Señor te pido me ayudes a proclamar tu
palabra, envía tu Santo Espíritu que se derrame en todos los corazones de los
que hoy hemos venido necesitados de ti, deseosos de recibir tu Palabra que es
vida, que es el Pan, la fuente de Agua viva para nuestro corazón, y se derrame también en los corazones de
todos los que recibirán tu Palabra a través de nuestra vida.
Bienvenidos a la escuela de la Palabra.
El día Domingo tuvimos el retiro de mes, estuvimos
celebrando la fiesta de todos los santos, y ese día nuestro Padre Dios nos
regaló un Santo para que fuera nuestro Padrino, para que interceda por nosotros
y a quien le pudiésemos pedir ayuda con toda confianza y amistad y para que nos
acompañe en este camino de santidad, todos estuvimos muy contentos, solo con un
poco de pena porque nos hubiera gustado estar con todos los hermanos de la
comunidad.
Yo experimento que
nuestra Comunidad está dando mucho frutos de santidad, hay escuelas de
formación, casi todos estamos formándonos, cuando hay una actividad todos
participan con entusiasmo con ánimo, nuestra casa cada vez está más bonita para
acoger a todos los hermanos. Dios está
llenando de amor el corazón de sus discípulos, somos una familia en camino a la
santidad.
Todo
empieza por La Escuela de la palabra, para todos ha sido nuestro primer
contacto con la comunidad, el Señor nos hace perseverar para ser fieles a la
Palabra cada martes y vamos creciendo y dando frutos donde vamos y desde donde
estemos así como los primeros discípulos, la Iglesia se empezó a formar y a dar frutos porque todos se reunían, eran asiduos a la enseñanza de los
apóstoles, a la convivencia fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones.
Todos los que habían creído vivían unidos; todos ellos ahora son santos.
El
Señor me hacia caer en la cuenta que en las lecturas de los domingos anteriores,
nos ha estado hablando de la higuera que
no daba fruto, la parábola de los dos
hijos a los que su padre manda a trabajar la viña y solo va uno. La parábola de los viñadores malvados que cuando
el propietario manda recoger los frutos que le correspondían matan a sus
enviados y hasta a su hijo, la parábola del banquete de bodas cuando los
invitados se niegan a ir, entonces manda
invitar a los lisiados cojos ciegos, paralíticos, y termina este ciclo donde
nos hacia reflexionar sobre el gran Amor de Dios y el rechazo del hombre a ese
amor, por eso al terminar con el día de
todos los santos, nos hace mirar la vida de nuestros hermanos que fueron
humildes que se sintieron necesitados de Dios, que respondieron a su
invitación, que se reconocieron lisiados, ciegos cojos, o paralíticos, que se
dieron cuenta que no podían dejar de aceptar la invitación de Dios porque era
escoger la mejor parte, la que no les sería quitada y gozan de ella junto al Padre, son los Benditos
del Señor la Iglesia triunfante que interceden por nosotros para llegar a ella.
¡Cuantos
santos y cuantos mártires entendieron lo
que significaba darlo todo, venderlo para
seguir a Jesús!…una vez Pedro le dijo: “ Señor nosotros lo hemos dejado todo
por seguirte que recompensa vamos a tener?” Jesús le contestó como nos dice hoy a nosotros: Yo les aseguro que nadie que haya dejado casa o hermanos o hermanas, o padre o madre o hijos o tierras por mi y por el evangelio, dejará de recibir en esta vida el ciento por uno en casas, hermanos, hermanas madres, hijos y tierras, junto con persecuciones y en el otro mundo la vida eterna. Mc 10, 28-31. Ya estamos gozando de las primicias de la Vida eterna cuando dejamos todo por seguir a Jesús, seguirle en el Amor, viviendolo todo para dar frutos de amor que santifiquen a nuestros hermanos.
Decia la Beata sor ISabel de la Trinidad:
. “he encontrado el cielo en la tierra, porque
el cielo es Dios, y Dios está en mi alma (cfr. t, 206).después dice” Qué importa estar en el cielo o en la tierra. ¡Vivamos en el amor para
glorificar al amor!. Cuanto más cerca se vive de Dios más se ama.
