lunes, 9 de agosto de 2010

Acoge la Palabra de Dios

Stgo 1, 16-25

Queridos hermanos, que bueno es encontrarnos cada dia con la Palabra de Dios que nos espera, la Palabra que Dios prepara para nosotros cada mañana, que grande es saber que a Dios le importa nuestra vida, le importa que seamos felices por eso cada dia nos llama a orar, a acoger su Palabra; y por nuestra parte nunca nos cansaremos de animarlosa hacer oración con la Palabra, porque es animarlos a venir a la felicidad, ¡Vengan! Fijen su mirada en la Ley perfecta de la Libertad.

La libertad de hacer la voluntad de Dios, es la libertad Perfecta, por eso el que la cumple, el que no la olvida ese....!ese será feliz!

“el que fija la mirada en la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente olvidadizo sino como cumplidor de ella, ése, practicándola, será feliz» (St 1,18-25).

Fijar la mirada en la Palabra es acogerla con cariño, con la seguridad de que “Son cosas buenas son dones perfectos los que proceden de lo alto y descienden del Padre que es luz”

Existe en este mundo algo de lo cual estemos completamente seguros de su procedencia? Solo de la Palabra de Dios, “no se equivoquen” porque la Palabra es Dios, procede de Dios, por eso al acogerla la persona se transforma, se hace santa, porque recibe dones, cosas buenas que la alimentan, que la dirigen “por el camino del Bueno” (Salmo 23)

«La Palabra de Dios --decía san Ambrosio-- es la sustancia vital de nuestra alma; la alimenta, la apacienta y la gobierna; no hay nada que pueda hacer vivir el alma del hombre fuera de la Palabra de Dios»

Esto una Verdad muy grande, porque si el alma no se alimenta de la Palabra, si le falta esta Sustancia, todo le falta, se enferma, se vuelve triste, oscura, amargada, rencorosa, envidiosa, rebelde, indiferente, infiel, y todo lo demas.

Conozco personas que son muy buenas, pero que lejos de ser luz, son oscuridad. por ejemplo: a veces la familia esta riendose, muy alegre y bromeando, pero de repente llega alguien con el rostro serio, callado, ensimismado, que no participa o al contrario todo lo critica, todo lo ve mal y entonces todos empiezan a callarse, y terminan por despedirse uno a uno....que es lo que ha pasado?

Que cuando una persona tiene el alma oscura, todo lo oscurece, apaga la alegria, lo silencia todo, hace que los demas se cierren....que diferente es cuando una persona tiene en el alma paz, alegria, refleja luz, da confianza, aun el inseguro se siente bien, hasta empieza a crecer.

La Palabra es un Don, es un regalo de Dios, al que la acoge la hace reflejar su luz, el que la acoge sabe de dichas, de consuelos, de esperanzas, de compañía, de momentos intensos de amor y dulzura, de abrazos espirituales, de amistad, de fidelidad.

Uno tiene fuerza entonces para vivir lo que sea, para decir “Estoy dispuesto a todo mi Dios...sea lo que sea, gracias Padre” como decia Charles de Faucald.

“Muy libremente nos dio vida y nos hizo hijos suyos mediante la palabra de la verdad, para que fueramos la flor de su creación”

Pero como llegar a ser la flor de su creacion, lo mas bello, vivir como hijos suyos, siendo sal, siendo luz?

Santiago nos propone el Dinamismo de la Oracion.

Escucha: “Reciban con sencillez la palabra sembrada en ustedes”, Acóganla con sencillez.

Acoger la Palabra no es solamente leerla. Por ejemplo cuando nos encontramos con una persona a quien queremos, no le damos la mano solamente, la abrazamos, la damos un beso, LA ACOGEMOS, acoger es eso, abrazar a Dios, decirle cuanto lo amamos, tomarnos tiempo para estar con El, recibir su Palabra con cariño, con sencillez. La Palabra ya esta dentro de nosotros solo falta poner el detonante, para que aflore, poner el deseo de escuchar, de creerle.

Santiago nos habla tambien de la Asimilacion de la Palabra.Cuando oramos con la Palabra, es como mirarnos en el espejo; El alma que se mira en el espejo de la Palabra aprende a conocer “cómo es”, aprende a conocerse a sí misma, descubre su deformidad respecto a la imagen de Dios y de Cristo.

El espejo esta ante ti, e inmediatamente ves qué lejos estás de Jesús; está delante de ti e inmediatamente te descubres lleno todavía de apegos y de cosas superfluas; te das cuenta de lo impaciente que eres, envidioso, interesado, impaciente, criticon, renegona, perfecionista, inconforme... etc. etc.

En el espejo de la Palabra vemos el rostro de Dios; mejor: vemos el corazón de Dios. Y nos arrepentimos de haber lastimado a alguien, de haber sido infieles a su Palabra, de haber traicionado a Quien tanto nos ama. Que importante es mirarse en el espejo de la Palabra, y no olvidarnos como eramos, como Dios quiere que seamos, como estamos llamados por Dios a ser , en la Palabra sentimos como nos acoge Dios, cuanto nos ama a pesar de nuestras miserias.

Finalmente Santiago nos invita a Vivir la Palabra adecuadamente,

Vivir la Palabra es Acogerla : “Poned por obra lo que dice la Palabra, y no se conformen con oirla, Sin este “poner por obra la Palabra”, todo se queda en ilusión, construcción en arena, la Palabra no es acogida, sino hasta que llegue a concretarse en buenas obras, porque Acogemos a Dios, para acoger a nuestros hermanos.

“Si alguno se cree muy religioso o no controla sus palabras, se engaña a si mismo y su religión no vale”.

Dios no es una religión, Jesús no vino a darnos una religión una ideologia, o teorias, Jesús vino a darnos su Palabra que es Vida, que es Luz, que es Salvación para el que la recibe: la Palabra nos enseña a amar, a dar la vida por los hermanos, a dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, visitar al preso, consolar al que sufre, dar abrigo al que no tiene, a realizar las obras de misericordia, orar unos por otros, animarnos mutuamente en la fe.

Esta es la acogida que Dios quiere de su Palabra; acoger sus enseñanzas es practicarlas esto es lo que mas le importa a Jesus, “Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen” (Lc 8,21).

Terminemos esta meditación haciendo nuestra la oración que san Agustín eleva a Dios, en sus Confesiones, para obtener la comprensión de la Palabra de Dios:

«Sean tus Escrituras mis castas delicias: no me engañe yo en ellas, ni engañe a nadie con ellas... Atiende a mi alma, y óyela, que clama desde lo profundo... Concédeme tiempo para meditar sobre los secretos de tu Ley, y no cierres sus puertas a los que llaman... Mira que tu voz es mi gozo; tu voz es un deleite superior a cualquier otro. Dame lo que amo... No deprecies a esta hierba sedienta... Que al llamar, se me abran las interioridades de tus palabras... Lo pido por nuestro Señor Jesucristo... en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y ciencia de Dios (Col 2,3). A Este busco en tus libros.

Que Dios nuestro Padre y la Virgen Santisima bendigan nuestras intenciones de orar cada dia mas tiempo para acoger la Palabra de Dios con todo nuestro corazon, y con todas nuestras fuerzas.

Nila.

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