Buenos días Papá Dios, buenos
días Mi amado Jesús, mi Dios Espíritu Santo, un solo Dios Uno y Trino, Buenos
días mamita María, ángeles y santos del cielo, buenos días.
Qué hermoso despertar Señor,
abrir los ojos y encontrar toda una familia celestial, a mi lado, conmigo en lo
más Profundo de mi ser.
Este encuentro hace que mi
realidad sea diferente, Tú has hecho cambiar la realidad externa Señor, porque
tu Palabra, genera una realidad interior nueva, haz hecho despertar primero en
mí lo que yo Soy, pertenezco a la familia del Cielo, no soy de este mundo,
estoy de paso, pero mi Hogar es en el cielo, soy de la Vida Eterna, pertenezco a una Vida que
tengo que desarrollar, pero desde la experiencia interior del encuentro contigo
cada día, Tu eres la Fuente, el Manantial de donde brota la vida para el mundo.
“Estate Señor, conmigo siempre
sin jamás partirte y cuando decidas irte llévame Señor contigo…Llévame donde tu
vayas Jesús porque bien se que eres Tú la vida del alma mía; si Tú vida no me
das yo se que vivir no puedo…por eso temo Señor tu partida y quiero perder la
vida mil veces más que perderte, pues la inmortal que tu das se que alcanzarla
no puedo cuando yo sin Ti me quedo, cuando Tú sin me te vas…” Liturgia de las
horas (laudes Martes IV)
Ayúdame Señor a vivir contigo a
vivir la Vida eterna, ¿qué tengo que hacer? ¿Porque me preguntas que tienes que
hacer?...Porque necesito Luz para caminar en este día, sabiduría, paciencia,
compasión con la vida de mis hermanos, quiero cumplir con todos, quiero ir a
muchos sitios, me has puesto un corazón
misionero, pero ayúdame a discernir lo que no es de ti, a vivir con humildad mi
carisma, mi vocación a servirte en mi hermanos, se presenta muchas cosas,
muchas personas donde ir, ¿qué tengo que hacer para conseguir la Vida eterna?.
Quédate “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con
todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Todo empieza por el Amor, empieza
a caminar conmigo, se te ira diciendo lo que tienes que hacer, pero lo primero
es amar a Dios con todo tu Ser, de allí brota el amor al prójimo, amarte a ti
misma: Yo soy tu Paz, Yo soy la Luz, la Sabiduría,
Yo soy todo lo que necesitas…cambia tu manera de pensar y cambiará tu manera de
vivir, la Vida Eterna no es para hacer mil cosas, es escucharme, es amarme, es
confiar en mí, el poder es mío, tú no eres super-apostol, súper mamá, súper
esposo (a) súper hijo, súper amigo…súper jefe, …tú no tienes que hacerlo todo… descansa
en mi Amor, ámame por sobre todas las cosas…
“No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino transformase a
partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cual es la voluntad de
Dios, lo que es bueno. Lo que le agrada, lo que es perfecto. La gracia que Dios
me ha dado, me autoriza a decirles a todos y cada uno de ustedes que no se
entrometan en cualquier cosa, sino que aspiren a lo que se debe buscar. Que
cada uno actúe sabiamente según el carisma que Dios le ha entregado” Rom
12,2-3
Amar a Dios es confiar, Tu
Palabra cambia mi realidad interior, lo inunda todo con una Nueva Luz, tu
Verdad me protege, me encamina, me hace reposar sentir tranquila y en silencio, ¡como un niño saciado que se aprieta a su
madre; mi alma en mí, nada reclama! (cfr. Salmo 131, 2)
Gracias Señor por enseñarme como
tengo que vivir, mirando mi realidad
interior cambiarla contigo, mis sentimientos, pensamientos, anhelos, angustias,
tensiones descansan en tu amor, en tu poder, en la confianza de que amas a mis hermanos tanto como me amas a mí, que sierva
tuya soy que no hace falta, (cfr. Luc 17,10) aceptar que mi realidad eres tu
Señor, aceptar que no puedo hacerlo todo, allí esta mi paz, mi alegría, la Vida
eterna que me vienes a regalar cada día para disfrutarla, Amarte con todo mi
Ser, es amarte con tu Mismo amor Señor, salvador, que rescata que libera que
hace amar como tu amas. Gracias señor.
Mamita María acompáñanos este día
para vivirlo desde la realidad de la Vida eterna que ya está en medio de
nuestro corazón de nuestro interior, aceptando lo que somos y poniéndolo todo
en manos de nuestro Padre Dios.
Dios nos bendiga.
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