A
veces se presenta un compromiso para el día martes, día de la Escuela de la
Palabra pero busco la manera de organizarlo, de resolverlo de manera que no
deje de venir a la Escuela, es muy importante para nosotros defender este
encuentro con Dios, en comunidad escuchar la prédica de la Palabra que va haciéndonos
crecer en la fe, reforzando nuestros vínculos como hermanos e hijos de Dios
unidos en el Carisma del Ministerio de la Palabra.
Jesús
dice: Dad al Cesar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, mi vida es
de Dios y es para El, Dios tiene su
lugar en mi corazón, El es primero, nosotros tenemos una responsabilidad
tenemos familia e hijos espirituales que
alimentar venimos para alimentarnos para
tener el corazón lleno del amor de Dios porque de lo que abunda el corazón
habla la boca. En nuestra agenda de compromisos Dios no es una ocupación más,
El es todo, todo depende de Él, sin Él no tenemos vida, ya que En El nos movemos existimos y somos.
Hechos 17,28.Amar a Dios es para amar a
los demás con esa misma calidad de amor. Sino ¿de dónde sale la paciencia, la
comprensión, el amor? 1Cor 13
La
Escuela de la Palabra es venir a estar con Él, nosotros tenemos cosas que hacer,
como todos, preferiríamos de repente
estar en la casa o en otro lugar con otras personas, pero estamos aquí porque sin El no tenemos vida, no
podemos dar vida, El es quien nos va a dar lo que nuestros hijos necesitan ...
Hemos encontrado el tesoro en el campo de la vida del mundo de las cosas, y lo
podemos vender todo con alegría y paz, porque Jesús es NUESTRO CAMINO, NUESTRA ÚNICA VERDAD Y VIDA.
En
Juan 15,5 Que hermosa comparación hace Jesús
de su unión con los discípulos.. “Yo
soy la vid y ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo
en él, ése da
mucho fruto, pero sin mí no pueden hacer nada. …Jesús dice Yo soy la vid….. y ustedes los sarmientos, ¿por
qué nos dice eso?
Porque unidos a el vamos a dar los mismos
frutos, porque los sarmientos beben de la savia. De la vid pasa la savia o sea
la vida a los sarmientos, si «permanecen» unidos a la vid darán fruto. Si no,
quedan secos, no dan fruto y se mueren. Esta
unión tiene consecuencias importantes para nuestra vida de fe: «el que
permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante». Lo contrario es fuerte: es
no dar frutos, ¡ser estéril dar frutos de muerte!..Porque no hay comunión de
vida. Les dice “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he
amado”.
Quizás pensamos
como los discípulos, “Yo no voy a poder” ¿amar como tu Señor es difícil?…Jesús ama de
otro modo, ama a los pecadores, es compasivo con la gente, deja de descansar
para enseñarles, cura en día sábado
contra la ley de los fariseos, arriesgando su vida, perdona los pecados, ama al
enemigo, nos pide bendecir al que nos maldice…declara sin miedo, “soy el hijo
de Dios, El es mi Padre”, dice que “hay
mayor alegría en dar la vida por los amigos”…amar como tú Jesús, no me sale Señor, es difícil…pero Jesús a continuación nos dice como a los apóstoles
para estar tranquilos:
“Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo
quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den
fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo
que le pidan en mi Nombre. Jn
15 5.12.16 “Como yo les he
elegido yo me comprometo con ustedes no los dejaré, estaré todos los días hasta
el fin de la historia. Yo los preparé y
seguiré preparando”. La Savia de mi Amor seguirá alimentándolos mientras
permanezcan en mí”
Mi
Padre es glorificado cuando Uds., producen fruto entonces pasan a ser discípulos
míos… el discípulo de Jesús está llamado a producir frutos, buscar la gloria
del Padre no la nuestra, los santos fueron personas que glorificaron y siguen
glorificando al Padre hasta ahora. Son la alegría de Dios, ahora tienen la alegría
completa de estar en la iglesia triunfante intercediendo por todos nosotros vía
cuerpo místico en la comunión de los santos. Que confianza que da saber que la
elección viene de Dios, no tenemos que hacer malabares solo querer ser Santos…la
hna. de Sto Tomas le preguntó un día ¿que se necesita para ser santa?. Le
contestó “solo querer”.
