Viernes
de Octava de Pascua. Evangelio según San Juan 21,1-14
Jesús
en esta semana de octava de Pascua se sigue apareciendo a sus discípulos, para
hacerles Testigos de su resurrección, al igual que se nos aparece en la Palabra
cada día a nosotros, para hacernos también sus testigos.
En el
Evangelio de hoy día, nos habla de los apóstoles, ellos estaban solos, en la
playa, frente al mar, Jesús, físicamente ya no estaba, y ellos sienten un vacío muy fuerte en su alma por la ausencia de su Maestro de su Amigo, y ellos
ahora están tratando de llenar ese vacío
con lo que habían estado haciendo antes de conocerlo, eran pescadores, y van a
pescar, y esa noche no pescaron nada….cuando sentimos el vacío en nuestro corazón,
vacío de la presencia de alguien que amamos, o vacío de algo a lo que estamos
habituados, duele, el vacío duele mucho!, parece que no hay nada que pueda
sacarnos de esa angustia, y por eso
vivimos tristes, apagados, incapaces de ayudar a otros, porque no nos sale
nada, una palabra que ayude, que consuele porque estamos con la vida vacía, las
redes vacías.
Así
encontramos en este pasaje a los apóstoles sin Jesús, al inicio de esta nueva
etapa de sus vidas.
“Cuando amaneció Jesús estaba parado en la orilla, pero los discípulos no sabían que era
él. Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo que comer?» Le contestaron:
«Nada.» Entonces Jesús les dijo: “Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.”.” La echaron y
ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo amado de
Jesús le dice a Pedro: «Es el Señor»,
Encontraba muy apropiado y oportuno este
pasaje para lo que hoy estamos viviendo, así es Jesús, siempre aparece cuando más
lo necesitamos, ya tenemos más de un mes en cuarentena, y nos viene la añoranza
de muchas cosas, el vacío, especialmente de la familia más cercana que no
podemos ver, los hijos, nietos, padres, abuelos, amigos que solíamos ver las
veces que queríamos, o quizás empezamos
con los reproches, con sentimientos de
culpa, pude haber ido y no fui, pude haber hecho esto o lo otro y no lo hice, esos sentimientos son naturales cuando hemos
perdido algo, o alguien, sentimientos de un duelo, si, duelo porque hemos perdido
la libertad, libertad de movernos de ir donde queremos porque si no nos aplican
la ley, la multa, etc. (y sabemos que es
para defender nuestra vida)
Jesús hoy al ver que ellos no habían pescado
nada, les propone algo muy importante, y nos lo propone a nosotros cuando dice “echen
la red a la derecha de la barca”. Nos propone un cambio, un cambio de actitud, esto es básico para este tiempo especialmente…cuando
estás viviendo una situación límite, situación que no la has buscado tu, sino que
de pronto apareció en tu vida, como esto de corona virus, cuando tú no puedes
hacer nada, hay algo que si podemos
hacer, algo que esta en nuestro interior y que siempre tendremos, es la
libertad de elegir COMO QUEREMOS VIVIR Este
es EL VALOR DE LA ACTITUD.
Jesús no nos puede dejar solos, no nos
puede dejar viviendo así, El que lo puede todo, no puede dejar que nos perdamos
en el sinsentido de una vida vacía, que enferma. Y por eso viene a decirnos
como llenar nuestra barca de peces de
frutos buenos para nosotros y para toda la familia, frutos de amor, de paciencia,
de Sabiduría. Porque Jesús no puede
dejar que se pierda todo el PLAN DE SALVACIÓN DEL PADRE.(1Tim 2,4)
Ese amanecer a orillas del mar, les ofrece un cambio, háganlo
como yo les digo, “echen las redes a la derecha….” Y ellos ELIGIERON seguir la propuesta de Jesús y el resultado
fue una gran pesca. Pudieron pensar “nosotros sabemos de pesca, tu no me vas a
enseñar”, actuar con soberbia pero eligieron actuar con humildad, fueron dóciles
a esa voz que justo se aparece cuando no tienen nada para comer, que les quiere
ayudar, que se interesa por ayudarles. Eligieron aceptar la propuesta de ese
Hombre parado a orillas del mar de Tiberíades, y que grande! que después de ver los frutos de haberle escuchado
reconocen: Es el Señor!
Por eso esta mañana medita el Evangelio,
escucha cada Palabra cada actitud, cada sentimiento métete en la Palabra, y
elige!, que conviene para tu vida, que conviene para tu familia, para tu
futuro, cómo quisieras vivir de aquí en adelante, a Quién quisieras escuchar de
aquí en adelante…es el Señor que hoy se presenta a orillas del mar de tu vida,
de tu barca vacía. Medita en la Palabra Elegir, eres libre, elige la actitud
con la que quieres vivir este tiempo de Pandemia, de cuarentena o cualquier
tiempo que la vida te presente, responde con sabiduría, aprende a elegir elige
a Jesús Resucitado.
Dice en el Deuteronomio 30,19 “Que
los cielos y la tierra escuchen y recuerden lo que acabo de decir; te puse
delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la
vida para que vivas tú y tu descendencia. Ama a Yavé, escucha su voz, uniéndote a él, para
que vivas y se prolonguen tus días, mientras habites en la tierra.
¡Un feliz Viernes de Octava de Pascua!
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