martes, 5 de octubre de 2010

Llenen las tinajas de agua...y se transformo en vino


“Sucedió que se termino el vino preparado para la boda y se quedaron sin vino”.
Jesús dijo “Llenen de agua esos recipientes” y los llenaron hasta el borde. Saquen ahora les dijo, y llévenle al mayordomo” y ellos se lo llevaron.
Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamo al novio pues no sabia de donde provenía, a pesar de que lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua.
Y le dijo “Todo el mundo sirve al principio el vino mejor, y cuando ya todos han bebido bastante, les dan el de menos calidad; pero tú has dejado el mejor vino para el final.” Jn 27-10.

Esta mañana en la oración, el Señor me hablaba de fe y de esperanza, ante las situaciones de desastres, de crisis, de carencias, de ausencias; y encontraba también a la Madre, a Maria que se presentaba como la mediadora entre nuestra pobreza, y la Gracia de Dios.

Uno a veces se siente sin fe como los apóstoles que en el Evangelio del Domingo le dicen a Jesús “Señor auméntanos la fe” (Lucas 17,5)
Ellos estaban con Jesús todo el tiempo, de allí que uno se imagina que tienen mucha fe; pero igual nos pasa a nosotros, a pesar de que oramos, de que vamos a misa, de que intentamos estar y seguir a Jesús, nos falta fe para encarar ciertas situaciones.

Y estamos a veces también como esas tinajas de piedra, enormes, con capacidad de 100 litros cada una, pero vacías, y a veces las cosas vacías se llenan de polvo, de pajas, de cosas…
Esas cosas son los miedos cuando sentimos la amenaza de tiempos difíciles, cuando dudamos de nuestra capacidad para realizar el proyecto del Señor entonces nuestra fe se va debilitando, no hay vino…no hay esperanza, no hay alegría, ni entusiasmo, ni ilusión porque nos falta fe.

Esta mañana ponía delante del Señor estas situaciones y le preguntaba: Que tengo que hacer?……y bajo la mirada de Maria que nos había puesto en contacto, (igual que a los sirvientes con el Señor), escuchaba a Jesús decirme: Abre tu corazón, vacía el recipiente de tus cosas, de lo que te esta robando la alegría, la fe…
Ahora, llena tu corazón, hasta donde Señor? Hasta el borde?...llena tu corazón de esperanza, sin miedo, sin medida, solo llénalo….como los servidores que llenaron los recipientes hasta el borde…luego…
"Saquen ahora les dijo, y llévenle al mayordomo” y ellos se lo llevaron.

En que momento se convirtió el agua en vino?....Hubo un proceso en el camino de obediencia a la Palabra?
Los criados miraron el agua…..el mayordomo probo el mejor vino de su vida....llenaron de agua las tinajas....y el agua se transformo en vino

La oración es un tiempo de abrir el corazón, con sinceridad, con humildad, con esperanza, presentándole al Señor lo que tenemos para que El obre maravillas en el.
A mí me da mucha seguridad el saber que nuestra vida esta bajo la mirada atenta de Maria, mirada de Madre que no pierde detalle de lo que vive el hijo, para acompañarlo, para devolverle el Vino de la salvación: la Fe, la Esperanza, el Amor, para pedirle a Jesús lo que el necesita.

Al terminar mi oración Maria me aconsejaba, “Llena tu corazón, tu vasija, del deseo de decirle si, de tus ganas de servirle, de tu querer amarle con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y….Espera”….la Esperanza es que todo ello, El lo convertirá en el Mejor vino para servirle a nuestros hermanos, “disfruta el proceso, de dejarte hacer, de ir a darlo, en el camino El va repitiendo el Milagro de Cana”.

Que dulce es escucharle a la Madre, recordarme que El nunca nos ha fallado, “Espera en el Señor, Animo, Arriba, confía en el Señor”. (Salmo 27)
Gracias Madre por enseñarnos a orar con la Palabra, para llenar nuestro corazón del mejor Vino.

Dios nos bendiga.

Nila.

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