El Señor quiere
seguir dando frutos a través de nuestra vida, atrayendo a muchos a la Iglesia
para ser católicos activos, ser miembros vivos que den vida en el Cuerpo de Cristo.
Esta semana leía
un artículo de mi nieta de Canadá, escrito en un periódico, ella tiene 16 años
y daba un testimonio de que desde niña había ido a Misa por que sus papás la
llevaban pero que era para ella un sufrimiento estar en la Misa, no le
encontraba sentido, “me había resistido abiertamente al cristianismo”, como
sabemos, Canadá es un país multicultural, donde hay todas clase de religiones,
porque llegan inmigrantes de muchos países India, Pakistán, Irán, Irak etc, y
en su colegio estudian niñas musulmanas, hindúes, budistas, sikhs.. durante el tiempo pasado con ella en ese país,
pude darle las verdades de fe, aprendidas en nuestra comunidad, y ahora ella
desde ese periódico, a nivel nacional, habla de la Misa y de la Eucaristía con cuanto Amor y verdad, de cómo debemos prepararnos para comulgar, lo
que significa la Misa, el amen antes de comulgar; muchos amigos que han leído
aquí su testimonio me dicen que les ha ayudado mucho a vivir la Misa, y desde
Canadá me ha escrito otro amigo preguntándome ¿cómo puede hacer para
evangelizar a unas niñas budistas no practicantes que lleva en su movilidad?.
Este camino de
santidad como decía mi nieta no es de la noche a la mañana es de estar con Dios,
permanecer con El, irse formando día a día. Lo que aprendemos en las Escuelas
no es tiempo perdido, no es que vengo cuando tengo tiempo o tengo ganas,
realmente uno no sabe la trascendencia que tiene nuestra vida para Dios, para nuestra descendencia, no sabemos los frutos
que dará nuestra vida aun después de que nos vayamos de este mundo.No se trata
de hacer solo cosas buenas, sino de irlo viviendo todo desde la oración que
hacemos cada mañana, cada actitud con la intencionalidad de Jesús, vayan y den frutos de santidad por todo el
mundo.
“Yo los he elegido
para dar frutos de santidad, ustedes no me han elegido”, a mi me daba mucha
confianza saber que la iniciativa es de Dios, el va a llevar a buen término lo que
ha empezado en nosotros. Es abandonarse
en Dios, saber que dé el parte la elección, ..Fíjense que amor nos ha tenido el
Padre, que amor tan singular, que nos ha destinado a ser santos a estar con él,
que destino tan grande, nosotros así como somos... destinado a ser santos…
La llamada a la santidad es común para todos los
bautizados, sea cual sea su estado de vida (Vat. II, I. 11 y 39).No podemos renunciar
a este llamado tan alto, Jesús es quien va
fraguando nuestra vida la va llevando a la santidad. Cuando uno descubre la
llamada a la santidad descubre la grandeza de su vida.
Escribe Lope de Vega: ¿Yo
para qué nací? Para salvarme. Que tengo que morir es infalible; Dejar de ver a
Dios y condenarme, Triste cosa será, pero
posible. ¡Posible...! ¿Y río y duermo y quiero holgarme? ¡Posible...! ¿Y tengo
amor a lo visible?¿Qué hago? ¿En qué me ocupo? ¿En qué me encanto?¡Loco debo yo ser, pues no soy santo!
Dios nos ha creado para estar con Él. Y Dios
no descansará hasta que nos tenga a su
lado nos haga santos, y nosotros no descansamos tampoco no hallaremos paz hasta
dar con El.
Dios busca la salvación de todos porque nos ama, somos su pueblo como Israel "Su hijo, su primogénito"…Israel, era el pueblo elegido, el pueblo de la alianza y cuando
lo ve que se va alejando de su lado buscando otros ídolos, busca a Isaías, se
le manifiesta porque quiere que todo su
pueblo llegue a ser santo, Dios siempre elige
a uno para santificar a su pueblo
Isaías tiene una experiencia de encuentro con
la Gloria del Señor, siente que todo
tiembla ante la gloria de Dios, ….ante la presencia de la Gloria de Yavé
exclama Isaías; . Ay de mí soy un hombre de labios impuros y vivo entre un pueblo de
labios impuros, y vivo con un pueblo
impuro” nosotros también ante el llamado de Dios nos podemos sentir impuros
es que uno toma conciencia de su pecado de los que vive, ante la Luz de Dios
todo queda al descubierto: …. “Dios me ha llamado para ser santo, pero es
difícil, uno dice con la familia que tengo, con los compañeros de trabajo los
amigos que siempre me arrastran, soy débil para decir no”, no creemos que
Dios es capaz de salir por nosotros, de
vencer en la batalla nos cuesta trabajo creer,
ignorancia de creer cuanto puede Dios.
