, a ustedes mis amigos, les encargo mi misión, comuniquen mi Palabra que es Vida, vayan y den testimonio como Pedro como Juan, como mis apóstoles que entregaron su vida por el Evangelio, a quienes nadie los pudo callar, ustedes ahora son mis discípulos amados, los de este tiempo, los de esta parte de la Historia, los necesito fieles testigos de lo que ven, de lo que oyen, de lo que tocan, cuando viven mi Palabra. Siembren, dejen huellas para los que vienen”.

Que toda nuestras intenciones sean bendecidas por nuestra Madre amada, primera Apostol que supo escuchar la Palabra, cumplirla y anunciarla con su vida.

Nila.

“Él les enseñaba como quien tiene autoridad”

Esta mañana al empezar la oración le daba gracias al Señor por salir, como el buen sembrador a depositar en nosotros la buena semilla de la palabra (Mateo 13,3), esta palabra que como dice el libro de Isaías; empapa nuestra tierra, la prepara para dar fruto y no retorna a Dios sin haber hecho lo que era su deseo (Isaías 55,10-11): Le agradecía al Señor, que sea Él quien nos dé, primero, aquello que espera de nosotros: paciencia, servicio, generosidad, perdón, fe, justicia, fidelidad, etc. Es el Señor quien nos regala cada día, por medio de la palabra, el poder vivir como hijos suyos, como discípulos y misioneros de Cristo, sin El, como dice Juan, no somos nada, de El nos viene todo.

Yo esta mañana le decía al Señor: Señor, tu palabra tiene el poder de darnos la vida, de renovar todas las cosas, de dar fecundidad y plenitud a nuestra vida, porque muchas veces, en la práctica, no podemos saborear los frutos de la palabra, el Señor me decía no depende del Sembrador, tampoco de la semilla sino en la tierra y en el como ésta recibe lo que viene de mí.

De ahí que le pedía al Señor: Enséñame a acoger tu gracia, dame un corazón permeable a tu voz, sencillo, creyente, atento, obediente a tu deseo, porque en ello esta la vida, no sólo la nuestra sino también la de aquellos que por pura misericordia, el Señor hace depender de nuestra fe, de nuestra fidelidad y unión a Él, dame Señor, lo que necesito para acogerte.

Nuevamente el Señor, esta mañana nos invita a escuchar, pero no de cualquier manera, sino como aquel que se dispone a poner por obra lo que escucha, porque reconoce la voz y la autoridad de quien le habla, nos llama a escucharle con fe y confiando en su sabiduría y amor.

Hoy se nos propone, para la oración, la cita de Mateo 7, 28-29:

Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza, porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.”

Yo le preguntaba a nuestro Dios esta mañana: Cuando tu terminas de pronunciar tus palabras ¿qué queda en mí?, es más Señor, ¿te dejo terminar de expresarme lo que quieres transmitirme?, reconocía que muchas veces en la oración parto de mí, de mis urgencias y falta la total disponibilidad de quien le dice: habla Señor que tu siervo escucha (1samuel 3,10); aquí estoy Señor para hacer tu voluntad (Hebreos 10,7), vengo ante ti, Señor, como una hoja en blanco, esperando que tu escribas en mí tu deseo.

Le decía al Señor, es verdad que cuanto vivimos, de algún modo ya determina el cómo yo me acerco a ti y que vengo cargado de necesidades y esperanzas; es verdad que vengo también, porque tú me ensanchas el corazón, con las necesidades de mis hermanos, pero ello no tiene porque restarme la apertura del corazón. Le pedía al Señor que me enseñe a postergar mis urgencias e incluso mis intuiciones, para aprender a escuchar sin trabas lo que él quiere decirme cada día.

Volvía a preguntarle entonces, ¿qué queda en mí, después de escuchar tus palabras?, ¿queda solo el asombro, como en la multitud que te oía en aquel sermón en la montaña? El Señor me decía, el asombro queda en la multitud, en el que sigue de lejos, del discípulo se espera que ponga por obra la palabra que me ha escuchado decir, que me crea y viva en consecuencia con la fe que me tiene.

En el trozo del evangelio que se nos invita a dialogar con nuestro Dios hoy se nos manifiesta que el asombro de la multitud radicaba en que Jesús enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas, que conociendo la palabra y enseñándola a los demás, muchas veces lo hacían de manera teórica, careciendo de fuerza; pero sobre todo de autoridad.

Yo reconocía, contemplando a Jesús, en medio de su predicación, que el peso y la autoridad de Jesús no radica en el tono de sus palabras, en la elocuencia de su discurso, en la coherencia de los términos o ejemplos que emplea, la autoridad de sus palabras radica en su propia persona; en el peso de una vida coherente, con el mensaje que expresa.

La autoridad de las palabras de Jesús se fundamenta en la vivencia de su fe en el Padre, ya que Jesús ha creído cada una de las palabras que ha escuchado al Padre y se ha lanzado a vivir conforme a su fe, allí está la fuente de su autoridad. Pero esta mañana me decía a mí Jesús: ¿Tú reconoces mi autoridad, cuando yo te dirijo la palabra? ¿Eres capaz de reconocerme como DIOS Y SEÑOR o me contemplas y escuchas simplemente como un buen modelo a seguir? ¿Quién soy yo para ti?, porque de llo dependerá la atención que tú le pongas a mis palabras.

Esta mañana encontraba la necesidad de pedirle, nuevamente al señor, la gracia de conocerle, de reconocerle como mi Dios, mi redentor, mi camino, verdad y vida; estoy convencida que hacer experiencia de esto último es una gracia, por eso se lo pedía a Él de corazón.

Esta mañana, pidamos a nuestra madre María que nos enseñe a escuchar como corresponde a los discípulos; pero sobre todo que nos contagie de su confianza en la bondad de Dios, que ha sido fiel por generaciones, que es un Dios providente y para el cual nada hay imposible, que en esta mañana María nos ayude a decir: Aquí esta el servidora, el servidor del Señor, que se haga en mí conforme a su palabra.

Que Dios y nuestra madre nos bendigan:

Hna. Pilar