viernes, 27 de mayo de 2011

La Palabra nos prepara para toda obra buena. 2Timoteo 3, 16-17


Le daba gracias al Señor por esta semana de oración con el Dinamismo de la Palabra en el ejercicio de la Asimilación.

Me ayudaba mucho el haber empezado la semana de oración dejándole entrar al Señor a mi corazón como mi Consejero que me iba indicando como debía ensanchar mi tienda, como sacar las estacas que no me dejaban ser libre para poner en su lugar la Estaca de la Palabra de Dios, me iba enseñando como ir sacando lo que no sirve de mi tienda para ser esa tienda de encuentro donde mis hermanos de encuentren con El, como buscar en todo momento la Puerta por donde se entra a la Vida Nueva, resucitada en Cristo.

Estos días estoy sacando hierbas malas del jardín, y es un trabajo difícil porque son muchas, por aquí (Canadá) estamos en primavera y hay que arreglar los jardines, (no hay jardineros o son muy caros).

Y para sacar las hierbas estoy usando un aparato que penetra hasta el fondo son cuatro puntas afiladas y pisando una palanca saca la planta con toda la raíz, y se queda un hueco en ese espacio, si no lo haces así si solo la corta o la podas superficialmente, y vuelve a salir al otro día.

Y le decía: Señor, Tú haces lo mismo con tu Palabra en mi vida… la oración es esa palanca que me ayuda a preparar diariamente mi vida para ti….penetras hasta el fondo de mi alma, para sacar de raíz aquello que no me deja hacer las obras buenas.

No te conformas con una oración más o menos sino que me llamas a este ejercicio de mirar las raíces de lo que me sucede, de esa conducta que se repite una y otra vez, como hierba mala que nunca muere y que no me deja ser completamente libre, y esos espacios que no producían nada bueno los vas cubriendo, renovando; me vas haciendo poco a poco tu viña, para que pueda dar frutos sabrosos, abundantes, duraderos. (Is 5,1-2)

El Señor a través de su Palabra quiere sacar de raíz todo lo que nos quita la vida, lo que no nos deja vivir en paz con nosotros mismos y con los demás.

“arranquen de raíz de entre Uds. disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad” Ef. 4,31

Si hemos tenido esos sentimientos y conductas negativas es porque a lo largo de nuestra vida tal vez hemos buscado enseñanzas, consejos en el mundo, en las personas, que nos han dado su criterio, o lo que les resultó bien en su experiencia de vida personal.

Es una Gracia de Dios para nosotros poder tener ahora tan cerca su Palabra que “es útil para enseñar, rebatir, corregir y guiar en el bien.”

Si somos hombres de Dios, bautizados, nacidos a una Vida Nueva en Cristo, entonces estamos preparados, capacitados para llevar a la práctica todas sus enseñanzas porque El nos ha dado Gracia para vencer el mal que nos tienta a cada instante para hacer obras malas, dañar al prójimo, abandonarlo dejarlo en su ignorancia de Dios que es el peor mal que podríamos hacer.

Cuando nos decidimos a vivir la Palabra, El Señor viene en nuestra ayuda porque le pertenecemos, somos de Dios.

“Así el Hombre de Dios se hace un experto y queda preparado para todo trabajo bueno”.

Dios mismo nos prepara, nos capacita, nos entrena, nos hace volver a empezar una y otra vez, El mismo se encarga de nosotros, el Buen Pastor, nuestro Consejero Maravilloso, Dios Bueno, Padre sin igual, para hacer el Buen Trabajo, al igual que su amado Hijo y como nos decían este domingo en el Evangelio podemos hacer las mismas obras y aun mayores: El mismo trabajo que Jesús porque por escuchar la Palabra por Asimilarla y Vivirla ya no somos nosotros, sino El impulsándonos a hacer las buenas obras.

Gracias Señor por cada momento de oración, cuando al confrontar mi vida con tu Palabra, me haces tocar tu infinita Misericordia, tu Perdón que me hace amarte cada día mas, y me llena de fuerza para vivir la conversión de corazón, para poder sacar amor, paciencia, para enseñar, corregir, guiar a quienes pones a mi lado.

Virgen María Madre de Dios y madre nuestra, ayúdanos a orar para hacer de la Palabra nuestra Consejera y Guía en todo momento, para poder hacer las buenas obras que el Señor espera de nosotros.

Dios nos bendiga.

Nila

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