Desconocemos
las promesas de Dios, El ha hecho una alianza con nosotros…”ustedes serán mi
pueblo y yo seré su Dios”…. “Los cerros
podrán correrse y bambolearse las lomas; mas yo no retiraré mi amor, y mi alianza de paz contigo no se
bamboleará —dice Yavé, que se compadece de ti.¡Pobrecilla,
azotada por la tempestad y sin consuelo! Yo asentaré tus muros sobre piedras
preciosas, y serán tus cimientos de zafiro. Haré
tus murallas de rubíes, tus
puertas de cristal, y todo tu contorno de piedras preciosas Is 54,10...Por mi Amor yo te
haré santa, santo…. Nada puede romper esta alianza de Dios con nosotros
somos de Él, somos sus hijos, su pueblo amado.
Continua Isaías diciendo su experiencia “Entonces voló hacia mí uno de los serafines.
Tenía un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas, tocó con él mi boca y dijo: «Mira,
esto ha tocado tus labios, tu falta ha sido perdonada y tu pecado, borrado.»
Isaías
se ha encontrado con Dios de una forma íntima, autentica y que lo marcó para
toda su vida, Isaías tiene experiencia de oración, de encuentro con la Palabra
que le quema, con un fuego purificador, La
Palabra es fuego que quema para destruir el pecado, que purifica
cuando toca, y eso experimentamos
cuando nos encontramos con Dios con su Palabra, el fuego de su Amor y de su
Misericordia, nos purifica, la Palabra como espada de doble filo, saca todo lo
que no es de Dios, saca a la luz, todo, nos va dejando el corazón limpio para
llenarlo de Amor, de Palabra de Dios, entonces, nuestra vida empieza a
ser como ese árbol que da frutos buenos.
“No hay
árbol bueno que dé frutos malos, ni tampoco árbol malo que dé frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus
frutos”.. Lc
6,43-49 es un llamado que nos hace el Señor a purificar nuestra conciencia, la
mente el espíritu, para que podamos dar frutos buenos. El Señor habla del fruto bueno y del fruto malo.
Los frutos son las consecuencias visibles de nuestras opciones y actos, de lo
que tenemos en el corazón, ¿de qué lo llenamos? ¿Qué frutos estoy dando? No estamos hablando de frutos relacionados
con el éxito material o personal con la eficacia o algo parecido, la bondad de
los frutos a que se refiere el Señor es el bien frutos de amor, la realización,
lo que nos lleva por el camino que el a trazado para nosotros, la Vida eterna,
la santidad.
Es bien importante revisar cada día nuestro corazón,
en la oración, porque de lo que hay en el corazón hablaremos con los demás,
nuestra relación con los demás buena o mala depende de nuestro encuentro con
Dios, de habernos dejado purificar la mente, dejándole tocar nuestros pecados,
nuestros errores, nuestro dolor, penas, preocupaciones,
Cuando oramos encontramos ese “vengan a mí
los cansados agobiados”, los que no esperan nada de la vida, los que se sienten
que ya no pueden mas, los que cargan el mal carácter del esposo, de la esposa,
su manera de ser, del jefe del compañero de trabajo, del amigo, que siempre nos
viene con lo mismo; “yo los aliviaré” nuestras diferencias tenemos que
llevarlas a la oración, es indispensable, para que El nos purifique nos llene
de su amor, esto es vital para poder relacionarnos como Dios quiere, ser un
árbol bueno que de fruto bueno, no puedo ser un árbol que aparento ser bueno
porque en el momento menos pensado, exploto y daré frutos malos, porque si el corazón
está cargado diremos palabras que no queríamos ni pensábamos decir, pasa que explotamos
a veces con quien no tiene la culpa de nada con quien a veces no tiene nada que
ver, con quien más queremos.
