viernes, 13 de diciembre de 2013

Orar unos por otros para que la salvación sea cierta en Cristo.


Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Miren cómo el sembrador cosecha los preciosos productos de la tierra, que ha aguardado desde las primeras lluvias hasta las tardías. Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca.
Hermanos: no se peleen unos con otros, y así no serán juzgados; miren que el juez está a la puerta.  Consideren, hermanos, lo que han sufrido los profetas que hablaron en nombre del Señor y tómenlos como modelo de paciencia”. Stgo 5, 7-10

Señor te doy gracias por este tiempo de Adviento, por el regalo de poder orar el Misterio de nuestra salvación, gracias por tu Palabra de cada día, que nos ilumina que aviva nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor por Tí, gracias porque es tiempo de reconocer las maravillas que vas haciendo en nuestras vidas, porque tu amor para nosotros es eterno es paciente, como el sembrador que cosecha los preciosos productos de la tierra que ha aguardado desde las primeras lluvias, así nos has aguardado, nos has buscado, hasta dar con nosotros, has dejado las 99 ovejas, hasta encontrarnos,  no te has desanimado con nuestra vida, no te has impacientado cuando no te abríamos la puerta, no nos has violentado, ni obligado para estar contigo.

Al contrario a pesar de nuestras rebeldías, has esperado con paciencia hasta las lluvias tardías para cosechar los preciosos frutos de conversión que tu Palabra ha ido sembrando en nuestros corazones.

El Señor sabe que dentro de nosotros hay capacidades que están dormidas porque nadie las ha despertado, sabe de qué material estamos hechos, sabe que somos la greda que el Padre ha formado, que dentro de nosotros hay muchas posibilidades para vivir una vida grande que dé preciosos productos.

Sabe que  su Palabra potencia el  Amor que nos constituye, que es el detonante para que nuestra vida empiece a transformarse, por eso espera… No levanten ni despierten a mi amor hasta que quiera” Cantares 2,7

Por eso ahora entiendo Señor  desde tu Palabra que también debemos ser pacientes con nuestros hermanos orar por ellos para que su salvación sea cierta en Ti, como cierta es mi salvación en Ti Jesús mío.

“No se peleen unos con otros” más bien oren unos por otros, en vez de juzgar, perdónense, tengan paciencia, “así como los profetas que hablaron en nombre del Señor tómenlos como modelo de paciencia”, al  profeta  Ezequiel el Señor  le dijo Hijo de hombre, recibe en tu corazón, escucha con tus oídos todas las palabras que te voy a decir; 11 luego, anda, vuélvete donde los desterrados, donde la gente de tu pueblo. Les hablarás y les dirás: ¡Así habla Yavé...! te escuchen o no.» Ez 3,11

Así nosotros debemos ser sus profetas en  este tiempo y punto de nuestra historia, recibir en nuestro corazón, y escuchar con  nuestros oídos todo lo que el Señor nos dice en la oración, y  luego ir  a decir a las personas que se conviertan nos escuchen o no nos escuchen, y ser pacientes con su proceso, tener con ellos la misma paciencia que el Señor tuvo para con nosotros, y quedarnos orando para que la salvación sea ya  cierta en ellos dejando a Jesús nacer en sus corazones  mientras  nosotros vamos  confirmándonos cada día más en la fe y el testimonio de vida.
El Señor cerca está de nosotros, Él nos dará su fuerza, Él nos va a guiar, Él nos va a dar la Salvación. a nosotros lo que se nos pide es fidelidad a su llamado en medio de todo lo que estemos pasando, la enfermedad, el abandono, la separación, la mala noticia, el desamor de algunas personas, la enfermedad terminal, la falta de trabajo, de todo, nada nos puede hacer perder la fe en que Jesús esta cerca de nosotros, que su salvación está al alcance de nosotros, lo podemos tocar cuando queremos, cuantas veces lo necesitemos para que nos haga ver lo que es verdaderamente importante y esencial en la vida, lo que no nos será quitado.

Que este Adviento lo vivamos con responsabilidad, como discípulos consagrados entregados para que muchos conozcan el verdadero sentido de la Navidad, de la llegada del Hijo de Dios, nuestro Salvador al mundo y a cada uno de nosotros.

Pidamos a nuestra Madre María nos enseñe a esperar siempre con fe la llegada del Señor a nuestra vida,  a nuestras crisis, y debilidades para sentir su Salvación siempre tan cerca y tan cierta en nuestras realidades.

Dios nos bendiga.


Nila

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