martes, 21 de setiembre de 2010

Conságralos según tu Palabra

Esta mañana le daba gracias al Señor, por llamarnos a estar con El, no como estamos con los amigos o la familia sino estar unidos hasta el grado de ser Uno con El y con el Padre.

Y desde el comienzo, desde que llamos a sus apóstoles (Marc 3,1-3) lo hizo para que esten unidos a El.

Jesús cuando llama a una misión, llama primero a Estar a solas con El, por eso es que la Iglesia y particularmente nuestra Comunidad Verbum Dei, nos insiste en que oremos, en que dialoguemos con Quien esta en nuestro interior que por su voluntad ha querido hacerse Uno con nosotros.

El asi lo ha querido, nos eligió para estar con El, para darnos la Gloria, para ser fermento de unidad en todo el mundo.

Esta mañana en medio de la turbulencia de mi viaje de retorno al Perú despues de seis meses, Jesús me enseñaba a sentir y pensar apropiadamente.

Porque la tristeza de dejar a los seres queridos con quienes se ha compartido muchas cosas bonitas y no tan bonitas, y la incertidumbre del futuro que aparece a veces amenzante de dolor, de problemas que son las que parecen pesar mas; me hacia ver, en El, el olvido de si mismo, de la copa del sufrimiento que tenia por delante, para pensar en sus apóstoles, sus amados discípulos.

Y ruega por ellos, por los consagrados, por los que El Padre le dio tomándolos del mundo, “eran tuyos Padre y tu me los diste”...Te ruego por ellos....Padre consagralos en la Verdad, tu Palabra es Verdad”.

En cada instante de nuestra vida, el Padre nos da personas, familia, amigos, con un propósito, no solamente para hacer relaciones sociales; Jesús los recibió para darles a conocer su Nombre, y en ello invirtió todo su tiempo, dia y noche; en las noches oraba por ellos al padre, en las mañanas predicaba lo que el Padre le habia dicho.

Jesús quiere lo mismo para nosotros, estar unidos al Padre, para darlo a conocer al mundo, para sacar a los hijos de Dios del mundo, de lo que no da vida.

Jesús se consagró en su vida entre nosotros a cuidarnos, murió y resucitó para cuidarnos, para salvarnos...como?, con su Espíritu Santo que santifica, que es el Verdadero y que está en su Palabra.

Démosles gracias al Padre por darnos a Jesús, Palabra de Dios que se ha quedado con nosotros para seguir consagrándonos por su Palabra, y que podamos corresponderle consagrándonos a E,l a escuchar su Palabra.

La Consagración como el matrimonio es de dos, asi mismo Dios necesita nuestra presencia con El, para bien de todos aquellos que nos da en la vida diaria. Que aprendamos a cuidarlos y rogar por ellos como Jes”us lo hace con nosotros.

Que la Virgen Maria nuestra Madre nos bendiga.

Nila

Lectura para orar Juan 17, 17-24

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