El corazón hay que cuidarlo, en la Biblia
dice en muchas partes, Señor examíname Oh Dios mira mi corazón y ponme a
prueba, conoce mi inquietud, ,salmo 139,23 , salmo 25, 17“afloja lo que aprieta
mi corazón y hazme salir de mis angustias” “revísame Señor y ponme a prueba;
pon en el crisol mi conciencia y mi corazón” salmo 26,2 “crea en mi Oh Dios un corazón
puro renueva en mi interior un espíritu firme” salmo 51,12
De lo que abunda el corazón habla la boca.
Hoy día, ¿de qué hablamos?, es vital dejarnos limpiar el corazón siempre, para
dar frutos buenos. Hay personas que me preguntan ¿porque hay personas malas,
porque el esposo o la amiga les ha traicionado o tratado mal? La palabra de Dios
responde, “no se recogen higos de los
espinos ni se sacan uvas de las zarzas. Así,
el hombre bueno saca cosas buenas del tesoro que tiene en su corazón, mientras
que el malo, de su fondo malo saca cosas malas”. Si las personas no
escuchan a Dios, si no se llenan el corazón del amor, de la misericordia de la
paciencia, de Dios, los frutos serán zarzas y espinas, no puedo sacar uvas ni
higos de personas que viven para criticar, juzgar, hacer daño, porque su
corazón ha sido dañado, han sido criticados, se han acostumbrado a juzgar y
criticar, sus palabras sacan las heridas que hay en el corazón ellas responden
desde sus heridas.
¿Cuáles son los frutos que
estamos llamados a dar: “el fruto del
Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre, dominio de sí» (Gál 5,22-23) los frutos buenos señalan que nos estamos
acercando más al Señor, y los frutos malos que nos alejamos de Él y de su Plan.
Cuando el corazón está lejos de Dios, los fruto son odios,
ira y violencias; celos, furores, ambiciones, divisiones,
sectarismo y envidias; borracheras, orgías y cosas semejantes. Les
he dicho, y se lo repito: los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de
Dios”
La figura del árbol utilizada por el Señor es
muy gráfica. Un árbol frutal hay que cuidarlo, regarlo, evitar que los insectos
lo infecten, cuidar que los pájaros no se coman los frutos, etc. De la misma
manera, si nosotros queremos dar buenos frutos debemos cuidar de nosotros
mismos: “regándonos” con la Palabra de Dios, los sacramentos, la oración;
evitando todo aquello nos “infecta”: las tentaciones, el pecado; cuidando que
el demonio, el mundo y nuestro hombre viejo “se coman” nuestras buenas
intenciones y resoluciones. ¿Me preocupo de cuidar este árbol mi corazón es el
árbol de donde salen los frutos?.
El corazón cuando
abunda del amor de Dios, de su misericordia y ternura y paciencia con mi vida, mis palabras serán de
ayuda para el hermano, estaré lista para ver cuando alguien necesita de mi, mi corazón
estará atento para dar frutos de misericordia, mas dispuesta a socorrer las
necesidades de mis hermanos de lo que Dios me está pidiendo, del que me pone en el camino. El quiere que seamos
santos, que entremos a
la gloria del Padre preparada para
nosotros desde el comienzo
“Dice el Señor: Cuando el Hijo del
Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono
de gloria, que es suyo. Todas las naciones serán
llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor
separa las ovejas de los chivos. Colocará a las ovejas a su
derecha y a los chivos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que están
a su derecha: «Vengan, benditos de mi
Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el
principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes me
dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes
me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron.
Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver.» Entonces
los justos dirán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o
sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te
recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en
la cárcel y fuimos a verte? El Rey responderá:
«En verdad les digo que,
cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo
hicieron a mí.» Mt 25, 31-46
En una ocasión que iba a
misa, encontré en mi camino una muchacha desnuda, allí, en la calle, tapada medio cuerpo por cartones, y
escuchaba a Jesús que me repetía sus palabras…”estuve desnudo y me
vestiste” regresé inmediatamente a casa
a traerle ropa etc…..la llevé al Hogar de la Madre Teresa, en la Parada, pero se habían mudado pregunté a un policía,
donde llevarla, me dijo “no se meta en
problemas no sabe que le ha ocurrido a esta persona”, la llevé a tomar desayuno
y luego a un lugar seguro, después de muchos recorridos…el mundo te dice no te
metas, no te involucres, es peligroso, pero Jesús nos invita a vivir según lo
que hay en el corazón, a vivir desde el interior desde su Palabra guardada. Otro
día vi un muchacho tirado en la calle…a las 7 de la mañana…le habían drogado y
robado, le lleve al teléfono llamó a su amiga para que le venga a recoger.
