Miércoles de Octava de Pascua Evangelio según san Lucas 24, 13-35
Estos días estamos reflexionando sobre lo que significan las apariciones
de Jesús resucitado a sus discípulos. Jesús tiene un interés muy grande en
encontrarse con sus discípulos, se apareció a las mujeres que iban al sepulcro
a buscarlo, a María magdalena, personas que fueron a buscarlos pero ahora se
aparece a dos discípulos que NO lo estaban buscando, al contrario ellos
regresaban a su pueblo muy desanimados por haber contemplado la muerte de
Jesús, “el fracaso” de su Maestro.
Dice el
Evangelio: “En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido…Mientras
conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con
ellos.
Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. El les dijo: "¿Qué comentaban por el camino?". Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!".
"¿Qué cosa?", les preguntó. Ellos respondieron: "Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo,
y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas.
Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron".
Que actual se hace la Palabra para nosotros, para lo que vamos viviendo
en estos días ¿verdad? Quizás también nos puede parecer que Jesús es “un
forastero” que no está enterado de lo que pasa en el mundo, que no ve las
noticias, “está en otro mundo”.
Pero dice el salmo
104,8 que “El se acuerda eternamente de su alianza, de la palabra que dio
por mil generaciones” dice otro salmo ¿Qué es el hombre Señor para
que te acuerdes de él?
Jesús se acuerda de nosotros,
El está con nosotros! de una manera nueva.
EL Padre, ha enviado a Jesús al mundo para vivir en medio de
nosotros, pero no de una manera pasiva, mirando lo que nos pasa, sino para
compartir con nosotros, para levantarnos, para fortalecernos, para desde
nuestro interior y por el poder de su Palabra darnos ánimo para vivir las
catástrofes.
En el Evangelio una de las
cosas que llaman la atención, es que ellos sin reconocerle, le cuentan a este
forastero lo que ha pasado lo que sienten.
Le dicen sinceramente,
“Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel”.
¿Que esperaban los
judíos de esa época? Ellos esperaban un Jesús guerrero, poderoso
militarmente, que los libere del yugo romano. Pero los
había decepcionado.…y también le cuentan que algunas mujeres le
vieron resucitado, pero que a ellos le parecen cuentos de mujeres.
La resurrección de Jesús
que anunciamos a algunos también les parecerán cuentos de mujeres, historias
que “les hacen bien a ellos, bueno, pero yo no creo”…y es porque el
corazón está muy triste, muy dolido, y pensamos si Jesús existe y ha resucitado
porque no hace desaparecer el coronavirus y sane a todo el
mundo que nadie muera o que todos tengan dinero para comer, que a nadie le
falte nada. Es que lo seguimos esperando, como nosotros queremos,
según nuestra expectativa, lo esperamos como un médico poderoso,
un científico que descubra la vacuna, un Jesús que venga a hacer
milagros..
¿Tu, qué esperas de
Jesús? a Pilatos le dijo..”mi Reino no es de este mundo”, hoy nos puede decir
también: mis ángeles podrían venir y dar de comer a todos, Yo lo puedo hacer,”
lo cierto es que nos cuesta entender como les costó a la gente del tiempo de Jesús
quien es El y para que ha venido al mundo, para que ha muerto y para que ha
resucitado. Por eso nos dice como a ellos:
“¡Qué poco entienden ustedes y qué lentos son sus corazones
para creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No
tenía que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su
gloria?» Y les interpretó lo que se decía de él en todas las
Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas.”
La verdad es que somos
lentos para entender, para interpretar lo que nos está pasando el
sentido de todo esto, el porqué y para qué de lo que estamos viviendo, “estas
realidades espirituales nos sobrepasan”, no podemos entender esto.
Jesús nos va a decir
“tenía que ser así” ¿para que Jesús? para que muchos descubran su
identidad, la razón de su venida al mundo, su misión en esta tierra,
como tienen que vivir, cual es su destino…les comparto algo que escribió el
Papa San Juan Pablo II, hay mucho que decir, será a su tiempo, pero por ahora
meditemos un poquito en estas palabras:
“Cristo Redentor,
como se ha dicho anteriormente, revela plenamente el hombre al mismo hombre.
Tal es —si se puede expresar así— la dimensión humana del misterio de la
Redención. En esta dimensión el hombre vuelve a encontrar la grandeza, la
dignidad y el valor propios de su humanidad.
En el misterio de la Redención el hombre es «confirmado» y en cierto
modo es nuevamente creado. ¡Él es creado de nuevo! «Ya no es judío ni griego:
ya no es esclavo ni libre; no es ni hombre ni mujer, porque todos vosotros sois
uno en Cristo Jesús». El hombre que quiere comprenderse hasta el fondo a sí
mismo —no solamente según criterios y medidas del propio ser inmediatos,
parciales, a veces superficiales e incluso aparentes— debe, con su inquietud,
incertidumbre e incluso con su debilidad y pecaminosidad, con su vida y con su
muerte, acercarse a Cristo.
Debe, por decirlo así, entrar en Él con todo su ser, debe «apropiarse» y
asimilar toda la realidad de la Encarnación y de la Redención para encontrarse
a sí mismo. Si se actúa en él este hondo proceso, entonces él da frutos no sólo
de adoración a Dios, sino también de profunda maravilla de sí mismo. ¡Qué valor
debe tener el hombre a los ojos del Creador, si ha «merecido tener tan grande
Redentor», si «Dios ha dado a su Hijo», a fin de que él, el hombre, «no muera
sino que tenga la vida eterna» Redemptor Homini, 10
¿Estás dispuesto
a acoger a este Forastero que viene a compartir tu vida, lo que sientes, lo que
piensas de tu cuarentena, con El?
¿Con quienes has compartido tu
fe, y también lo que Dios te ha dado materialmente, en
este tiempo de cuarentena?
¡¡Dios nos bendiga y
sigamos disfrutando de este dia Miércoles de octava de Pascua!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario