lunes, 6 de setiembre de 2010

Encuentro que nos hace dadores y transmisores de Vida.

Lectura: Ezequiel 37 1-14

Queridos hermanos, queria empezar con un poema de Lope de Vega que siempre me acompaña para hablarle a mi Señor;

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? ¿Qué interés te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno a oscuras?”

Porque aunque han pasado muchos años desde nuestro primer encuentro, no deja de sorprenderme que Dios se haya fijado en mi vida, ...Quién soy yo Señor para que me mires y pienses en mi?

Cuánto tiempo estuvo esperándome, cuánto tiempo sin conocerlo, sin hablarle, sin amarle, cuanto tiempo mirándome como “esos huesos secos” de que nos habla el Libro de Ezequiel 37. 1-14 para darme la Vida.

Doy gracias a la Comunidad Verbum Dei una vez mas, a las misioneras, que le fueron fieles y profetizaron sobre mi vida, que hicieron el transvase de la Vida de Dios en mi corazón.

Cuando nuestra vida recibe la Vida de Dios, se vuelve tambien transmisora de Vida, porque damos lo que recibimos, porque ya no podemos pasar por la vida de nuestros hermanos con indiferencia, en cada encuentro con la Palabra en cada dia de oración, El nos transmite su ilusión por dar la vida. Dios es Vida, y porque nosotros somos sus hijos estamos llamados a Vivir por El con El y en El.

En la lectura de hoy, podemos contemplar el encuentro de Dios con el Profeta Ezequiel, como va haciendo en su vida un transvase de sus planes, de su preocupacion por dar la Vida a su Pueblo y como se concreta por la obediencia y fidelidad del profeta en la resurrección de Israel.

Cuando el profeta Ezequiel siente la mano de Yavé sobre si, “La mano de Yavé se posó sobre mi”. Siente el Espiritu de Dios sacarle a un plano espiritual, mas amplio, “ Yavé me hizo salir por medio de su espiritu” .

Efectivamente, cuando nos encontramos con Dios en la oración, y vamos escuchando la Palabra, asimilándola....mirando nuestra vida, y sin darnos cuenta su Mano nos conduce a mirar lo que El quiere hacernos ver: su pueblo...dice Ezequiel:

“Me depositó en medio de un valle, que estaba lleno de huesos humanos”.

Eran huesos humanos, eran huesos esparcidos por el suelo, eran muy numerosos y estaban completamente secos...que es lo que mueve a Dios para mostrar al profeta ese “cementerio o valle de muerte”,?

Porqué ha buscado un Hijo de hombre, humano, para contemplar “esas desgracias”?....muchas preguntas le hacia a Dios en la oración, porque suscitaba en mi muchos sentimientos, muchos recuerdos, muchas preocupaciones, y precisamente eso es lo que Dios me queria transmitir la preocupacion por su pueblo como en el Exodo “he escuchado el clamor de mi pueblo, he visto su sufrimiento...”.

Miraba mi propio pueblo, mi familia, los que Dios me ha dado, amigos, conocidos, y encontraba mucha sequedad, mucha tristeza de muerte, mucha desesperanza, no de ahora solamente, sino de hace mucho tiempo, y le preguntaba también a Dios....porque se secaron? Porque se volvieron como los huesos secos sin vida, apagados, porque perdieron la fe, en que momento se volvieron “malos, hirientes, infieles etc. Que les quitó la vida, que pasó en sus vidas que los lanzaron a la tumba?”.

Dios le hace ver a Ezequiel el pueblo de Israel despues de que sus enemigos lo destruyeron, lo traicionaron y se burlaron de ellos; y ahora en esta parte de la historia, pasa lo mismo, el pecado, la maldad, ha ido arrasando con el Pueblo de Dios, con nosotros con nuestros hermanos, la ignorancia nos va matando la fe, la esperanza, el amor, estamos alejándonos de Dios y como al profeta El nos llama ahora para recupernos, para resucitarnos y darnos la Vida,

Dios pone su mano sobre Ezequiel como quiere ponerla sobre tu vida, y la mia, para recuperar la fe, porque al menos yo, se me hacia tan dificil hacer revivir los huesos secos y ante la pregunta del Señor:

“Podrán revivir estos huesos?” Respondí "Ýavé tu lo sabes” porque Yo señor tengo mis dudas, he intentado revivirlos, pero no me ha dado resultados.

Pero el Señor no se queda con mi respuesta e insiste: Ahora yo te digo “Profetiza con - respecto - a estos huesos”, especificamente con respecto a tu esposo, a tu amiga, a tu hijo.... “ les dirás “ ¡Huesos secos escuchen la Palabra de Yavé”, no es mi palabra la que da la Vida, es la Palabra de Yavé, El me da la autoridad para que en su Nombre transmita la Vida.

El dar la Vida y el Transmitirla, viene de la Escucha de la Palabra de Dios, “Nadie da lo que no tiene”, dice un dicho, necesito encontrarme con Dios en la Oración para recibir la Vida, necesito cargarme de Palabra de Dios para poder decir.

“Esto dice Yavé a estos huesos: Haré que entre en ustedes un espiritu y viviran, Pondré en ustedes nervios, hare que brote en ustedes la carne, extenderé en ustedes la piel, colocaré en ustedes un espiritu y viviran: Y sabrán que Yo soy Yavé”.

Y sabrán que el es Dios....

Ezequiel hizo lo que Dios le dijo:

“Hice según lo que se me habia ordenado y mientras profetizaba se produjo una gran agitación: los huesos se acercaron unos a otros. Miré vi como se cubrian de nervios, brotaba la carne y se extendía sobre ellos la piel, pero no habia en ellos espíritu.”.

El recibir la Vida y el espiritu de Dios es un proceso, se da en cada dia en cada encuentro, no es “magia”, es un trabajo de fidelidad, de obediencia, de servicio a Dios y a los hermanos, yo he visto tambien huesos secos en mi familia, que han recuperado la Vida, desde mi propia experiencia de ir escuchando a Dios de mirar mi vida transformarse en las manos de Dios, la vida de mi esposo de mis hijos, de muchas personas las he visto “recuperar la vida, levantarse sobre sus pies...”.

Profetizar, transmitir la Vida, es tambien un trabajo de fe, en que El lo dice y lo hace, yo le escucho y hago lo que El me dice, y Miro....como Va soplando el Espiritu desde los cuatro vientos sobre los muertos para que vivan”

“Yavé me dijo entonces: Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ahora dicen Nuestros huesos se han secado, nuestras esperanzas han muerto, hemos sido rechazados” Por eso profetiza: Les dirás estas palabras de Yavé : Voy a abrir las tumbas de ustedes pueblo mío, haré que se levanten de sus tumbas y los traeré de vuelta a la tierra de Israel. Entonces cuando haya abierto sus tumbas y los haya hecho levantarse, sabran que yo soy Yavé”.

Que bonito es sentir la confianza de Dios en nuestra vida sentir su mano posarse sobre nosotros con ese gesto de Amigo, de Camarada que nos invita a compartir la Mision de Transmitir la esperanza, el conocimiento de un Dios que salva y que da la Vida.

Que María nuestra Madre Santísima nos acompañe en nuestra misión de ser Palabra de Dios dadora y transmisora de Vida.

Nila

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