Seguramente muchos tenemos
experiencia de ayudar al hermano porque llevamos la palabra en el corazón, “lo
que haces a uno de estos pequeños, indefensos, me lo haces a mí”…
Involucrarte con la vida del
hermano, si pone en peligro mi vida lo pienso dos veces…, amar es meterse en
problemas como Jesús que se metió en problemas, hasta dar la vida por mí, para salvarme para darme la vida eterna, para vivir como El, para estar con Él. El nos dirá ese día: «Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido
preparado para ustedes desde el principio del mundo” si se dan cuenta
¡cuánto agradecemos a una persona que ayuda a alguien que amamos mucho sentimos
más gratitud que porque nos ayudaron a nosotros!. Ese día, El nos dirá gracias
porque no pasaste de lado, no cruzaste a la otra acera.
La invitación de
hoy día es a vivir como bautizados, convencernos
de que estamos llamados a la santidad, y
nos decidamos a acoger este llamado, por
Misericordia de Dios ¿cómo? Llenando nuestro corazón de Palabra de Dios para
que la vivamos y tengamos una conversión de corazón, y demos frutos de
misericordia y de amor, para con los hermanos. Comer Palabra de Dios, llenar
nuestro corazón con su estilo de amar, para que nuestra boca sea la Boca de
Dios, sea Palabra de Dios, que haga
presente el amor de Dios en el mundo…cuando la gente pregunte ¿Donde está Dios,
porque está así el mundo?…les podamos decir, Dios está vivo, nosotros somos sus testigos, El
vive en ti y en mí, somos los que el mundo está esperando, discípulos
comprometidos que digan como Isaías, “Envíame a mi Señor, yo iré a hablarle a
tu pueblo, Mostraré tu camino a los que pecan, a ti se
volverán los descarriados. Salmo 51, 12-15
“No teman a los
que matan el cuerpo luego no pueden hacer nada mas”.. “Yo los he preparado para
que sean arboles que den frutos buenos. Ustedes son mi viña amada, dichosos ustedes los que escuchan mi Palabra y la cumplen como
María”, Señor enséñanos a vivir como ella con el corazón rebosante de amor por
ti, para dar frutos de santidad en donde nos envíes.
Nota- Nos puede
ayudar para nuestra meditación las siguientes preguntas:
¿ De qué está
lleno mi corazón, de qué habla mi boca,? Porque?
¿Desde que he
escuchado que Dios me ha elegido, qué frutos estoy dando en mi hogar, mi
trabajo, mi vida diaria?
¿Cómo puedo hacer
para ser un árbol bueno que dé muchos frutos buenos?
¿Es mi prioridad acudir a los medios
que Dios me pone para prepararme para dar frutos?
¿Cual es el proyecto de mi vida, frente al Plan de Dios de llevarme a la
santidad?.
Dios nos bendiga.
Nila
Lecturas para orar en la semana
CICLO: SANTIDAD
TEMA: Frutos de la santidad
Miércoles:
Orar
la Escuela de la Palabra
Jueves:
Jn
15, 6.16; Gal 5,22-25 Nos ha preparado para dar frutos de santidad.
Viernes:
Isaías 6, 1-6; Me purifica mi corazón para ser Palabra de Dios
Sábado:
Luc
6, 43-45, Mt 15, 18-20 La boca habla de
los que está lleno el corazón.
Domingo: Ez
47, 1-2.8-9.12;1Cor3,9c.11.16-17;Sal 45;Jn2,13-22
Lunes:
Mt
25, 31-40 Lo que haces a uno de estos pequeños, me lo haces a Mí.
Martes: Is 6,7-8; Salm 51m12-15 ¿A quién
enviaré?¿quien irá por nosotros?