“No todo el que me diga: ’Señor, Señor', entrará en el Reino de los
Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos. «Así
pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como
el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los
torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella
no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.”
Gracias Señor por el regalo de la
oración, por el regalo de la fe, porque cuando vengo a orar seque estoy ante
Ti, ante una persona que me conoce, que me ama, que me espera porque me ha
llamado; Me invitas a estar contigo, me buscas, Tú tomas
siempre la iniciativa para encontrarte conmigo, que bonito saber que estoy ante
Quien me conoce, que sabe mi historia,
que no soy una extraña para ti.
La confianza más grande que
siento al entrar en oración, es saber que me amas, por sobre todo lo que vaya a
decirte esperas lo mejor de mí, eso me da una confianza infinita saber que me
llamas a orar para hacerme vivir más como Tú, hacer el bien, tener una vida auténtica
conforme a la Voluntad del Padre, para
Gloria tuya y para ayudar a mis hermanos siendo testigo del poder de tu Palabra
para convertir, para dar fuerza, para mantenernos firmes en los más duros
combates y avatares de la vida.
Hoy día nos invitas a vivir con más
profundidad y autenticidad, ser discípulos
coherentes, no basta decir ¡Señor! Señor!
predicar tu palabra, hace milagros, o expulsar demonios, no nos basta a
nosotros tampoco dedicarnos a hablar de ti solamente, ni te basta a ti Señor
porque nos has hecho para vivir más, no quedarnos en la superficie, eso no da
la alegría, no nos llena ni da la
plenitud, hemos venido al mundo para dar a conocer el Amor del Padre, mostrar en nuestra vida, que nunca abandona a
sus hijos, que nos sostiene, que nunca nos deja, que en los peores momentos de nuestra vida se
hace nuestra Fuerza, la Roca,
que nos sostiene.
Jesús hoy Tú nos quieres enseñar que para
entrar al Reino, hay que construir
nuestra vida en actos de Amor, no solo
de ofrecimientos, promesas, y palabras que se dicen de boca pero no de
corazón y no se cumplen por olvido, por
falta de interés por miedo a comprometerse. Gracias Señor porque no nos quieres
viviendo en la puerta, a medias, por eso vienes nuevamente en este Adviento para enseñarnos a entrar, a dar
el paso.
¿Que se necesita Señor para entrar
el Reino de los cielos?
Hacer lo que predicas, poner por
hecho lo que te ha dicho la Palabra, poner por obra la voluntad
de mi Padre del cielo, El Padre quiere darles cosas buenas, el Padre quiere
darles una vida consistente, que se sostengan en su Amor, que vivan amándose
unos a otros, no solo de palabra sino en hechos, que den la vida, sacrificarse
por el hermano, no tener miedo a quedar mal, o que resulte mal, confiar en El.
Esta semana me tocaba vivir esta
Palabra, no solamente decir lo que hay que hacer, porque predicando en la cárcel, les hablaba
del amor de Dios de ser coherentes ayudarnos unos a otros, y cuando ya ha salido un hermanito libre, me
llamaba para conversar, para ayudarle a buscar trabajo, para reunirnos, y había una parte humana que
siempre se opone al espíritu que me decía “ cuidado” “mantente lejos”, pero era
más fuerte la Voz del Señor que me decía sé autentica, es hora de poner por
obra la Palabra, no es solo hablar, prometer, hay que arriesgar y comprometerse
y así con la confianza en que es la Voluntad del Padre dar la vida, puedo
decirle si al Señor invitando al hermano
a venir a mi casa y ver la manera de ayudarle siendo manifestación verdadera
del amor de Dios.
“Aquel día muchos dirán Señor yo
hable de ti en tu nombre”…”pero yo les diré
claramente nunca les conocí”, porque no estuvieron conmigo, solo hablaron de
mi pero no tuvieron tiempo de hablar conmigo, de conocerme, me dejaron
esperando, no había tiempo para orar, estaban tan ocupados en construir su casa sobre cosas
de la tierra sobre arena, correr al trabajo, a los estudios, a los quehaceres
de la casa, porque era “más importante, mas necesario, más urgente” y por eso
cuando vinieron las catástrofes, enfermedades, crisis económicas o laborales, los desacuerdos entre ustedes,
todo fue un gran desastre, entraron en depresión, en la desesperación no
supieron cómo afrontarlo, porque no tuvieron tiempo de conocer el poder de mi
Palabra para sostenerles.
En cambio los que me escuchan y
confían en la voluntad de mi Padre, aunque se arroje contra su casa el viento
la lluvia, se desborde el rio, no se van a derrumbar porque han ido
construyendo su vida, sobre la Roca de mi Palabra, día a día han estado conmigo
y han aprendido como vivir en medio de las vicisitudes propias de la vida.
Yo hoy les invito a vivir conmigo
a conocerme, a hacerme parte de su Vida, me hago “material de construcción, tu
base, tu Fundamento” para que construyas tu Casa para que vivas una vida
autentica para felicidad de tu Hogar, de tu familia, que donde vayas seas también
con tu testimonio de vida sostén para muchas personas que acudirán a ti en
tiempos de desastres, no solo les darás palabras sino testimonio de lo que mi
Palabra ha hecho por ti.
Gracias Señor porque viene a
darnos el Reino, y ya nos quieres entrando en El, gracias por este tiempo de
preparación con tu Palabra por querer para nosotros una vida auténtica
establecida sobre la Roca de tu Palabra. Gracias Madre porque tu cimentaste tu
vida sobre la Palabra, y ahora eres la Reina del Cielo. Madre de Dios y madre
nuestra ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios nos bendiga.
Nila
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